Panavision
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Extravagante adaptación cinematográfica de la obra musical de Alan Jey Lerner, llevada a la pantalla por Joshua Logan (“South Pacific”, “Camelot”) al final de la época de éxito de este tipo de películas (“Paint Your Wagon”, como “Star!”, fueron grandes producciones que fracasaron en taquilla). El argumento tiene como protagonistas a dos hombres (Lee Marvin y Clint Eastwood) que se asocian tras encontrar casualmente oro en un rincón del oeste americano. El descubrimiento da lugar al asentamiento de una ciudad a la que ni siquiera ponen nombre, en la que todos los habitantes son hombres… hasta que aparece un mormón con dos mujeres y Ben Rumson (Marvin) le compra a una de ellas (Jean Seberg), lo que dará lugar a nuevos problemas. Por supuesto, con tal argumento, el film no podría ser otra cosa que una estrafalaria comedia en la que se cantan canciones, pero el mismo se desarrolla con un elevado grado de encanto y desenfado, especialmente en todo lo relativo al personaje del propio Lee Marvin, que además canta el recordado número “Wandr’in Star”. Pero “Paint Your Wagon” posee también un elevado número de detractores, eso sí, precisamente en parte por las pocas habilidades para el canto de Marvin, Eastwood y Seberg (que fue doblada, además de tener un personaje muy desdibujado) y por el derroche de la producción, con un presupuesto que rondó los veinte millones de dólares de la época. Harve Presnell y Ray Walston, entre otros, poseen personajes secundarios.

Adaptación cinematográfica de un libro de David Grann, producido por Apple con un enorme presupuesto de doscientos millones de dólares, con los que durante también más de doscientos minutos de proyección Martin Scorsese adentra al espectador en la historia de los indios Osage, unos nativos americanos que encontraron petróleo en sus tierras. Y como consecuencia de la aparición del oro negro, llegó el hombre blanco a sus dominios para corromperlo todo. Robert De Niro interpreta a Bill Hale, un hombre influyente que vive en esas tierras, mientras que Leonardo Di Caprio es su tozudo sobrino, que se casa con una joven india (Lily Gladstone) por influencia del tío, que ansía, eliminando a toda su familia, quedarse con el dinero que poseen. Ello tiene muchas ramificaciones, entre ellas, la aparición en escena del FBI, que decide investigar los crímenes después de una denuncia cuando los mismos son absolutamente aparentes. Lo que a priori debería de ser una historia con mucho interés se convierte en una película de un ritmo muy errático y plomizo, que exige mucha paciencia al espectador hasta que la historia arranca de verdad, pero ni siquiera en su parte final -que además es más convencional- vuela demasiado alto, excepto, curiosamente, en un epílogo que cambia absolutamente de estilo con respecto a todo lo visto anteriormente. Y ello es una lástima, porque el talento delante y detrás de las cámaras es descomunal, pero las larguísimas tres horas y media de proyección se sienten minuto a minuto, mientras se tiene la sensación de que lo mismo podría haberse contado (mejor) en mucho menos tiempo.

Continuación directa de “2001: A Space Odyssey” (1968), el clásico de Stanley Kubrick, basado a su vez en la propia continuación del libro que dio pie al film, escrito por el autor del original, Arthur C. Clarke. La historia, como su propio título indica, se desarrolla nueve años después, cuando una nave tripulada tanto por rusos como por estadounidenses, vuelve hacia las lunas de Jupiter para averiguar qué le sucedió a la nave Discovery, al astronauta Dave Bowman y, por supuesto, al ordenador HAL 9000. En manos del guionista y director Peter Hyams, “2010” es lógicamente una película mucho más convencional que su predecesora, con un propósito claro de ofrecer muchas más respuestas que preguntas. Aún así, Hyams consigue una sólida recreación estética y una narrativa que, no por ser convencional, es desdeñable, de manera que se “2010” es una buena película aunque se quede a muchísima distancia de la película de Kubrick, sin manchar su buen nombre. Roy Scheider, John Lithgow, Helen Mirren, Bob Balaban, Keir Dullea, Mary Jo Deschanel y Douglas Rain, poniendo de nuevo su voz al servicio de HAL 9000 en la versión original, forman el reparto de un film cuyo sólido acabado fue merecedor de cinco candidaturas a los Oscar (dirección artística, vestuario, maquillaje, sonido y efectos visuales).

