Angenieux
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Adaptación de una novela de John Ball, escrita para la pantalla por Stirling Silliphant, que está ambientada durante un cálido verano en un pueblo ficticio del estado de Mississippi. Allí, cuando un policía local (Warren Oates) descubre el cadáver de un empresario durante una patrulla de madrugada, el Sheriff (Rod Steiger) decide terminar rápidamente el caso acusando a un hombre de raza negra (Sidney Poitier) del crimen. Pero resulta que este hombre es un detective de homicidios de Filadelfia y, para sorpresa de los locales, le es asignado el caso con el apoyo de la viuda (Lee Grant) del fallecido, con las reticencias de todos los lugareños por cuestiones raciales. Se trata de un film importante, de éxito comercial y notable reseñas críticas, que obtuvo el Oscar a la mejor película, mejor actor (Steiger, aunque Poitier ni siquiera fue candidato al premio), guión, efectos de sonido y montaje (para el futuro director Hal Ashby), en el que el director Norman Jewison, especialista en películas comprometidas, lleva a la pantalla un tema entonces delicado con oficio, firmeza y convicción. Quizá la historia detectivesca en sí es lo más flojo de una película caracterizada sobre todo por sus interpretaciones y fuerza de su temática, que perdura muchos años después de su estreno.

Extravagante adaptación cinematográfica de la obra musical de Alan Jey Lerner, llevada a la pantalla por Joshua Logan (“South Pacific”, “Camelot”) al final de la época de éxito de este tipo de películas (“Paint Your Wagon”, como “Star!”, fueron grandes producciones que fracasaron en taquilla). El argumento tiene como protagonistas a dos hombres (Lee Marvin y Clint Eastwood) que se asocian tras encontrar casualmente oro en un rincón del oeste americano. El descubrimiento da lugar al asentamiento de una ciudad a la que ni siquiera ponen nombre, en la que todos los habitantes son hombres… hasta que aparece un mormón con dos mujeres y Ben Rumson (Marvin) le compra a una de ellas (Jean Seberg), lo que dará lugar a nuevos problemas. Por supuesto, con tal argumento, el film no podría ser otra cosa que una estrafalaria comedia en la que se cantan canciones, pero el mismo se desarrolla con un elevado grado de encanto y desenfado, especialmente en todo lo relativo al personaje del propio Lee Marvin, que además canta el recordado número “Wandr’in Star”. Pero “Paint Your Wagon” posee también un elevado número de detractores, eso sí, precisamente en parte por las pocas habilidades para el canto de Marvin, Eastwood y Seberg (que fue doblada, además de tener un personaje muy desdibujado) y por el derroche de la producción, con un presupuesto que rondó los veinte millones de dólares de la época. Harve Presnell y Ray Walston, entre otros, poseen personajes secundarios.

Primera y seguramente (con el permiso de “Skyfall”) la mejor de las películas de Daniel Craig como el agente James Bond 007, que además hace las veces de “reboot” de la serie, puesto que vemos en pantalla cómo Bond accede a su puesto en el M:I6 y su primera misión. El argumento gira en torno a que el agente secreto tiene que impedir que un banquero (Mads Mikkelsen) que se dedica a financiar a terroristas, pueda continuar con su labor, para lo cual deberá derrotarle en una partida de poker en el Casino Royale en Montenegro. Para ello, contará con la ayuda de una agente del tesoro, Vesper Lynd (Eva Green), que le acompañará en sus aventuras. “Casino Royale” es uno de los mejores títulos de toda la serie Bond, porque el film, entre otras cosas, se adapta muy bien a la personalidad y físico de Daniel Craig (tan alejado del anterior Pierce Brosnan) y posee un buen número de secuencias de acción bien elaboradas y un tono serio que hace que posea mucha más entidad que la mayor parte de las aventuras de Bond. Stuart Baird estuvo al mando del montaje de un film diseñado por Peter Lamont, que además fue reescrito por Paul Haggis, y en el que intérpretes de la talla de Jeffrey Wright, Giancarlo Giannini y Judi Dench poseen papeles secundarios.

