Exitosa adaptación de una novela de Stephen King, que se aleja de los habituales trabajos de terror del creador de textos como “Carrie”, “Cujo”, “Christine” o “The Shining” centrándose en aspectos mucho más dramáticos y, aparentemente, autobiográficos. Ambientada en 1959, la historia sigue a un grupo de amigos (River Phoenix, Wil Wheaton, Corey Feldman y Jerry O’Connell) que después de enterarse que hay un cadáver en un bosque relativamente cercano, deciden emprender la aventura de ir a verlo con sus propios ojos. Todo ello contado bajo la perspectiva adulta de uno de ellos (Richard Dreyfuss), que decide escribir sobre el tránsito de la infancia a la adolescencia después de la muerte, ya como adulto, de uno de estos muchachos. Reiner consiguió una enorme química entre su joven grupo de actores y, ello, unido a los temas que trata, hizo que consiguiera una película muy sólida, más dirigida al público adulto que al infantil, con situaciones insólitas para el cine actual americano como la de ver a niños fumando en pantalla o empleando un lenguaje que a día de hoy sería considerado totalmente incorrecto.
El director de fotografía fue el americano Thomas del Ruth [ASC], un operador que ha desarrollado el grueso de su carrera en televisión, aunque su filmografía contiene una veintena de películas entre las que destacan, además de la presente, títulos como “The Running Man” (Paul Michael Glaser, 1987) o “Look Who’s Talking” (Amy Heckerling, 1989), aquél gran éxito con John Travolta que tuvo un par de secuelas, en la segunda de las cuáles también participó Del Ruth. En televisión, destacan trabajos como “ER”, la serie que lanzó a la fama a George Clooney, además de “The West Wing”, ya en los 2000. Sin embargo, como les ocurre a otros directores de fotografía, lo más interesante de Del Ruth es su etapa de formación, primero como ayudante de cámara y posteriormente como operador, entre 1964 y 1978, en la que tuvo ocasión de trabajar con directores de fotografía importantísimos: Joseph MacDonald (“The Sand Pebbles”, William Daniels (“Valley of the Dolls”), Leon Shamroy (“Planet of the Apes”), Joseph Biroc (“The Detective”), Richard H. Kline (“The Boston Strangler”), Conrad Hall (“Butch Cassidy and the Sundance Kid”), Fred Koenekamp (“Patton”), William Fraker (“Aloha, Bobby and Rose”), Jordan Cronenweth (“The Front Page”), Robert Surtees (“The Great Waldo Pepper”) o Bruce Surtees (“The Outlaw Josey Welles”), incluso con repeticiones con varios de ellos, que le aseguraron una formación irrepetible.
Esta influencia, especialmente la de Hall, Fraker, Bruce Surtees o Cronenweth, es evidente durante el metraje de “Stand By Me”, cuyo estilo es de un evidente naturalismo, a fin de hacer que los hechos que el espectador ve en pantalla resulten creíbles, pero a la vez añadiéndole cierta estilización que hace que estos hechos, que son recuerdos, tengan un aspecto de época y de un momento irrepetible en la vida de los protagonistas. Por ello, todas las escenas de presente, con el personaje de Richard Dreyfuss, están rodadas de modo convencional y sin filtraje, mientras que el grueso de la película, con los cuatro muchachos, contiene un aspecto muy suave y difuso, fruto de la utilización de filtros tipo Fog o Low-Contrast, muy al estilo de la década de los 70, antes de que este tipo de filtraje cayera en desuso porque no encajaba bien con la estructura de grano de las primeras emulsiones de alta sensibilidad. Pero aquí, los halos que se crean en torno a las zonas sobreexpuestas del negativo, la reducción de contraste y la suavidad general funcionan muy bien, especialmente porque “Stand By Me” es una película que en su inmensa mayoría consta de escenas exteriores diurnas, muy bien resueltas por Del Ruth.
Utilizando diafragmas relativamente abiertos para controlar la profundidad de campo, Del Ruth hace que casi todas las escenas estén coreografiadas a contraluz, de modo que cuenta con una mayor continuidad y un aspecto mucho más natural, pues al sobreexponer los fondos, su labor sobre todo consiste en rellenar un poco los rostros de los actores cuando ello es necesario. Las localizaciones de Oregón y el norte de California en que se rodaron todos estos exteriores colaboran mucho a que las imágenes tengan mucho atractivo, aunque la cámara de Reiner y Del Ruth, con una puesta en escena muy atinada y concisa, colabora de forma decisiva a que se obtenga un gran partido de las mismas. En los exteriores nocturnos en mitad de los bosques es en donde quizá Del Ruth tenga más problemas, aunque sus soluciones son clásicas: luz de HMI con ligeros toques azulados para los fondos, una hoguera como fuente de luz principal de los personajes (que únicamente se ve en planos generales sin movimiento, lo que a buen seguro permitió rodar a 12 fps y aumentar la exposición) y el típico juego de dos o tres aparatos con gelatina CTO y algo de flickeo para conseguir la ilusión en los planos cortos.
Los resultados son muy buenos, siempre con exposiciones muy precisas que no tienen nada que envidiar a las de los maestros de Del Ruth, así como imágenes que además de resultar realistas, contienen un punto justo de estilización para quedar bonitas en pantalla (los Panavision Ultra Speed también colaboran con su extraordinario look), todo ello con ese aspecto de época añorada que era esencial para la narrativa. Globalmente, además, parece ser que incluso el propio Stephen King quedó muy satisfecho con la traslación de su relato a la pantalla, lo que hizo que Reiner fuera el encargado de dirigir posteriormente la adaptación de “Misery” (1990), y que incluso nombrase Castle Rock a su propia productora, en honor de la pequeña y ficticia población que aparece en este film con un sabor y temática tan de los 80.
Título en España: Cuenta Conmigo
Año de Producción: 1986
Director: Rob Reiner
Director de Fotografía: Thomas Del Ruth, ASC
Ópticas: Panavision Ultra Speed
Emulsión: Kodak 5247 (100T) & 5294 (400T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Vista en HDTV
© Ignacio Aguilar, 2017.