28 Nov Guía de Ópticas de Cine (IV): El Formato Anamórfico
1. Apuntes sobre el formato panorámico anamórfico:
El formato anamórfico hizo su aparición en el mundo del cine a comienzos de los años 50, cuando la compañía norteamericana 20th Century Fox introdujo el CinemaScope con la película “La Túnica Sagrada” (The Robe, 1953). Sin ánimo de adentrarnos en la historia de los formatos de cine, por no ser objeto del presente artículo, sí debemos tener en cuenta que, por aquélla época, todas las películas en 35mm, en color o en blanco y negro, ocupaban con imagen todo el espacio disponible en el negativo –excepto el reservado a la pista de sonido- y se proyectaban de la misma forma, ofreciendo imágenes con una relación de aspecto de 1.37:1, muy cercana al 1.33:1 de los televisores convencionales 4/3 previos a la estandarización del formato 16/9.
Siguiendo los diseños de un inventor francés llamado Henri Chrétien, Bausch and Lomb construyó para la Fox un juego de lentes que, durante el rodaje, comprimían la imagen verticalmente en el negativo con una tasa de compresión de 2 a 1 exclusivamente en este eje, de modo que la imagen mantenía la misma altura pero, al proyectarse en el cine a través de una lente opuesta, que la descomprimía, se obtenía una imagen de prácticamente el doble de ancho que en el formato 35mm convencional (2.55:1 primero, reducido posteriormente a 2.35:1), dando inicio a toda una época de experimentación y diversos formatos panorámicos. Pero sin duda, el más extendido y exitoso, además de ser prácticamente el único que se ha seguido utilizando hasta nuestros días, es el formato anamórfico, a través de marcas como Panavision, Technovision, Hawk, JDC, Lomo o Kowa.
Tradicionalmente, en caso de rodar en 35mm, el formato anamórfico es el formato que emplea un mayor área de negativo, de modo que, además de ofrecer una mayor espectacularidad por su relación de aspecto panorámica, también ha sido utilizado tradicionalmente cuando se pretendía obtener una imagen con mucho detalle y una textura de grano menos prominente.
Izquierda: el área de negativo del formato Super 35 y del formato anamórfico, con su compresión vertical.
Sin embargo, las ópticas anamórficas –como se ha indicado anteriormente- conllevan una serie de distorsiones de la imagen que hace que las mismas ofrezcan, salvo excepciones, un rendimiento óptico inferior a sus equivalentes esféricas. Es decir, si bien en 35mm pueden/podían ofrecer una imagen más detallada que sus equivalentes esféricas, ello se debe a que –como indicábamos- el área de negativo sobre el que trabajan es mayor que el que por ejemplo se utiliza para el formato panorámico (Super 35) con ópticas esféricas –que prácticamente desperdicia la mitad de la altura/área del mismo- ya que, en igualdad de condiciones, estas últimas ofrecerían una imagen superior en términos ópticos.