Emblemática y polémica adaptación de la novela de Anthony Burgess, escrita, producida y dirigida por Stanley Kubrick, que narra un futuro distópico (¿quizá finales de los años 80?) en el que el joven Alex (Malcolm McDowell) es el líder de un grupo de jóvenes que dedican sus noches a llevar a cabo todo tipo de disturbios ultraviolentos: desde peleas contra otros grupos, palizas a ancianos e incluso asaltos a domicilios y violaciones. Alex, que vive con sus padres, también practica el sexo libre durante el día, aunque siempre aduce cualquier motivo de salud para no acudir a la escuela. Tras ser encerrado y condenado a prisión por uno de sus crímenes, Alex se apunta voluntariamente al “tratamiento Ludovico”, un nuevo proceso médico que le asegurará la libertad en muy poco tiempo, convirtiéndole en un ciudadano ejemplar, anulándole los instintos criminales. “A Clockwork Orange” es todo un monumento cinematográfico en tanto que Stanley Kubrick muestra un dominio aplastante de todos los recursos cinematográficos, desde la puesta en escena, el uso -nunca mejor dicho- de unos actores absolutamente entregados, al empleo de la música y el sonido como elementos para perturbar al espectador. Los resultados son tan potentes como conscientemente desagradables, moviéndose en una peligrosa línea entre la comedia negra y la exaltación de la violencia, algo que, de siempre, ha hecho que “A Clockwork Orange”, sea uno de los films más polarizantes de su autor. Patrick McGee, Michael Bates, Warren Clark, Adrienne Corri, David Prowse, Philip Stone, Steven Berkoff o Anthony Sharp, entre otros, completan el reparto de la película.

Primera adaptación cinematográfica de la novela de Thomas Hardy (el autor de "Tess", adaptada al cine por Roman Polanski en 1979), que está centrada en una mujer (Julie Christie) de la segunda mitad del siglo XIX en Inglaterra, que es cortejada sucesivamente por tres hombres: el granjero fiel y trabajador (Alan Bates), un vecino maduro, con tierras (Peter Finch) y un sargento del ejército (Terence Stamp). Y en esas relaciones, o en las decisiones que va tomando el personaje central, casi siempre se aprecia cómo va cayendo en sucesivos errores derivados de la inconsciencia del amor. Quizá con este film la Metro-Goldwyn-Mayer quiso emular el éxito de "Doctor Zhivago" uniendo a la protagonista femenina del film de David Lean con el realizador que, en el mismo año, le hizo ganar el Oscar a la mejor actriz por "Darling" (1965), el británico John Schlesinger. Pero lo cierto es que los resultados dejan bastante que desear, con unos cuantos giros en la trama que quizá estén bien explicados en la novela de Hardy, pero que en esta adaptación a cargo de Frederic Raphael ("Two For the Road", "Eyes Wide Shut") nunca terminan de estar bien hilvanados, lo que hace que el film se vea con cierta perplejidad. Prunella Ransome y Freddie Jones tienen papeles secundarios en el film.

Clásico del cine francés, escrito a cuatro manos por el realizador Jacques Deray y Jean-Claude Carrière, que está ambientado a comienzos de verano en una villa cercana a Saint Tropez, la cual le ha sido prestada por unos amigos a la pareja formada por Marianne (Romy Schneider) y Jean-Paul (Alain Delon), que disfrutan plácidamente de la misma y emplean su tiempo en tomar el sol y bañarse en la piscina. Pero las circunstancias cambian cuando aparece por sorpresa Harry, otro “bon vivant”, amigo de él y ex amante de ella, que viaja junto a su atractiva hija de dieciocho años (Jane Birkin), desatando celos y deseos cruzados. “La Piscine” fue un gran éxito, quizá sobre todo por su erotismo y la apariencia física de sus cuatro protagonistas, aunque a nadie se escapa la influencia de “Plein Soleil”, que es superior, principalmente porque “La Piscine” es un film de un desarrollo muy lento, en el que Jacques Deray se recrea más en los aspectos de la vida de los protagonistas que en el drama y no digamos ya en el thriller, que queda relegado a un tercio final que tampoco es demasiado interesante y no está particularmente bien resuelto ni desde el guión ni desde la dirección de la película.