Remake de la película del mismo título dirigida por Richard Fleischer en 1952, cuyo argumento gira en torno a un asesinato cometido por la mafia, que es involuntariamente presenciado por una mujer (Anne Archer, en su eterno papel de madre sufridora), quien desde entonces ha buscado refugio en un lugar recóndito en las montañas en Canadá. Sin embargo, un investigador (M. Emmet Walsh) da con ella, lo que hace que un fiscal (Gene Hackman), decida ir a buscarla para traerla de nuevo a la ciudad y que testifique contra los asesinos. Ello dará lugar a un juego del gato y el ratón en un tren nocturno, con los mafiosos pisándoles los talones, mientras el fiscal trata de mantener a salvo a la mujer. De haber sido protagonizada casi por cualquier otro actor (y no digamos ya un héroe de acción de los típicos del cine de los 80 y los 90), esta película de Peter Hyams podría haber sido el típico vehículo para el lucimiento de su protagonista masculino con múltiples peleas, disparos, etc. pero sin embargo, al entregarle el film a Gene Hackman, Hyams se asegura una poderosa presencia en su protagonista y un buen número de escenas en las que el actor consigue salir airoso de las circunstancias y mantener el interés de la película, que apuesta más por lo tanto por el suspense, con algunas secuencias logradas, que por la acción, aunque también contiene notables escenas aéreas y con especialistas. El guión no está a la altura de las circunstancias, sin embargo, pero si no se toma demasiado en serio, “Narrow Margin” ofrece un sólido entretenimiento mientras ofrece la posibilidad de disfrutar de Hackman. James B. Sikking, J.T. Walsh o Harris Yulin completan el efectivo reparto.

Adaptación cinematográfica de una novela de Martin Caidin, estrenada a finales de 1969, pocos meses después de la llegada del hombre a la luna, que relata unos hechos muy parecidos a los que posteriormente sufriría el tristemente célebre Apollo XIII: tres astronautas (Richard Crenna, Gene Hackman y James Franciscus) no consiguen regresar a la tierra a la finalización de su misión en el espacio exterior, por lo que deben de ser rescatados antes que se les termine el oxígeno. Al mando de la película se situó el veterano John Sturges, con un reparto que incluía además a Gregory Peck, David Janssen o Lee Grant entre otros, así como un generoso presupuesto. El film mantiene principalmente un aproximamiento realista a los hechos (incluso prescinde de una banda sonora al uso) pero desgraciadamente es fallido, ya que no es ni muy interesante, ni particularmente entretenido, ya que su realización es muy desganada y gran parte de los procedimientos que se ven en pantalla, además de desfasados, resultan demasiado largos y repetitivos. Con todo, “Marooned” es un título curioso, no muy destacable entre otros de corte similar, aunque sus intentos de evitar un tono épico, patriótico o incluso, glorioso respecto al éxito de la carrera espacial norteamericana, resulten loables.

Adaptación de unos hechos aparentemente reales, escrita para la pantalla por Rospo Pallenberg, colaborador habitual del cine de John Boorman. Ambientada en Brasil, tiene como protagonista a un ingeniero (Powers Boothe) que trabaja liderando la construcción de una presa en la selva amazónica. Un día, lleva a su mujer (Meg Foster) y a su hijo al lugar de la construcción, pero el niño desaparece entre la vegetación después de encontrarse con una tribu que vive en la selva. Años después el ingeniero parte en una expedición para intentar dar con él en el corazón del amazonas. Se trata de un relato de aventuras de tintes claramente ecológicos o incluso de concienciación de la relación del hombre con la naturaleza mucho años antes que el mismo tema pasase a ser una de las principales preocupaciones de la humanidad. Sin embargo, incluso a pesar del buen trabajo de Charley Boorman como el hijo ya adolescente, la película de John Boorman funciona mejor en el plano trascendental o místico que cuando desciende claramente a la tierra, especialmente en una subtrama final, fusil en mano, casi más propia del cine de Paul Schrader que de un cineasta como el británico. Con todo, “The Emerald Forest” continúa funcionando relativamente bien, a pesar de un tercio final que echa por tierra gran parte del misterio y la ambientación que tan bien funcionan durante los dos primeros tercios del metraje.

Primera adaptación cinematográfica de la novela de Thomas Hardy (el autor de "Tess", adaptada al cine por Roman Polanski en 1979), que está centrada en una mujer (Julie Christie) de la segunda mitad del siglo XIX en Inglaterra, que es cortejada sucesivamente por tres hombres: el granjero fiel y trabajador (Alan Bates), un vecino maduro, con tierras (Peter Finch) y un sargento del ejército (Terence Stamp). Y en esas relaciones, o en las decisiones que va tomando el personaje central, casi siempre se aprecia cómo va cayendo en sucesivos errores derivados de la inconsciencia del amor. Quizá con este film la Metro-Goldwyn-Mayer quiso emular el éxito de "Doctor Zhivago" uniendo a la protagonista femenina del film de David Lean con el realizador que, en el mismo año, le hizo ganar el Oscar a la mejor actriz por "Darling" (1965), el británico John Schlesinger. Pero lo cierto es que los resultados dejan bastante que desear, con unos cuantos giros en la trama que quizá estén bien explicados en la novela de Hardy, pero que en esta adaptación a cargo de Frederic Raphael ("Two For the Road", "Eyes Wide Shut") nunca terminan de estar bien hilvanados, lo que hace que el film se vea con cierta perplejidad. Prunella Ransome y Freddie Jones tienen papeles secundarios en el film.

