2016 diciembre
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Primera de las películas ambientadas en el mismo universo que “Star Wars” pero no protagonizadas ni por la familia Skywalker ni por Jedis y que se sitúa, en una línea temporal, algo después de los sucesos narrados por George Lucas en “Revenge of the Sith” (el Episodio III, 2005) y que termina justo antes del comienzo del film original de 1977, el renombrado “Episodio IV: Una Nueva Esperanza”. Sobre la base de un argumento ideado por John Knoll, el reputado supervisor de efectos visuales de Industrial Light and Magic (ILM), “Rogue One” sigue las peripecias de un grupo de rebeldes liderados por Jyn Erso (Felicity Jones), cuyo padre Galen Erso (Mads Mikkelsen) es el científico que ha diseñado la Estrella de la Muerte para el malvado imperio galáctico. Con la ayuda de Cassian Andor (Diego Luna), Chirrut Imwe (Donnie Yen) y Baze Malbus (Wen Jiang), este grupo tratará de robar los planos de la Estrella de la Muerte, ubicados en una base en el planeta Scarif, aunque para ello deberán superar la oposición de Krennic (Ben Mendelsohn). Parece ser que Gareth Edwards fue apartado de la fase final de la producción, siendo sustituido por Tony Gilroy -co-autor del guión junto a Chris Weitz- en el rodaje de nuevas escenas, pero ello no impide que “Rogue One” sea un gran entretenimiento y que funcione mejor como precuela de la trilogía clásica de “Star Wars” que la propia trilogía de películas dirigidas por George Lucas entre 1999 y 2005.

Adaptación de una novela de Bernard Malamud, cuya acción principal tiene lugar a finales de la década de 1930 y que tiene como protagonista a Roy Hobbs (Robert Redford), un veterano jugador de béisbol que, siendo completamente desconocido, ficha por un importante equipo de Nueva York, en el que pronto se revelará no ya como el mejor jugador en activo, sino como el mejor de todos los tiempos. Sin embargo, Hobbs posee un oscuro pasado que prefiere mantener oculto. Levinson dirige con acierto el film porque consigue crear un tono de leyenda muy efectivo en el bloque de apertura, siempre muy bien apoyado, además, en un extraordinario equipo técnico a su servicio (el diseño de producción de Mel Bourne y Angelo Graham es inmejorable) y en un gran reparto, que además de Redford incluye a Robert Duvall, Robert Prosky, Barbara Hershey, Darren McGavin, Wilford Brimley, Richard Farnsworth, Joe Don Baker, Michael Madsen, Kim Basinger y Glenn Close. Quizá el film no tenga el reconocimiento a nivel europeo que merezca porque el béisbol es un deporte muy desconocido en este continente, pero se trata de una de esas películas que, siendo un mero entretenimiento con claras ambiciones comerciales, ofrecen elevadísimas dosis de calidad.

Exitosa adaptación de un libro de Robin Moore, basado en las vivencias personales de los policías activos en Nueva York durante los años 60 (Gene Hackman y Roy Scheider), con la que el productor Philip D’Antoni quiso repetir el éxito obtenido pocos años atrás con “Bullitt” (Peter Yates, 1968), otro film policíaco con una emblemática persecución de coches. El argumento, en esta ocasión, gira en torno a un cargamento de droga que llega a Nueva York desde Marsella (Francia), sobre cuya pista se ponen los dos policías protagonistas tras observar el comportamiento de un tendero de origen italiano en un club nocturno, el cual les lleva hasta el jefe del grupo (Fernando Rey) en su viaje a EEUU para introducir la heroína en el país. La dirección recayó en William Friedkin, entonces un joven y desconocido realizador procedente de la televisión y el documental, pero cuyas ideas y puesta en escena fueron fundamentales para que la película consiguiese los premios más importantes de la Academia de Hollywood de su temporada: mejor película, director, guión (Ernest Tidyman), actor (Hackman) y el quinto, para el fabuloso montaje de Jerry Greenberg.

Retorno de Mel Gibson a la dirección, diez años después de “Apocalypto” y también de haber superado aparentemente sus múltiples problemas personales, que le habían llevado a convertirse en un personaje apartado de Hollywood por sus declaraciones y comportamiento. En este film narra la historia real de Desmond Doss (Andrew Garfield), un hombre, devoto religioso (adventista del séptimo día) que se alistó en el ejército norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial aunque se negaba a coger un arma, puesto que su intención era ejercer como médico en el campo de batalla y salvar el mayor número de vidas que le fuera posible. Y lo hizo, convirtiéndose en un héroe merecedor de la Medalla de Honor sin disparar un solo tiro. El film, muy conservador en sus planteamientos y acorde a las creencias religiosas del propio director, es el típico vehículo muy bienintencionado y destinado a encontrar muy buena acogida entre la crítica estadounidense, que parece realizado por Gibson para congraciarse de nuevo con la industria, aunque sus resultados, vistos desde fuera de EEUU y desde una perspectiva europea, son discretos y predecibles, más allá de algún momento aislado de las secuencias bélicas que vuelven a mostrar la extraña garra del director de “Braveheart” y “The Passion of the Christ” para la acción y la violencia. Hugo Weaving, Vince Vaughn y Sam Worthington son los rostros secundarios más reconocibles del film.

Segunda película del diseñador Tom Ford, rodada siete años después de “A Single Man”, con la que debutó en el año 2009. “Nocturnal Animals” es la adaptación de la novela de Austin Wright de 1993, que tiene como protagonista a una mujer de éxito (Amy Adams) que dirige una galería de arte en Los Angeles. Un día, después de una de sus exposiciones, recibe un manuscrito de parte de su ex-marido (Jake Gyllenhaal), un escritor frustrado al que dejó casi veinte años atrás. El libro, que además está dedicado a ella, trata sobre una pareja que una noche, viajando por el estado de Texas junto a su hija, se cruza con otro coche en el que viaja un grupo de hombres en busca de problemas. Aunque la narrativa del libro no parece tener nada que ver con ella, su lectura comienza a traerle muchos recuerdos de su vida en común con el escritor y de la época en que le conoció. “Nocturnal Animals” deja dos primeros tercios de proyección de una nivel elevadísimo, en los que Ford conjuga muy bien las dos líneas narrativas que presenta la película apoyándose en un gran guión y un soberbio trabajo de los actores, especialmente Amy Adams y Michael Shannon, en el papel de un policía. Posteriormente, el tercio final se mueve en terrenos más convencionales del drama y el thriller, aunque la resolución abierta –que no despeja algunas incógnitas sobre los personajes- vuelve a ser brillante. Por todo ello, se trata de una película muy notable, hecha con personalidad y rodada y editada con muy buen pulso, aunque los cabos que deja sueltos puedan incomodar al espectador que busque películas de un perfil más comercial que la presente. Armie Hammer, Michael Sheen, Aaron Taylor-Johnson, Isla Fisher y Andrea Riseborough completan el reparto de una película en la que también destaca la banda sonora a cargo de Abel Korzeniowski.

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