2018 mayo
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Brillante adaptación de una novela de Robin Maugham, con la que Joseph Losey, cineasta norteamericano exiliado en Inglaterra, inició su trilogía de películas escritas por Harold Pinter. La historia está centrada en Tony, un hombre de clase alta (James Fox) que se muda a una nueva y lujosa vivienda en Londres. Para hacer su vida más cómoda y acorde a su estatus social, contrata a un mayordomo (Dirk Bogarde) para servirle. Pero a pesar de las advertencias de su prometida (Wendy Craig), que parece intuir algo oscuro en el sirviente, Tony hace caso omiso e incluso permite que la hermana de éste (Sarah Miles) se instale a vivir con ellos de manera temporal. Gracias al fenomenal texto de Pinter –que situa a los cuatro personajes principales en constante conflicto- y a las excelentes interpretaciones del cuarteto protagonista, “The Servant” es una gran película y muy atrevida para su época, por su sátira de los estamentos sociales británicos e incluso por su contenido sexual, por lo que es considerada una de sus mejores obras de su autor y uno de los más recordados roles de Bogarde.

Valiente adaptación cinematográfica de una novela de Vassili Vassilikos, basada a su vez en unos hechos reales ocurridos en Grecia a comienzos de los años 60, aunque el film fue una producción francesa rodada en Argelia. El argumento gira en torno al asesinato de un político (Yves Montand) después de ofrecer un mitin y de cómo las autoridades policiales y la clase política trata de ocultarlo. Pero un Juez (Jean-Louis Trintignant) y un periodista intentan reconstruir los acontecimientos y desmontar la versión oficial del asunto. Lejos de ser el thriller al uso que por su argumento podría haber sido, en manos de Costa-Gavras, co-autor de un guión junto a Jorge Semprún que nada más comenzar el film indica claramente que cualquier parecido con la realidad está hecho a propósito, “Z” se convierte en un film que pretende trascender las formas del género y denunciar los hechos en que está inspirada. Los resultados son muy refrescantes, por sus novedosas formas para la época, y desde luego trascendentes, aunque ocasionalmente la narrativa pretende ser tan precisa y detallada que no es una película sencilla de seguir.

Primera película del trío formado por aquél entonces por David Zucker, Jerry Zucker y Jim Abrahams (ZAZ) después del fenomenal éxito obtenido por la alocada “Airplane!” (1980), con la que parodiaban sin piedad el cine de catástrofes y en especial la serie comenzada en 1970 con “Airport”. En esta ocasión, los ZAZ dirigieron su mirada al cine de espionaje, de la segunda guerra mundial y lo mezclaron dentro de un curioso cóctel con los musicales de Elvis Presley de los años 50 y 60. La historia es ridículamente simple: un cantante norteamericano (el debutante Val Kilmer) se encuentra de visita en la Alemania comunista cuando casualmente conoce a una chica, cuyo padre es un científico secuestrado por el poder para producir algún tipo de arma. Ambos se enrolan en la resistencia para tratar de liberar al científico. Aunque el film contiene buenos chistes y gags visuales, lo cierto es que funciona mucho mejor como “sketches” aislados que como el conjunto que sí era “Airplane!”, por mucho que actores como Omar Sharif, Jeremy Kemp, Peter Cushing o Michael Gough se prestasen a hacer un consciente ridículo en pantalla.

Sonoro fracaso en la carrera del cineasta norteamericano John Milius (“Conan: The Barbarian”), perteneciente a la misma generación que Coppola, Lucas, Spielberg, Scorsese o De Palma, entre otros, quien después del éxito de su film de aventuras “The Wind and The Lion” (1975), consiguió levantar un proyecto que tenía mucho arraigo en sus propias vivencias personales como surfista en la California de los años 60 y primeros 70. Sin embargo, el film, que por momentos parece que pretende emular el tono de “American Graffiti” sumándole espectaculares secuencias de surf, jamás llega a despegar, a pesar que el tono elegíaco de otros films del director sigue estando presente. Se trata por tanto de una película absolutamente descafeinada y sin vida, algo muy extraño conociendo la personalidad de Milius y más aún los elementos autobiográficos presentes en el film. Jan-Michael Vincent, William Katt y Gary Busey interpretan al trío protagonista.

Clásico film de terror de la década de los 80, que además de bastantes e inferiores secuelas, tuvo muchas imitaciones. La idea central, sencilla, es muy buena: un grupo de adolescentes comienzan a tener la misma pesadilla, en la que son atacados por un ser monstruoso con la cara quemada y que tiene guantes con cuchillas en las manos. Los resultados son bastante irregulares y el argumento no está ni demasiado elaborado ni demasiado bien desarrollado, pero al menos sí que ofrece un villano de altura y algunas secuencias aisladas en las que la atmósfera está bastante conseguida, de modo que más de treinta años después de su estreno, sigue siendo una película simpática y que tiene cierto interés. John Saxon, repitiendo exactamente el mismo papel de diez años antes en “Black Christmas” encabeza el reparto, aunque el protagonismo queda repartido entre Heather Langenkamp, un debutante Johnny Depp y Robert Englund, como el monstruo Freddy Krueger.

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