Reseñas
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Vuelta de tuerca del clásico de Sidney Lumet "12 Angry Men" (1957), a cargo del veteranísimo Clint Eastwood, que tiene como protagonista a Justin Kemp (Nicholas Hoult), un hombre que está a punto de ser padre junto a su esposa (Zoey Deutch). Cuando queda poco tiempo para que ésta de a luz a su hijo, es convocado para ejercer como jurado en un caso de asesinato. La víctima, tras haber discutido con su pareja (Gabriel Basso) en un pub, había aparecido golpeada entre unas rocas, junto a la carretera. Es entonces cuando Justin comienza a pensar que, quizá, la misma noche en que murió la mujer, él mismo, que estuvo en ese mismo pub, quizá no tuvo un accidente con un ciervo, como pensaba, enfrentándose pues a un dilema moral sobre si debe dejar que se condene a un inocente o bien, entregarse por lo sucedido. La premisa de la película, prácticamente un improbable caso de laboratorio, no impide su disfrute global, gracias al ejercicio de clasicismo del que Eastwood impregna a la película, con una puesta en escena muy sencilla y concisa y, en general, al buen trabajo actoral (con una destacable Toni Collette como la fiscal del caso, aunque J.K. Simmonds tenga poco tiempo en pantalla). Sin embargo, algunas lagunas del guión -atención al momento de la búsqueda en Google- lastran demasiado a una película que, a pesar de su interés y su eficacia, no pertenece a los grandes títulos de la filmografía de su director.

Segundo largometraje de la realizadora francesa Coralie Fargeat (“Revenge”, 2017), que tiene como protagonista a una antigua estrella de Hollywood en decadencia (Demi Moore), que hace un “pacto con el diablo” al apreciar que su físico y edad comienzan a pasarle factura en su vida laboral y personal. Este pacto consiste en la administración de una sustancia que crea un “yo” alternativo (Margaret Qualley), mucho más joven y en excelente forma, que desata pasiones allá por donde va. Sin embargo, hay un problema: cada uno de los cuerpos solo puede estar fuera durante una semana. “The Substance” es un film que mezcla géneros (desde la comedia muy negra al terror, pasando por ciencia ficción) e incluso referencias, que van desde “Seconds” (John Frankenheimer, 1966) a “Snow White” (en cualquiera de sus versiones), pasando por “The Picture of Dorian Gray”. Incluso contiene explícitas referencias visuales a “The Shining” (Stanley Kubrick, 1980), en cuanto al diseño de algunos de los lugares en los que transcurre la historia. Los resultados son también algo variados, ya que van desde lo fascinante de su planteamiento (sin duda lo mejor del film) hasta un desarrollo algo irregular y quizá demasiado estirado, con una delirante recta final que, a pesar de su mala leche, deja dudas sobre si era el colofón necesario para la historia. Dennis Quaid, en un enloquecido papel, completa el reparto.

Una joven prostituta de Nueva York (Mikey Madison) conoce a Iván, un joven de origen ruso (Mark Eydelshteyn) mientras trabaja en un club nocturno. Éste se queda prendado de la chica y la invita a que vaya a su casa, que resulta ser una deslumbrante mansión en las afueras de la ciudad. En Las Vegas, a donde acuden con algunos amigos a desfasar, ambos terminan casándose... pero ello no es más que el origen de sus problemas, cuando sus padres, unos oligarcas rusos, envían a sus esbirros para tratar de conseguir que se anule el matrimonio, mientras toman un avión desde Rusia hacia los EEUU. "Anora" es una película muy fresca y directa, que desarrolla su premisa en un tono que se mueve con soltura entre el drama y la comedia, además de ofrecer un retrato muy humano del personaje principal e incluso de los empleados de los padres de Iván (sobresalientes Karren Karagulian y Yura Borisov). Su hándicap quizá sea que su duración es muy elevada (140 minutos, que podrían haber sido menos con total certeza, algo que suele ocurrir cuando el director es además el montador), lo que no le ha impedido convertirse en uno de los títulos más importantes de 2024, incluyendo la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

Nueva adaptación cinematográfica del clásico de Alejandro Dumas, ambientada en el siglo XIX, que tiene como protagonista a Edmundo Dantés (Pierre Niney), un joven capitán de navío que justo cuando va a casarse con el amor de su vida (Anaïs Demoustier), es arrestado, encarcelado injustamente y enviado a prisión, a fin de arruinar su vida. Sin embargo, tras catorce años preso, consigue escapar, con el único fin de vengarse de aquéllos que le traicionaron y arruinaron la vida. Escrita y dirigida por el dúo formato por Alexandre de la Patelliére y Matthieu Delaporte, autores del guión del reciente díptico sobre "Les Trois Mousquetaires", esta nueva versión del clásico consigue ser un film muy dinámico -a pesar de sus tres horas de duración, que tienen que condensar una novela de mil páginas-, en gran parte, gracias a su enfoque moderno por parte del equipo de directores, pero también, a una notable banda sonora y a un entregado grupo de actores que hacen de ella un divertimento que se pasa volando y que puede interesar si no se toma demasiado en serio, por las evidentes licencias existentes respecto del texto original y por algunos de sus giros, tan teatrales que requieren de un evidente esfuerzo del espectador para ser digeridos. Bastien Bouillon, Anamaria Vartolomei, Laurent Lafitte o Patrick Mille completan el reparto.

Adaptación de una novela de John Ball, escrita para la pantalla por Stirling Silliphant, que está ambientada durante un cálido verano en un pueblo ficticio del estado de Mississippi. Allí, cuando un policía local (Warren Oates) descubre el cadáver de un empresario durante una patrulla de madrugada, el Sheriff (Rod Steiger) decide terminar rápidamente el caso acusando a un hombre de raza negra (Sidney Poitier) del crimen. Pero resulta que este hombre es un detective de homicidios de Filadelfia y, para sorpresa de los locales, le es asignado el caso con el apoyo de la viuda (Lee Grant) del fallecido, con las reticencias de todos los lugareños por cuestiones raciales. Se trata de un film importante, de éxito comercial y notable reseñas críticas, que obtuvo el Oscar a la mejor película, mejor actor (Steiger, aunque Poitier ni siquiera fue candidato al premio), guión, efectos de sonido y montaje (para el futuro director Hal Ashby), en el que el director Norman Jewison, especialista en películas comprometidas, lleva a la pantalla un tema entonces delicado con oficio, firmeza y convicción. Quizá la historia detectivesca en sí es lo más flojo de una película caracterizada sobre todo por sus interpretaciones y fuerza de su temática, que perdura muchos años después de su estreno.

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