Séptima entrega de las misiones imposibles de Ethan Hunt (Tom Cruise) y su grupo de espías (Rebecca Ferguson, Ving Rhames y Simon Pegg), quienes en esta ocasión, tienen que ir en búsqueda de una llave que, de caer en manos de un peligrosísimo enemigo (una inteligencia artificial) pondría en peligro al mundo entero. El juego de traiciones -en el que continúa el personaje de Vanessa Kirby, pero al que se suman Hayley Atwell y Esai Morales, como el villano que hace física la amenaza de la inteligencia artificial- posee un elevado nivel, aunque la estrella de la función continúa siendo un incombustible Tom Cruise, quien de la mano de Christopher McQuarrie, parece empeñado en que el público vuelva a las salas de cine. Y en ese sentido, el film es absolutamente exitoso, pues ofrece una espectacularidad que es imposible de recrear en un entorno doméstico con múltiples escenas de acción, que en esta ocasión incluyen una persecución en Roma, una pelea (o varias) en Venecia y una espectacular secuencia en un tren a través de los Alpes, que incluye el tan publicitado salto de Tom Cruise, en moto, desde la ladera de una montaña. Los resultados continúan siendo tan buenos como en las últimas entregas de la saga y el abrupto final de la historia (que continuará con una octava parte, pendiente de estreno y aún no finalizada), deja con ganas de mucho más. Henry Czerny retoma su personaje del primer "Mission Impossible" de 1996, en un film que en cierto modo es una continuación del mismo. 

Divertido y excesivo musical a cargo del cineasta australiano Baz Lurhmann, rodado después de su éxito con “Romeo + Juliet” (1996). En el mismo, Ewan McGregor encarga a un escritor idealista que, a finales del siglo XIX llega a París y muy pronto se ve envuelto en la revolución bohemia y escribiendo una obra cuyo fin es ser representada en el famoso cabaret que da título al film. Y también muy pronto se enamora de la protagonista de la misma (Nicole Kidman), una cortesana con aspiraciones de actriz que vende su amor a los hombres, para lo cual tendrá que luchar contra el peligroso Duque (Richard Roxburgh), el productor de la obra, que también pretende quedarse con la chica. El resultado, dos décadas después de su estreno, continúa siendo simpático pero algo estrambótico, por el uso de música contemporánea, de un lado, pero sobre todo, por la dirección de Baz Luhrmann, quien se empeña en recordarnos plano a plano quién está detrás de las cámaras del folletín. Jim Broadbent y John Leguizamo forman el reparto de secundarios, en un film en el que también tiene su aparición Kylie Minogue, aunque sea de forma absolutamente testimonial.

Quinta entrega de las aventuras de Indiana Jones, el personaje creado por George Lucas y Steven Spielberg para “Raiders of the Lost Ark” (1981), con continuaciones como “The Temple of Doom” (1984), “The Last Crusade” (1989) e “Indiana Jones and the Kingdom of Crystal Skull” (2008), todas ellas dirigidas por Steven Spielberg. En esta ocasión, el veterano cineasta le cede los mandos al realizador James Mangold (“Ford Vs. Ferrari”), aunque el protagonista sigue siendo Harrison Ford, quien contaba con 78 años en el momento del rodaje en 2020. El argumento, ambientado en 1969, justo cuando Indiana se jubila de sus clases, gira en torno a la búsqueda (cómo no) de un artefacto diseñado por Arquímedes, que teóricamente, podría permitir los viajes en el tiempo a quien tuviera las dos partes en que se divide en su poder. Y también, cómo no, un antiguo nazi (Mads Mikkelsen), que ahora trabaja en el programa lunar estadounidense, se encuentra tras la pista del mismo. A fin de encontrarlo, Indy será acompañado en esta ocasión de Helena (Phoebe Waller-Bridge), hija de un antiguo colega del arqueólogo (Toby Jones), así como del joven Teddy (Ethann Isidore). A pesar de todos los esfuerzos por conseguir recuperar el tono de la trilogía original, así como de crear una película de aventuras entretenida y para todos los públicos, el ejercicio que mejor le funciona a los cineastas es el de la nostalgia de ver a Harrison Ford de nuevo en la piel de Indiana Jones, pues los resultados son (en el mejor de los casos) más bien discretos, comenzando por un guión muy errático y terminando con una ejecución que resulta manifiestamente mejorable, algo de lo que ya adolecía la cuarta entrega de la saga, que es con la que desgraciadamente guarda más similitudes esta quinta. Thomas Kretschmann y Antonio Banderas tienen papeles muy secundarios en el film.

Language / Idioma