Producción polaca, que comienza ambientada en 1949, justo después del fin de la Segunda Guerra Mundial y de que se instaurara en este país un régimen satélite de la URSS. La historia narra, durante casi dos décadas, la historia de amor entre un compositor musical (Tomasz Kot) y una joven de oscuro pasado (Joanna Kulig) que es lanzada por él como cantante. Sin embargo, su amor sufre graves vaivenes por sus diferentes caracteres, a pesar de lo cual parecen condenados a encontrarse siempre y vivir su propia “guerra fría” amorosa. Con este film al cineasta Pawel Pawlikowski continúa la senda de su anterior y exitosa “Ida”, con una historia narrada con su particular estilo frío, distante y elíptico, aunque quizá con ciertas pretensiones más comerciales que aquélla.
El director de fotografía vuelve a ser Lukasz Zal [PSC], quien debutó precisamente con “Ida”: originalmente era el operador de cámara de Ryszard Lenczewski [PSC], el director de fotografía que empezó la película y que había rodado previamente tres películas anteriores de Pawel Pawlikowski. Sin embargo, Lenczewski abandonó el rodaje al poco tiempo de comenzarlo y entonces, ante la imposibilidad de encontrarle un sustituto, Pawlikowski decidió darle la oportunidad al joven Zal, que nunca había rodado un film, pero que la aprovechó hasta el punto que, en un crédito compartido, tanto él como Lenczewski fueron nominados al Oscar y obtuvieron el premio “Spotlight” de la American Society of Cinematographers (ASC). “Cold War” confirma que Zal no solo se ha hecho con el puesto de director de fotografía de Pawlikowski, sino que la gran imagen de “Ida” no fue una casualidad.
Con “Cold War”, los cineastas han decidido repetir casi por completo el mismo esquema que tan bien les funcionó con “Ida”: rodaje en digital con la Arri Alexa, blanco y negro, componiendo para la relación de aspecto clásica de 1.37:1, empleando además los Arri/Zeiss Ultra Prime como juego principal de lentes, complementándolo con algunos zooms Angenieux Optimo cuando era necesario. A pesar, por tanto, de que los cineastas buscan una imagen de época, la decisión por motivos económicos tuvo que ser la de encontrarla recurriendo a la adquisición digital. Eso sí, como indica Zal en “American Cinematographer”, lo que hicieron fue llevar a cabo pruebas idénticas (los mismos planos) en 35mm y HD, etalonando el 35mm para dejarlo a su gusto y, posteriormente, intentar igualar al máximo el metraje digital para crear dos LUT, una para las secuencias nocturnas y otra para las diurnas. El resultado es una película que sí parece muy veraz en su retrato de la época, aunque como le sucedía a “Ida”, el hecho de emplear lentes modernas y muy nítidas provoca una definición que es mayor que la que tendría un film o bien de su época, o bien rodado actualmente en 35mm.
Pero ello no supone un menoscabo alguno: “Cold War” es una película con una fotografía realmente magnífica, que hace algo que además es dificil. En lugar de seguir el modelo tradicional de fotografía en blanco y negro, basado en crear fortísimos contrastes dentro de la escala de grises a través de luz dura, luces de contorno, relleno, contraluz, etc. lo hace con luz suave, algo ya presente en “Ida”. Y es que, como en aquélla, “Cold War” posee una iluminación de alto contraste (que es la que posibilita esos negros intensos y profundos) pero realizada no con luces duras y puntuales, sino con grandes fuentes de luz suave, obtenidas gracias al empleo de grandes palios para rebotar aparatos muy potentes o, por lo general, para filtrar con diferentes sedas y materiales difusores esos mismos aparatos. El resultado es que, a pesar del blanco y negro, “Cold War” posee una imagen que muchas veces parece iluminada estrictamente con esa única fuente de iluminación muy grande, muy suave y lateral, que hace que el contraste de la imagen sea alto y que, casi siempre, provoque siluetas cuando los cineastas ruedan contra la fuente de luz o que los rostros posean un lado en sombra y otro en luz.
A este magnífico aspecto, que nunca se ve traicionado por Zal por el empleo de una luz de relleno que no le haga falta o una fuente desde el otro lado, se le une que la relación de aspecto 1.37:1 no resulta para nada caprichosa. Sigue habiendo aquí el mismo tipo de plano con los personajes situados de mitad (de la altura) de la pantalla hacia abajo, pero el film está muy bien compuesto y muchos planos obtienen un gran partido de la mayor altura o preponderancia de la misma que ofrece esta relación de aspecto. Además, en un estilo muy clásico, son abundantes los planos que ofrecen una gran profundidad, no en el sentido de un “Deep Focus” con todo enfocado, sino que los fondos ofrecen fugas y fondos muy presentes que hacen que las imágenes sean muy interesantes. Los resultados son por tanto muy buenos, siendo el mayor problema de este fotografía el hecho de que es una continuación de lo visto en “Ida”, de modo que puede resultar menos original que aquélla, cuando realmente lo que hace es tomar lo mejor de ese trabajo y madurarlo y potenciarlo en una escala algo mayor.
Título en España: Cold War
Año de Producción: 2018
Director: Pawel Pawlikowski
Director de Fotografía: Lukasz Zal
Ópticas: Zeiss Ultra Prime, Angenieux Optimo
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (ArriRaw 3.4K), 1.37:1
Premios: American Society of Cinematographers (nom)
Vista en Blu-ray