2024 enero
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Segundo largometraje de Emerald Fennell (“Promising Young Woman”) detrás de las cámaras, que en esta ocasión narra una historia que tiene como protagonista a Oliver, un joven estudiante de Oxford (Barry Keoghan) que se muestra inadaptado y acomplejado respecto al resto de estudiantes por sus orígenes familiares. Un día conoce a Felix (Jacob Elordi), un estudiante popular y millonario, que le invita a que pase el verano con él y su familia en Saltburn, la mansión en la que viven todos ellos. Junto con otro estudiante que también está invitado (Archie Madekwe), Oliver se adentrará en la familia de Felix, compuesta por la madre (Rosamund Pike), la hermana (Alison Oliver) y el padre (Richard E. Grant), además de una amiga de la madre que también vive allí (Carey Mulligan). “Saltburn” es una película muy irregular, capaz de provocar, repeler, interesar y, por último, resultar intrascendente, porque en su largo metraje casi siempre se tiene la sensación de encontrarse como espectador ante una historia forzada y narrada de manera muy autocondescendiente (algo que ya ocurría en el anterior film de la realizadora) y con más forma que fondo, lo que hace que cuando se supone que se va a presenciar el culmen de la proyección, el mismo ya cause poco impacto.

Película semi biográfica de su guionista y director Kenneth Branagh, ambientada en 1969 en la ciudad norirlandesa que le da título. Tiene como protagonista a una familia protestante (padre, madre, hijo mayor e hijo menor, abuelos) que viven en un barrio humilde al tiempo que se desatan los problemas contra los habitantes de religión católica, que ocasionan serios disturbios que ponen en jaque a la ciudad. El padre trabaja en Inglaterra y acumula serias deudas en Belfast, lo que hace que se plantee trasladarse definitivamente fuera de Irlanda del Norte y llevarse a la familia con él. "Belfast" es una agradable película que, sorprendentemente para ser autobiográfica, es ligera y no parece darse demasiada importancia, como tampoco lo son los recuerdos de Branagh de su vida en Belfast antes de que su familia emigrase a Inglaterra. Pero lo importante aquí es la naturalidad con la que transcurren las escenas, casi todas ellas sencillas, sin caer demasiado en el sentimentalismo y, cosa rara en este tipo de cine, tampoco en una duración desmedida, en una película muy bien interpretada por Caitríona Balfe, Jamie Dornan, Ciarán Hinds, Judi Dench y el debutante Jude Hill, que se muestra solvente e inspirado en el papel del hijo menor de la familia, sobre el que está centrado el relato.

Impactante debut cinematográfico de los hermanos Danny Philippou y Michael Philippou, que siguiendo el esquema del tradicional relato “la pata de mono”, cuenta la historia de un grupo de jóvenes que, en sus fiestas, realizan una serie de contactos con el más allá, a través de una mano embalsamada que atrae a los espíritus. Mia (Sophie Wilde) es una de esas jóvenes y ha perdido recientemente a su madre, mientras que en el grupo también hay dos hermanos, Jade (Alexandra Jensen) y el joven Riley (Joe Bird). Y en una sesión, en casa de estos últimos, aprovechando la ausencia de la madre (Miranda Otto), las cosas dejan de ser divertidas. El argumento de “Talk to Me” quizá no sea demasiado original, pero los hermanos Philippou, contando con un grupo de actores muy entregados a la causa, consiguen una interesante película con escenas de mucha intensidad, e imágenes bastante inquietantes, captadas en cámara, con efectos de maquillaje tradicionales. E incluso el uso del estruendoso sonido es muy bueno, acompañando a un buen número de “jump-scares” para hacer las delicias de los aficionados al género.

Emblemática y polémica adaptación de la novela de Anthony Burgess, escrita, producida y dirigida por Stanley Kubrick, que narra un futuro distópico (¿quizá finales de los años 80?) en el que el joven Alex (Malcolm McDowell) es el líder de un grupo de jóvenes que dedican sus noches a llevar a cabo todo tipo de disturbios ultraviolentos: desde peleas contra otros grupos, palizas a ancianos e incluso asaltos a domicilios y violaciones. Alex, que vive con sus padres, también practica el sexo libre durante el día, aunque siempre aduce cualquier motivo de salud para no acudir a la escuela. Tras ser encerrado y condenado a prisión por uno de sus crímenes, Alex se apunta voluntariamente al “tratamiento Ludovico”, un nuevo proceso médico que le asegurará la libertad en muy poco tiempo, convirtiéndole en un ciudadano ejemplar, anulándole los instintos criminales. “A Clockwork Orange” es todo un monumento cinematográfico en tanto que Stanley Kubrick muestra un dominio aplastante de todos los recursos cinematográficos, desde la puesta en escena, el uso -nunca mejor dicho- de unos actores absolutamente entregados, al empleo de la música y el sonido como elementos para perturbar al espectador. Los resultados son tan potentes como conscientemente desagradables, moviéndose en una peligrosa línea entre la comedia negra y la exaltación de la violencia, algo que, de siempre, ha hecho que “A Clockwork Orange”, sea uno de los films más polarizantes de su autor. Patrick McGee, Michael Bates, Warren Clark, Adrienne Corri, David Prowse, Philip Stone, Steven Berkoff o Anthony Sharp, entre otros, completan el reparto de la película.

Adaptación cinematográfica de una novela de Gerald Pietevich, escrita para la pantalla por el director William Friedkin con la colaboración del propio escritor, que tiene como protagonistas a una pareja de detectives de Los Ángeles (William Petersen y John Vukovich) que investigan el caso de un falsificador de dinero (Willem Dafoe), que además ha asesinado a sangre fría a un compañero que estaba a punto de jubilarse. Lo que viene a continuación es un relato sórdido, en la línea de sequedad del mejor Friedkin de, por ejemplo, "The French Connection", con los policías dispuestos a hacer cualquier cosa por atrapar a su presa y describiendo ambientes y personajes de dudosa moralidad y sordidez. El paisaje urbano de "To Live and Die in LA" no es el habitual que se muestra de la meca del cine, sino uno bastante más realista que mezcla misera y post-modernismo. Los resultados, que incluyen una reedición de la famosa persecución de coches de la citada película de Friedkin, son tan sugerentes como irregulares; el film posee situaciones de sumo interés pero el desarrollo es errático y la trama en sí, nunca demasiado creíble, pero los puntos fuertes superan con creces a los débiles. John Turturro, Debra Feuer, Darlanne Fluegel y Dean Stockwell, entre otros, completan el reparto.

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