The Great Escape
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The Great Escape

Adaptación del libro de Paul Brickhill, al parecer basado en hechos más o menos reales y ambientado en un campo de prisioneros aliados durante la Segunda Guerra Mundial, en el que los nazis mantienen apresados a centenares de combatientes. A fin de fugarse, los prisioneros comienzan la construcción de un total de tres túneles que deben de llevarles desde los barracones hasta los árboles situados más allá del recinto, preparando en paralelo además los trajes y la documentación que haga posible la fuga desde el centro de Alemania hasta uno de los países aliados. Narrada en un tono que mezcla lo serio y lo paródico por el director John Sturges, «The Great Escape» es un gran entretenimiento a lo largo de sus casi tres horas de proyección, amenizadas por las idas y venidas del personaje de Steve McQueen hacia el calabozo, o la presencia de nombres como James Gardner, Richard Attenborough, Donald Pleaseance, Charles Bronson o James Coburn en el reparto. Cinematográficamente, su visionado requiere no cuestionarse de forma demasiado profunda su guión, a pesar que el ritmo, la famosa banda sonora de Elmer Bernstein y las peripecias que los personajes viven en pantalla hagan que se puedan pasar por alto muchos de sus defectos.

El director de fotografía fue el veterano Daniel L. Fapp [ASC], quien apenas dos años antes había ganado el premio Oscar por su fotografía en color y en 65mm de «West Side Story» (Robert Wise & Jerome Robbins, 1961). «The Great Escape» fue su primer trabajo para Sturges, al que le seguirían años después «Ice Station Zebra» (1968), así como «Marooned» (1969) después de cuyo rodaje se retiraría del mundo del cine, no sin antes acumular sendas nominaciones por cada uno de estos trabajos. En su carrera, que ya como primer operador se remontaba a 1941, también recibió nominaciones al Oscar por sus trabajos en «One, Two, Three» (Billy Wilder, 1961), «Desire Under The Elms» (Delbert Mann, 1958), «The Five Pennies» (Melville Shavelson, 1959) y «The Unsinkable Molly Brown» (Charles Walters, 1964), aunque por algún motivo, la carrera de Fapp permanece más en el olvido que la de algunos de sus colegas de la época.

«The Great Escape» fue íntegramente rodada en tierras alemanas, tanto en exteriores naturales como en interiores de estudio en los que fue recreada una réplica del campo de prisioneros en los que tuvieron los hechos reales. No debió de ser una película sencilla para Fapp en casi ningún aspecto; por supuesto, lo más complicado debió de ser fotografiar los interiores del túnel que construyen los aliados, un espacio muy angosto y en el que, además, había que simular la luz de los farolillos o pequeñas bombillas instaladas para favorecer la huida. En cuanto a espacio, los problemas están bastante bien resueltos en pantalla, aunque quizá se eche en falta alguna toma que exprese mejor en pantalla la longitud del tunel.

Pero sí es cierto que, a pesar de que las fuentes de luz presentes en el mismo eran complicadas de reproducir de forma real, en casi ningún momento se consigue crear una sensación real de que el mismo esté iluminado con dichas fuentes. Gran parte de los interiores, por otro lado, tienen lugar dentro de barracones y espacios que tampoco son precisamente grandes. De ahí que tampoco sorprende que Fapp, limitado de opciones, lleve a cabo un trabajo de iluminación poco interesante pero que eso sí, respeta las tradicionales luces duras y altos niveles de intensidad de luz (seguramente, un T5.6 a 50 ASA) del cine de la época.

Los exteriores diurnos, de los que hay bastante a lo largo de la proyección, son mucho mejores, con muy buena continuidad de la luz y cielos azulados, ya que Fapp emplea bastante la luz solar frontal que tiende a favorecer la correcta exposición de los cielos. También hay algunas escenas con cielos encapotados, menos vistosas, aunque de nuevo la continuidad sigue siendo muy buena. Sin embargo, el film muestra numerosas escenas muy problemáticas desde el punto de vista estético (como gran parte de los exteriores nocturnos, o también, la escena en que los prisioneros beben el licor fuera de los barracones) que es dificil interpretar si es que fueron rodadas con algún tipo de filtro de bajo contraste que hace que su aspecto sea muy aplanado, o bien, si su actual aspecto se debe exclusivamente a una mala conservación o transferencia de los elementos originales, ya que muchas secciones de la película parece que proceden de materiales de tercera, cuarta o quinta generación, de manera que la propia película va dando saltos en los que aparecen escenas mucho más granuladas y con una reproducción de color muchísimo peor que en otras escenas.

Esta situación tan extraña, especialmente en una película tan importante como la presente y que pertenece al catálogo de un gran estudio, hace que resulte casi imposible valorar en su justa medida el trabajo de Daniel L. Fapp. Es cierto que «The Great Escape» tampoco parece precisamente su mejor obra, pero en las condiciones en las que está representada en la actualidad, incluso en formatos de alta definición, es muy complicado hacer un justo balance entre su calidad de imagen y el trabajo del director de fotografía. Por lo menos, sí que se puede valorar el trabajo de cámara, que es bueno y obtiene un gran partido de las localizaciones y especialmente, de la peculiar fisonomía de los decorados y del gran número de personajes que aparecen en pantalla, elementos todos ellos que hacían que, en cierto modo, fuera obligatorio que «The Great Escape» fuera rodada en formato panorámico anamórfico, no ya para mostrar una imagen de mayor tamaño en cines, sino para aprovechar de forma clara la relación de aspecto del mismo y llenar siempre el encuadre del máximo de información posible.

Título en España: La Gran Evasión
Año de Producción: 1963
Director: John Sturges
Director de Fotografía: Daniel L. Fapp, ASC
Ópticas: Panavision B Series
Emulsión: Kodak 5251 (50T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1

Vista en HDTV



Language / Idioma