Film que narra un período de diez años (1964-1974) de la vida del boxeador Cassius Clay (Will Smith), más conocido como Muhammad Alí, desde su primer título mundial de los pesos pesados hasta su victoria sobre Foreman en Zaire. Por otro lado, Mann también retrata la vida personal y los matrimonios del boxeador, su conversión al Islam, su relación con Malcolm X o su negativa a ser reclutado para la guerra de Vietnam en 1967, así como la permanente defensa que realizara de los Derechos civiles de los negros, en un conjunto cuyos resultados son algo irregulares, alternando momentos en que la puesta en escena de Mann o su montaje consiguen momentos notables, con otros en los que el tedio se apodera de la pantalla, a pesar del muy buen trabajo de Will Smith como el personaje principal.
El director de fotografía escogido por Michael Mann para sustituir a Dante Spinotti, con quien había trabajado consecutivamente, con muy buenos resultados, en “Manhunter”, “The Last of the Mohicans”, “Heat” y “The Insider”, fue el mexicano Emmanuel Lubezki [ASC, AMC], cuyos trabajos Hollywoodenses hasta aquél momento mostraban su vertiente más creativa en el uso de la luz artificial en películas rodadas en grandes interiores de estudio, como “A Little Princess” o “Sleepy Hollow”.
En este caso, el aspecto visual del film está logrado a base de algunos de los elementos característicos del cine de su director, como el uso continuo de la cámara al hombro y de varias cámaras simultáneas en todo momento o mucho movimiento con el film de lograr un mayor dinamismo y proximidad. Por ello, siguiendo también los anteriores pasos de Spinotti en este sentido, la iluminación de Lubezki generalmente confía en las fuentes naturales de los decorados o localizaciones para crear una iluminación justificada para cada uno de los distintos ángulos de cámara, iluminando espacios en lugar de personajes, avanzando ya un poco el estilo que adoptaría el propio Lubezki en sus grandes obras de años venideros. En gran parte de las secuencias interiores hace uso además de una fuerte sobreexposición (generalmente cuando la luz proviene de las ventanas o un haz de luz penetra a través de las mismas), de tal manera que crea a través de ésta el sello visual del film y además consigue captar detalle en las sombras sin utilizar luz adicional de relleno sobre los personajes.
Asismismo, aunque no existe una continuidad o evolución dramática en la luz, la textura o el color para identificar cada momento de la historia o de la vida de Alí, Lubezki emplea diversas técnicas a lo largo de la película, que van desde el retrato de cálidas imágenes en los exteriores (Alí discutiendo con su padre o su estrenamiento rodeado de gente en Zaire), luz dura y desde arriba en los combates, múltiples secuencias interiores nocturnas en las que emplea subexposición e iluminación cenital o diferentes variedades tonales (fruto de rodar con fluorescentes sin corregir o con una emulsión equilibrada para luz artificial en luz diurna sin el filtro 85B) o incluso una interesante mezcla de emulsiones Kodak y Fuji e incluso revelado forzado hasta los 1000 ASA para trabajar con niveles de luz aún inferiores. Pero además, para breves insertos durante los combates, Lubezki utilizó cámaras DV PAL con el fin de lograr una inmediatez aún mayor, pero sobre todo obtuvo un mayor rendimiento de la cámara Sony CineAlta F-900 para captar los detalles del paisaje urbano durante secuencias como el entramiento nocturno de Alí o para mostrar a éste haciendo el amor con su primera esposa mientras a través de las ventanas se aprecian (y vislumbran) las luces de la ciudad durante la noche.
Por todo ello, “Alí” es una película de texturas y elementos visuales muy diferentes entre sí que únicamente toma una clara uniformidad en cuanto al habitual estilo de cámara del director o a la forma en que se retratan los combates, ya que a pesar del buen aspecto del conjunto y de lo elaborado del acabado visual de cada una de las secuencias, se echa en falta (a pesar de ser una decisión completamente consciente por parte de los cineastas) una progresión dramática en las elecciones de iluminación y de color mientras avanza la narración, de modo que a pesar que el acabado formal es siempre muy bueno, como no podría ser de otra forma en el operador mexicano, a la postre resulta también demasiado superficial y más interesado en la mera estética que en adaptarse a la narración.
Título en España: Alí
Año de Producción: 2001
Director: Michael Mann
Director de Fotografía: Emmanuel Lubezki, ASC, AMC
Emulsión: Kodak 5274 (200T), 5279 (500T) y Fuji Super-F 8572 (500T)
Ópticas: Panavision Primo
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 2.4:1
Otros: Sony F-900 y DV PAL (tomas adicionales)
Vista en DVD
© Ignacio Aguilar, 2012.