Mississippi Burning
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Mississippi Burning

Producción basada en hechos que, al parecer, eran supuestamente reales, ambientada en el sur de los Estados Unidos en 1964. Un joven agente del FBI (Willem Dafoe) es puesto al mando de la investigación iniciada por la desaparición de tres jóvenes, uno de ellos de raza negra, crimen del que es sospechoso principal el Ku Klux Klan. El compañero del agente (Gene Hackman) es mucho más veterano y tiene experiencia en la zona, e intenta disuadir a su joven superior para evitar una confrontación que empeore las tensiones raciales en la zona. A pesar de lo cual, la llegada de muchos más agentes, termina creando una enorme espiral de violencia racista contra los negros. Se trata de una película típica de Alan Parker, bien filmada y bien interpretada por el elenco de actores (especialmente Hackman), pero como otras del realizador, excesivamente maniquea ya desde un guión demasiado previsible y acartonado, que no es más sutil en manos del británico. Frances McDormand, Brad Dourif, R. Lee Ermey, Kevin Dunn, Stephen Tobolowsky o Michael Rooker, entre otros, completan el reparto del film, que fue candidato a casi todos los grandes premios de su temporada, incluyendo nominaciones a mejor película, actor y director.

El director de fotografía fue el galés Peter Biziou [BSC], hijo del ayudante de dirección y director de fotografía (curiosa combinación) Leon Bijou. Perteneciente a la misma generación que los famosos directores de fotografía británicos que, como el propio Alan Parker, se iniciaron en la publicidad en los años 60 y dieron el salto al cine en los 70, la carrera de Biziou en cine no es demasiado extensa y es irregular, pero posee algunos títulos que, más allá de su contribución a los mismos (no muy destacable por ejemplo en “Life of Brian”, para los Monthy Python, en 1979), poseen cierta importancia. Junto a Alan Parker, Biziou colaboró con la fotografía de “Bugsy Malone” (1976), credito compartido con Michael Seresin, así como en “Pink Floyd: The Wall” (1982) y “The Road to Wellville”, además del presente título. Con Adrian Lyne estuvo en “Nine & ½ Weeks” (1986) y en “Unfaithful” (2002), teniendo además títulos destacados en su filmografía como “In The Name of the Father” (Jim Sheridan, 1993) o “The Truman Show” (Peter Weir, 1998), además de “A World Apart” (1988), uno de los títulos del director de fotografía Chris Menges como director.

El trabajo de Peter Biziou en “Mississippi Burning” es bueno, aunque posee notables y numerosos problemas. No hay en el mismo apenas un atisbo de las imágenes vistosas y muy comerciales de “Nine & ½ Weeks”, lo cual a priori es un plus tratándose de una película histórica seria y con afán de denuncia, pero Biziou se queda demasiado en tierra de nadie con una imagen que, ni es especialmente vistosa ni demasiado natural, con una indefinición que le hace bastante daño. No hay tampoco el riesgo ni la estilización de Michael Seresin (el operador predilecto de Parker) en “Angel Heart” (1987), rodada justo el año anterior en localizaciones similares. También, tratando de ser justos con Biziou, que en una temporada bastante floja en cuando a fotografía cinematográfica obtuvo un premio Oscar por su labor, da la impresión de que las copias de “Mississippi Burning” de las que disponemos en la actualidad podrían tener errores de etalonaje y resultar demasiado luminosas: todo el film luce muy sobreexpuesto y sobreiluminado en Blu-ray, cuando con un etalonaje mucho más trabajado, el material de Biziou podría lucir infinitamente mejor. Tampoco le ayudan en exceso, todo hay que decirlo, ni el rodaje con zooms ni las emulsiones de alta sensibilidad de finales de la década de los 80, que poseían un exceso de grano y una imagen mucho más sucia que la clásica Kodak 5247 (100T), que todavía estaba disponible en la época.

Como indicábamos, Biziou huye de la estilización en todo momento, propugnando un estilo de luz suave con cierto contraste e iluminación justificada, generalmente, en las ventanas de los decorados. Ese tipo de escenas interiores diurnas son las más interesantes porque a veces la iluminación viene de una única fuente, pero en cuanto pasamos a interiores nocturnos, las lámparas integradas hacen muy poco por exponer las escenas y hace acto de presencia un montón de luz suave, rebotada o filtrada, que crea un aspecto demasiado plano. Los exteriores nocturnos son completamente diferentes, porque poseen una luz de luna intensísima, creada a través de grandes aparatos de iluminación a cierta distancia, con las consiguientes sombras duras al no emplear difusión y algunos claroscuros, pero no los suficientes para que las imágenes resulten realmente interesantes. Es decir, Biziou toma un aproximamiento del Hollywood clásico, con contraluces azulados (muy ligeramente), obviando cualquier tipo de justificación de la luz para estas escenas, pero el resultado casi siempre es demasiado plano, de un lado, porque emplea demasiada luz y, de otro, porque no la mancha o ensucia lo suficiente, de modo que sus áreas de luz son demasiado limpias y homogéneas, demasiado como para resultar mínimamente veraces o creíbles.

Unido a que los exteriores diurnos no son nada especiales, el resultado es una fotografía que ya desde los primeros compases de la película se aprecia que no es gran cosa: de hecho, teniendo en cuenta que el realizador era un cineasta que solía cuidar la parte visual como Alan Parker, o para un director de fotografía como Peter Biziou, con títulos de prestigio a sus espaldas, si las imágenes que se proyectaron en cines corresponden con las que podemos visionar en las mejores copias disponibles en la actualidad, los resultados son decepcionantes, por una extraña y excesiva luminosidad que hace que “Mississippi Burning” luzca completamente sobreiluminada en todo momento. Como indicábamos, Biziou obtuvo el premio Oscar por su trabajo en cualquier caso, ello solo puede justificarse porque 1988 fue un año sin excesiva competencia, en el que ni siquiera el grueso de los nominados (Philippe Rousselot por “Dangerous Liaisons”, Sven Nykvist por “The Unbeareable Lightness of Being”, John Seale por “Rain Man”) eran de gran nivel. Conrad Hall era el verdadero competidor de Biziou por el premio, por su fenomenal trabajo en “Tequila Sunrise”, por la que además le arrebató el premio de la American Society of Cinematographers (ASC) a la mejor fotografía del año, pero seguramente el hecho de que la película de Robert Towne fuera un film menor, hizo que Biziou, en un film que globalmente tenía mucho más peso en la ceremonia, fuera finalmente el escogido para el premio.

Título en España: Arde Mississippi
Año de Producción: 1988
Director: Alan Parker
Director de Fotografía: Peter Biziou, BSC
Ópticas: Panavision Ultra Speed MKII, Cooke Varotal
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía, BAFTA, British Society of Cinematographers, American Society of Cinematographers (nom)

Vista en Blu-ray



Language / Idioma