Amadeus
221
post-template-default,single,single-post,postid-221,single-format-standard,bridge-core-3.3.2,qi-blocks-1.3.4,qodef-gutenberg--no-touch,qode-optimizer-1.0.4,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,vertical_menu_enabled,qode-title-hidden,qode-smooth-scroll-enabled,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-30.8.3,qode-theme-bridge,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-8.0,vc_responsive

Adaptación de la obra teatral de Peter Shaffer acerca de la supuesta rivalidad entre los músicos Antonio Salieri y Wolfgang Amadeus Mozart en la Viena del siglo XVIII. Lujosamente rodada con localizaciones principales en Praga (además de Viena) y en decorados contruidos por Patrizia Von Brandenstein, “Amadeus” es la más famosa de las nueve colaboraciones del director checho junto a su compatriota y operador predilecto, Miroslav Ondricek [ASC]. La película, típico producto de prestigio del productor Saul Zaentz (“The English Patient”), obtuvo un gran éxito de público y crítica, así como ocho premios de la Academia de Hollywood. 

Ya que el período retratado es anterior a la aparición de la luz eléctrica, el trabajo de Miroslav Ondricek es de clara inspiración naturalista, retratando los palacios, teatros, habitaciones y estancias en las que transcurre la historia con un estilo lumínico cuyo fin último es el de representar dichos escenarios en la gran pantalla de la manera más fidedigna posible a como lucían a finales del siglo XVIII. Por ello, la fotografía de interiores diurnos utiliza los grandes ventanales para justificar la procedencia de la luz, utilizando papel de calco sobre los cristales para suavizarla y difuminarla. Debido al gran número de ventanas en cada estancia y a la sobreexposición de la imagen sobre las mismas, los niveles lumínicos de los interiores día son altos y aunque el contraste sea en algún momento escaso, Ondricek obtiene buenos niveles de profundidad de campo que le permiten realizar muy buenas composiciones de imagen utilizando todo el ancho de la pantalla y objetivos gran angular. Complementando el estilo con luz rebotada, las imágenes tienen generalmente una buena justificación de las fuentes lumínicas, aunque cuando un personaje se sitúa justo delante de una ventana (y la luz incide sobre él por detrás), Ondricek lo ilumina también por delante –saltándose la justificación de fuentes- para evitar así la subexposición en su rostro y la oscuridad para el espectador.

En cuanto a las escenas interiores nocturnas, éstas están resueltas por lo general mediante una suave luz rebotada que crea una ténue iluminación de base, para posteriormente, mediante la inclusión de velas y candelabros en pantalla, aumentar los niveles de luz en las zonas en los que éstos inciden a través de linternas chinas con idéntica temperatura de color (a tal efecto, las bombillas en su interior se pintaron de naranja). La leyenda dice que Forman y Ondricek se pusieron en contacto con Stanley Kubrick para que éste proporcionara los objetivos esféricos Zeiss F/0.7 usados en las escenas de velas de “Barry Lyndon”, a lo que el director neoyorquino se negó en rotundo. Sea como fuere, Ondricek terminó utilizando el formato panorámico anamórfico (cuyos objetivos pierden nitidez y contraste con niveles de luz escasos) y la entonces novedosa emulsión de alta sensibilidad Kodak 5293 (250 ASA), forzada un paso de diafragma (500 ASA). Los resultados, en términos globales, son muy positivos y ocasionalmente brillantes (especialmente en las secuencias de los teatros, con miles de velas iluminando las escenas), aunque en algunos momentos las imágenes son poco contrastadas y algo granuladas, mientras que los objetivos de la serie C de Panavision sufren las consecuencias de la escasa iluminación viñeteando y perdiendo nitidez en los bordes del fotograma. Por ello, paradójicamente, resultan más interesantes e incluso más reales las secuencias interiores nocturnas hacia el final del film (principalmente en la casa de Mozart), ya que en ellas la iluminación de base es casi inexistente y las velas (apoyadas por las linternas chinas) iluminan a los personajes de manera más real y crean un contraste mucho mayor.

En conjunto, se trata de un trabajo muy bien realizado desde cualquier punto de vista,  cuyos defectos son achacables en todo caso a las limitaciones técnicas del formato empleado y de las emulsiones fotográficas de la época. Y aún así, la calidad y la vistosidad de las imágenes rozan el sobresaliente debido a los tremendos riesgos asumidos por Ondricek. Ganadora del premio BAFTA a la mejor fotografía; nominada al Oscar y al premio de la British Society of Cinematographers (los cuales perdió, en un año de brutal competencia, ante el espectacular trabajo de Chris Menges [BSC] en “The Killing Fields”).

Título en España: Amadeus
Año de Producción: 1984
Director: Milos Forman
Director de Fotografía: Miroslav Ondricek, ASC
Emulsión: Kodak 5293 (250T)
Ópticas: «C-Series» y Super High Speed de Panavision
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Premios: Óscar a la Mejor Fotografía (nom), BAFTA a la Mejor Fotografía, British Society of Cinematographers (nom)

Vista en DVD

© Ignacio Aguilar, 2012.



Language / Idioma