El largometraje más conocido del cineasta francés Luc Besson, también escrito por él mismo, que tiene como protagonista a un asesino a sueldo (Jean Reno) que vive en Nueva York, junto a una familia en la que el padre parece que es traficante de drogas. Un día, aparecen unos matones, liderados por un tipo de tendencias psicópatas (Gary Oldman) y asesinan a toda la familia, excepto a una niña de doce años (Natalie Portman), que consigue escapar de la masacre. Sin tener a dónde ir, la niña y el asesino -que parece mentalmente lento y no sabe ni leer ni escribir- inician una relación de amistad que incluye que éste le enseñe cómo realiza su trabajo. Se trata de un film muy prestigioso, a pesar de lo cual, más allá de un par de secuencias de acción y del esforzado trabajo de Jean Reno y Natalie Portman (en su debut en la gran pantalla), realmente tiene resultados más aparentes que profundos, pues todo lo que sucede en pantalla es realmente caprichoso y, la relación entre los dos personajes protagonistas, muy superficial. Gary Oldman merece una especial mención por lo terriblemente mal que está en la película, por más que ni el guión ni la dirección le ayuden en su retrato del malo de la función. Danny Aiello aparece como secundario en su clásico papel de mafioso italoamericano.
El director de fotografía fue Thierry Arbogast [AFC], que realizaba la segunda de sus -de momento- catorce colaboraciones con el realizador Luc Besson; es decir, toda la carrera del cineasta como director, excepto “Le Grand Bleu” (1988) y las dos películas anteriores de Besson, de las que se hizo cargo Carlo Varini. Por consiguiente, la carrera de Arbogast está absolutamente ligada a títulos como “Nikita”, “The Fifth Element”, “Joan of Arc” o “Lucy”, que son algunos de los títulos más populares de Besson. Fuera de su trabajo con este director, Arbogast ha colaborado con Emir Kusturica (“Black Cat, White Cat”, 1998), con Patrice Leconte (“Ridicule”, 1996), con el norteamericano Brian de Palma, seguramente admirador de estos primeros thrillers de Besson, en “Femme Fatale” (2001), así como con McG, más recientemente, en “Three Days to Kill” (2014). Además del premio César a la mejor fotografía que obtuvo por “The Fifth Element”, también ha ganado dicho premio en dos ocasiones más: “Le Hussard Sur Le Toit” (1995) y por “Bon Voyage” (2003), ambas a las órdenes de Jean-Paul Reppeneau.
A pesar de su ambientación neoyorquina, esta producción francesa aparentemente se rodó principalmente en territorio francés, con la excepción de los consabidos exteriores en la ciudad de los rascacielos. Por ello, no es del todo extraño que Thierry Arbogast, como hiciera en “Nikita”, volviera a recurrir a las típicas cámaras Arri del cine europeo, volviendo a equiparlas con las lentes Technovision anamórficas. Y también, nuevamente, la película destaca mucho porque estas ópticas poseen una gran distorsión de barril, sobre todo en las focales angulares (25, 32, 40mm) que parece que se emplearon mucho durante el rodaje. Como consecuencia, la película posee un fuerte aspecto anamórfico, más que en el sentido de los “flares” o el “bokeh” alargado en los fondos, en el de la distorsión de las líneas verticales en pantalla. Aún así, también hay algunas escenas de la película que también usan el zoom (en el sistema Technovision, éstos también eran/son zooms esféricos convencionales adaptados al anamórfico) y las mismas, además de poseer un rendimiento notablemente peor que el de las ópticas fijas, no poseen ninguno de estos clásicos artefactos del anamórfico. Quizá este peculiar aspecto anamórfico sea lo mejor de una fotografía que, por lo general, no es demasiado llamativa salvo en ocasiones puntuales.
Ello se debe a que el grueso de la película posee, como estilo, un exceso de luz muy llamativo desde los primeros fotogramas. Todos los interiores de la película, que por lo general son interiores diurnos, poseen algo de luz entrando por las ventanas, circunstancia que está más o menos marcada por Thierry Arbogast, pero lo que más abunda es una luz de relleno muy intensa, o incluso luces principales sobre los actores con independencia de dónde se encuentren las ventanas, que siempre reducen el contraste y eliminan casi cualquier posibilidad de que existan sombras en el decorado. Este estilo, tan luminoso, es algo extraño para un thriller, porque precisamente huye constantemente de las clásicas escenas más dramáticas -por el uso del contraste- que suele haber en este tipo de películas. E ir a contracorriente no termina de sentarle bien a la película en este aspecto, con su imagen demasiado plana en toda la proyección, que quizá hubiera podido estar justificada si se hubiera empleado en las escenas entre Jean Reno y Natalie Portman, pero que dificilmente encuentra su sentido aplicándola a todas y cada una de las secuencias del film.
Es cierto que hay planos, por ejemplo en exteriores, o en el restaurante que regenta el personaje de Danny Aiello, que están bastante logrados, pero son más bien situaciones aisladas y en las que la clara vistosidad del formato panorámico anamórfico también es parte esencial del resultado. Por consiguiente, “Léon” tampoco es una película de un especial interés a nivel estético, más allá de lo que puedan gustar o no estas lentes anamórficas Technovision -en su versión realizada sobre los Zeiss Super Speed según algunas fuentes, aunque sus fuertes distorsiones de barril también recuerdan a las lentes rusas Elite- ya que a nivel de puesta en escena e iluminación, más allá de la potente escena de apertura con la que Luc Besson presenta al personaje de Jean Reno, nos encontramos con una película en la que el género y la estética visual chocan en demasía, con una fotografía demasiado luminosa e incluso un exceso de luz global, teniendo en cuenta que, por lo menos a priori, el film se configura como un thriller, por más que su devenir posterior -al menos en su montaje cinematográfico- quizá deje al género como un punto de partida hacia otros derroteros.
Título en España: El Profesional (León)
Año de Producción: 1994
Director: Luc Besson
Director de Fotografía: Thierry Arbogast
Ópticas: Technovision
Emulsión: Kodak EXR 5293 (200T) & 5296 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Technovision), 2.4:1
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2022.