Little Odessa
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Little Odessa

Debut en la dirección del estupendo cineasta James Gray, quien con solo veinticinco años de edad también escribió su guión. La historia, ambientada en una zona de Brooklyn conocida como la “pequeña Odessa” por su población procedente de esta ciudad ucraniana, tiene como protagonista a un hombre (Tim Roth), que se mueve en el mundo del hampa, que tiene que volver al barrio para llevar a cabo un trabajo, aunque ello le suponga tener que volver a entrar en contacto con sus padre (Maximiliam Schell y Vanessa Redgrave) y ser una mala influencia para su hermano pequeño (Edward Furlong). Las constantes del cine posterior de Gray (“The Yards”, “We Own the Night”, “Two Lovers”, “The Immigrant”) con su gusto por las relaciones y motivaciones de los personajes, narrativa sobria y su clasicismo en la puesta en escena ya están presentes en esta pequeña pero efectiva película, en la que destacan sobre todo las interpretaciones de los principales intérpretes y la descripción que hace Gray, como cineasta urbano que es, del barrio de Brighton Beach durante el frío invierno en que está ambientada la película.

Para esta primera película, James Gray contó con el director de fotografía Tom Richmond [ASC]. También neoyorquino como el propio director, al lado de este, a sus 44 años, a buen seguro parecería todo un veterano durante el rodaje de la película. Se trata de un director de fotografía que ha trabajado sobre todo en películas independientes y de bajo presupuesto, de modo que su carrera no es demasiado conocida para el gran público a pesar que sus primeros títulos se remontan a mediados de la década de los 80, cuando alcanzó la posición de primer operador después de haber formado parte de los equipos de directores de fotografía como Robby Müller (“Repo Man”, Alex Cox, 1984) o Robert Richardson (“Salvador”, Oliver Stone, 1985). Desde entonces ha rodado televisión, publicidad, videoclips y sobre todo muchas producciones pequeñas (incluyendo las incursiones en la dirección de actores como Keith Gordon y Ethan Hawke), por las que ha obtenido hasta la fecha dos nominaciones a los premios “Independent Spirit Awards” y un premio en Sundance en 2006.

La imagen de “Little Odessa” es muy sobria y está muy bien realizada, a pesar que es evidente a lo largo de todo el metraje que nos encontramos ante una película de bajo presupuesto y sin demasiados medios de producción. La estética que buscaba James Gray está muy enraizada en el cine de los años 70, por lo que su visión de la parte de la ciudad de Nueva York en la que está ambientada y rodada la historia es muy monocromática, como si se tratara de alguno de los famosos thrillers de dos décadas atrás. Destacan muchos aspectos: entre ellos, la forma tan cruda y directa con la que está retratado el invierno en la ciudad, con calles e incluso la playa repletas de hielo y nieve o incluso nevando durante las escenas. Las escenas nocturnas en las calles son muy interesantes también, ya que Richmond, acostumbrado seguramente a no disponer de grandes medios, parte de las fuentes de luz reales y existentes en las calles (farolas con luz de sodio principalmente) y las complementa o bien imita con pequeños aparatos. Es decir, a pesar que hay algunas vistas relativamente amplias de la ciudad por la noche, Richmond nunca usa grandes aparatos que se superpongan a la luz real de la ciudad, sino que utiliza la luz cinematográfica para modelar lo que ya había o dar alguna pequeña pincelada en los fondos. Los interiores son también muy naturalistas, con luz que entra a través de las ventanas, a veces como luz dura y no solo suavizada, quizá porque las localizaciones naturales en que parece que están rodadas estas escenas no permitieran afrontarlas de otra forma.

Destaca mucho la puesta en escena de James Gray, porque al igual que la imagen recuerda inmediatamente a la del cine de los años 70 ambientado en Nueva York, el director no tiene reparo alguno en utilizar extensivamente el zoom a lo largo de la proyección, y eso que la película está rodada en una época en la que esta herramienta estaba especialmente mal vista si se utilizaba para realizar acercamientos y alejamientos con la imagen. Casi todas las películas de Gray (excepto “We Own the Night”) han hecho uso de una relación de aspecto panorámica, incluyendo “Little Odessa”. Pero quizá por tener que utilizar zooms, o quizá también porque la película contiene un buen número de escenas nocturnas y escenas rodadas en localizaciones pequeñas (como el apartamento de la familia protagonista) Richmond y Gray terminaron utilizando aquí el formato Super 35, en lugar de acudir a las lentes anamórficas. Gracias a ello, seguramente utilizando los entonces relativamente nuevos zooms de Panavision (con aperturas máximas entre T2.3 y T2.8 en los zooms con recorrido 4:1 y 11:1), Richmond es capaz de rodar sus exteriores nocturnos sin renunciar a seguir usando el zoom durante los mismos. En esta época, que fue cuando el Super 35 tuvo su boom de popularidad (aunque había sido introducido formalmente diez años antes, en títulos como “Greystoke”, “Silverado” o “Top Gun”), su utilización suponía la obtención de imágenes más granuladas que en formato anamórfico y un hinchado óptico para realizar las copias de exhibición, pero para determinadas aplicaciones, como en el presente film, tenía también sus ventajas.

Se trata, por lo tanto, de una película que funciona muy bien a todos los niveles y que propone una historia sorprendente viniendo de un guionista-director de solo veinticinco años de edad. En aspecto visual es además uno de sus puntos fuertes; Gray, junto con Richmond, demuestra que el talento y las ideas en la puesta en escena pueden suplir en muchas ocasiones la falta de medios, con un trabajo de cámara muy interesante, un muy buen uso de zoom (utilizado generalmente para mostrar o reforzar puntos de vista) y una luz muy fría e invernal que acompaña muy bien con su realismo a los acontecimientos que vemos en pantalla. Por todo ello, aunque ahora, con James Gray absolutamente consagrado resulte fácil decirlo, “Little Odessa” es uno de esos debuts en el cine que permiten entrever con absoluta claridad y seguridad la presentación de un futuro cineasta importante, y además, uno con un marcado y muy interesante estilo visual, por más que este sea de tendencias minimalistas.

Título en España: Cuestión de Sangre
Año de Producción: 1994
Director: James Gray
Director de Fotografía: Tom Richmond, ASC
Ópticas: Panavision Ultra Speed MKII y Primo Zooms
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 2.4:1

Vista en HDTV

© Ignacio Aguilar, 2017.



Language / Idioma