Aterradora adaptación cinematográfica de una novela de Tim Krabbé, llevada a la pantalla tanto por el propio escritor como por el director George Sluizer. El argumento gira en torno a la desaparición de Saskia, una joven holandesa (Johanna Ter Steege) que se encontraba viajando por Francia junto a su novio (Gene Bervoets). La desaparición causa en éste un profundo trauma e incluso, pasados los años, le persigue y obsesiona, hasta el punto que le impide mantener una vida y relaciones normales. Por ello, fantasea con la idea de conocer al secuestrador de Saskia (Bernard-Pierre Donnadieu), aunque simplemente sea para saber qué es lo que sucedió aquél trágico día. Narrada de una forma no del todo convencional, a través de una estructura de flashbacks, “Spoorloos” es el retrato de una obsesión, una obsesión doble, que atormenta a los dos personajes masculinos del film, con consecuencias que es mejor desconocer totalmente a la hora de afrontar el visionado. El propio George Sluizer, que asegura que Stanley Kubrick fue un gran admirador de su película, llevó a cabo el remake americano de su propia obra, parece ser que con resultados netamente inferiores, incluso a pesar de contar con la presencia de Kiefer Sutherland y Jeff Bridges en los papeles principales y un equipo técnico de primera categoría.
El director de fotografía fue Toni Kuhn, nacido en Suiza en 1942 pero que, a tenor de su filmografía, vivió y trabajó de manera habitual en México. Al menos para quien escribe estas líneas, Kuhn era o es un completo desconocido, aunque posea, entre documentales y películas, más de cien créditos como director de fotografía.
De alguna manera, el hecho de no conocer ni al director ni al director de fotografía de una película juega a favor de la misma, ya que lo contrario nos predispone en cierta forma a esperar una determinada estética o estilo en el propio film. Viendo que en la filmografía de Toni Kuhn hay múltiples documentales, no es para nada extraño sin embargo que gran parte de la fotografía de “Spoorloos”, que está rodada alternando el francés y el holandés como lenguas de sus personajes, resulte extremadamente natural. De hecho, gran parte de la película está rodada haciendo uso exclusivamente de la luz disponible. Por ejemplo, la larga secuencia en la gasolinera, que probablemente esté rodada durante varios días, está planificada de tal manera que los cineastas pudieran rodar generalmente a contraluz, manteniendo una continuidad que, ángulo a ángulo, plano a plano, está muy bien conseguida. Seguramente esta estrategia, que se repite en todos los exteriores de la película, conllevase la necesidad de planificar la misma, previamente, hasta el último detalle, pero lo cierto es que una vez que la misma se pone en práctica, los resultados son óptimos, porque “Spoorloos” es un film que luce de manera absolutamente natural al estar rodado casi siempre, en exclusiva, mediante la luz disponible. Para lograrlo, Kuhn recurre de forma evidente a la sobreexposición, quemando los fondos sin ningún tipo de pudor, de manera que los personajes, que estarían “más en sombra” en comparación, lucen correctamente expuestos. Para ello, obviamente, se beneficia de un rodaje en 35mm que, en nuestros días, en digital, no podría llevarse a cabo de la misma forma, debido a que el negativo sigue luciendo bien cuando se quema pero, como es sobradamente conocido, lo mismo no ocurre ni mucho menos con el digital llevado al límite de la sobreexposición.
El film, de hecho, está rodado en emulsiones Fuji, menos habituales en la época que las clásicas de Kodak. Quizá por ello es por lo que posee un aspecto poco o muy poco contrastado, como si el director de fotografía hubiera recurrido a una emulsión de alta sensibilidad y, para rebajarla, la hubiera subrevelado, lo que siempre introduce una reducción del contraste y una mayor suavidad en pantalla. Gran parte de los exteriores están rodados haciendo uso de una lente zoom (seguramente el Angenieux 20-120mm T2.9), que empleada en condiciones de buena luminosidad a diafragmas cerrados, mantiene un aspecto con una calidad óptica razonable. Eso sí, cada vez que aparece un interior, o bien una cámara en mano, o no digamos ya una escena nocturna, Kuhn recurre a los clásicos Zeiss T1.4 High Speed, con su característico iris triangular. En aquél momento ya habían sido sustituidos por los T1.3, pero su calidad de imagen continuaba siendo excelente en casi toda circunstancia. Cuando tiene que iluminar, lo que hace Kuhn lo hace generalmente bien o muy bien, empleando en cada lugar (dependencias de la gasolinera, un túnel, o una casa) las fuentes del luz que probablemene habría en el mismo en caso de ser un lugar real, manteniendo niveles de luz reducidos y un aspecto natural.
Quizá en las escenas finales, no en el coche, en el que tampoco ilumina o ilumina muy poco, sino al final de la película, ya por la noche, sea el momento en el que la fotografía flaquea un poco más. Es cierto que la decisión de emplear una imitación de la luz de sodio (en contraposición al clásico azulado) eleva el realismo de la propuesta, pero lo cierto es que la misma no fotografía demasiado bien en pantalla y el nivel de grano es muy elevado, probablemente porque además de emplear las lentes muy abiertas, Kuhn tuvo que recurrir además al revelado forzado de la emulsión, por lo que la textura se hace demasiado prominente y evidente, creando cierta inconsistencia con lo visto anteriormente en el grueso de la proyección. En cualquier caso, aunque no se trata de un gran trabajo, sí que es uno suficientemente bueno como para apoyar de forma más que satisfactoria a la narrativa, y hacer creíble y cercano todo lo que ocurre en pantalla, que a la postre, es una contribución decisiva a que la película, sin una gota de sangre o el menor artificio, resulte absolutamente aterradora tanto en su retrato del asesino o secuestrador así como en su conclusión final.
Título en España: Desaparecida
Año de Producción: 1988
Director: George Sluizer
Director de Fotografía: Toni Kuhn
Ópticas: Zeiss T1.4 High Speed
Emulsión: Fuji
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.66:1
Vista en Blu-ray