Producción de Steve McQueen, protagonizada por el mismo en el rol principal de un antiguo campeón de rodeo que vuelve a su ciudad natal para participar en un campeonato por última vez y, de paso tratar de arreglar su situación familiar con su padre (Robert Preston), demasiado aficionado a la bebida, con su hermano (Joe Don Baker), que se dedica con aparente con tanto éxito como falta de escrúpulos a los negocios inmobiliarios y su madre (Ida Lupino), que es la única que mantiene unida a la familia. En manos de Sam Peckinpah, “Junior Bonner” es una película que quizá sea demasiado anecdótica y de un perfil bajo, pero eso sí, con buenas interpretaciones. Sin embargo, aún con su tono elegíaco y crepuscular, está lejos de las grandes películas protagonizadas por el actor, alternando algunas buenas secuencias con otros (demasiados) momentos de trazo excesivamente grueso, que Peckinpah no es capaz de evitar. Ben Johnson y Bill McKinney también aparecen en papeles muy secundarios.

Adaptación de una novela de Paulette Jiles, co-escrita por el director Paul Greengrass, ambientada después de la Guerra Civil americana, que tiene como protagonista a un veterano de la misma (Tom Hanks) que se dedica a ir leyendo las noticias (publicadas en periódicos) de pueblo en pueblo. En uno de sus viajes, se encuentra casualmente con una niña abandonada que, parece ser, años atrás había sido raptada por una tribu de indios, con los que había vivido desde entonces. Como consecuencia, contra su voluntad, debe asumir la tarea de tratar de devolverla a su verdadera familia, en un viaje lleno de peligros. Se trata por consiguiente de una película muy diferente de aquéllas a las que nos tiene acostumbrados el cineasta británico, autor de una cima como “United 93” (2006) o de las películas más logradas del personaje de Jason Bourne, ya que “News of the World” es un Western narrado de manera clásica, mucho más en la línea de John Ford (el film es una especie de reverso de “The Searchers”) que de cualquiera de los films de acción por los que es muy conocido el realizador. Los resultados son buenos, aunque quizá podrían haber sido aún mejores, porque precisamente se echa en falta algo de personalidad y de novedad en lo que nos están contando, aunque la película en su conjunto (con el siempre esforzado Hanks al mando) sea disfrutable.

Adaptación de un suceso real, acaecido a finales de los años 40 en el barrio londinense de Notting Hill y previamente novelizado por Ludovic Kennedy, que tiene como protagonista a John Reginald Christie (Richard Attenborough), un asesino en serie que acabó con la vida de varias personas cuyos cuerpos enterró u ocultó en el patio y cocina de su casa. La historia comienza cuando un joven matrimonio (John Hurt y Judy Geeson) se muda -junto con su hija pequeña- a un diminuto apartamento que les alquila Christie. Éste se siente atraido por la mujer y como consecuencia, se desencadenan los acontecimientos. Dirigida eficazmente por el norteamericano Richard Fleischer, también autor previamente de otro gran retrato de un asesino en serie ("The Boston Strangler", 1968), "10 Rillington Place" es un film que huye por completo de los efectismos y se centra en la lúgubre figura de su protagonista, el despiadado asesino muy bien interpretado por Attenborough, consiguiendo unos resultados perfectamente complementarios a los del anterior film del director, huyendo de todo artificio y morbo en su triste crónica de los hechos reales, incluyendo en su narrativa varias elipsis de altura.

Extrañísima película escrita y dirigida por Brian de Palma, que mezcla elementos de “Phantom of the Opera”, “Faust” y “The Picture of Dorian Gray” en un musical-rock en el que se entremezclan momentos apabullantes con otros en los que aparecen los peores excesos e incoherencias de la obra del realizador de “Scarface”: William Finley interpreta a Winslow Leach, un joven compositor y cantante que quiere estrenar su obra en el “Paradise”, un teatro regentado por Swan (Paul Williams, compositor además del film). Sin embargo, éste le rechaza pero le roba su música para que la cante Phoenix (Jessica Harper). Después de ello, el rostro de Leach queda desfigurado en un accidente y se convierte en el fantasma del teatro, clamando venganza entre bastidores. El film fue un fracaso en la época de su estreno, aunque Paul Williams consiguió una nominación por su banda sonora, lo que no ha impedido que con el transcurso de los años se haya convertido en una obra de culto a pesar de su evidente rareza.

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