Producción de Alfred Hitchcock, basada en una historia corta de Cornell Woolrich, con la que el cineasta británico, en aquél momento ya plenamente establecido en Hollywood, realizó uno de sus más grandes trabajos. La historia es muy sencilla, un fotógrafo (James Stewart) sufre un accidente durante uno de sus viajes de trabajo y se encuentra postrado en una silla de ruedas y con una pierna totalmente escayolada en su domicilio, sin poder encontrar más entretenimiento que observar a sus vecinos a través de la ventana de su casa, que da al patio de manzana. En su observación de los mismos, comienza a sospechar que uno de ellos (Raymond Burr) podría haber asesinado a su mujer, de modo que con la ayuda de su novia (Grace Kelly), de su asistente (Thelma Ritter) y de un policía (Wendell Corey), nuestro protagonista intenta desenmascarar el crimen. Se trata de una película modélica en todos sus aspectos, desde la propia concepción del escenario, pasando por la precisa escritura y la maravillosa dirección de Alfred Hitchcock, que además de obtener un gran partido de los intérpretes, ofrece una verdadera lección de dominio de la narrativa y el espacio en uno de los más encantadores thrillers de todos los tiempos.
El director de fotografía fue Robert Burks [ASC], quien siempre o casi siempre es asociado al cine de Alfred Hitchcock, al haber sido su director de fotografía predilecto en su etapa norteamericana, ya que rodó todas las películas del director desde 1951 hasta 1964, con la notable excepción de “Psycho”, de la que se hizo cargo el equipo habitual de la serie de televisión del director, a fin de abaratar costes con un rodaje más rápido. Pero ello quiere decir que Burks rodó para el realizador, de forma casi consecutiva, largometrajes de la talla de “Strangers on a Train” (1951), “I Confess” (1952), “Dial M for Murder” (1954), “To Catch a Thief” (1955, por la que ganó el Oscar), “The Trouble With Harry” (1955), “The Man Who Knew Too Much” (1956), “The Wrong Man” (1956), “Vertigo” (1958), “North by Northwest” (1959), “The Birds” (1963) y “Marnie” (1964), ahí es nada. No se hizo cargo del siguiente film del realizador, “Torn Curtain” (1966), rodada por otro de los directores de fotografía de la serie de TV de Hitchcock, John F. Warren, pero no es posible saber si Burks hubiera continuado trabajando con Hitchcock en sus siguientes películas, ya que desgraciadamente el director de fotografía falleció en un incendio doméstico antes del rodaje de “Topaz” (1969), lo que hizo que tanto éste como los últimos films del director (“Frenzy” y “Family Plot”) fueran rodados todos ellos por directores de fotografía diferentes.
“Rear Window” es además uno de los grandes trabajos de Robert Burks, quien además era un director de fotografía especialista en el uso del color, empleando en el presente film de manera muy acertada para además de crear determinados efectos estéticos, narrar el paso del tiempo desde dentro del apartamento del protagonista, James Stewart. Precisamente, la elección como punto de vista, por parte de Hitchcock, de rodar todo el film a través de los ojos del actor, condiciona (para bien) todo el trabajo de Burks, ya que salvo alguna excepción que no se puede revelar, la cámara nunca abandona el espacio que ocupa el intérprete. De este modo, todo el film es una sucesión de planos de Stewart mirando y observando a sus vecinos, con diferentes tamaños de plano de su patio (a veces se muestra más o menos en su integridad) y muchos planos cerrados, de teleobjetivo (el actor se supone que emplea su cámara fotográfica para observar) o de prismáticos, que se adentran en la intimidad de los vecinos, incluyendo el presunto asesino. Para poder rodar el film, los cineastas construyeron un magnífico decorado en el plató nº18 de Paramount en Los Ángeles, mientras que Robert Burks diseño un sistema de iluminación que posibilitaba tener pre-iluminado el decorado del patio de manzana y los apartamentos de enfrente del de James Stewart a fin de poder rodar más rápido y poder hacer cambios desde la luz día, atardecer o luz noche con leves ajustes en una consola de iluminación.
De este modo, hay en el exterior efectos de luz día, atardeceres con el cielo rojo o anaranjado, así como efectos nocturnos, con una leve luz azulada y subexposición del patio (pero con las luces de los apartamentos de enfrente correctamente expuestas). El efecto es algo teatral, pero ello es comprensible teniendo en cuenta que “Rear Window” fue uno de los films rodados en Hollywood una vez el sistema 3-Strip Technicolor había sido abandonado, de modo que fue rodado con la emulsión Eastmancolor Kodak 5248, cuya sensibilidad era de únicamente 25 ASA, exigiendo a los cineastas a utilizar una enorme intensidad de luz simplemente para exponer el negativo, no digamos ya para además crear o recrear un efecto. Combinado además ese negativo con las lentes Bausch & Lomb Baltar, empleadas en torno a T3.2 ó T3.5 a tenor de su rendimiento y distorsión en pantalla, el resultado es absolutamente meritorio, dadas las dificultades a las que se enfrentaba Burks. Además, a pesar que lógicamente el estilo empleado es de luz dura, con aparatos siempre puntuales y dirigidos hacia los intérpretes, el director de fotografía se las ingenia para al menos mantener la dirección correcta de las luces en el apartamento de James Stewart, aunque ello conllevara en muchas situaciones luz frontal hacia el actor y las actrices secundarias, ya que miran precisamente hacia la ventana, la fuente de luz principal. Con Grace Kelly, Burks tiene mucho cuidado, empleando sobre la actriz una luz frontal que intenta extraer el mejor aspecto de la misma, a pesar que dicha solución compromete un poco el esquema general.
Pero a pesar de lo bien que funciona todo el film a nivel estético (aunque lógicamente, entre el primitivo negativo Eastman, las lentes Baltar y la mala conservación de los elementos, el aspecto es algo anticuado), lo mejor sin duda es la forma en que está rodado por Alfred Hitchcock, con un lenguaje cinematográfico absolutamente depurado, una excelente elección de focales (medias en el apartamento de James Stewart, teleobjetivos para capturar la acción del patio y del interior de los apartamentos de los vecinos) y una sensación de que siempre estamos en el apartamento del protagonista que nunca se rompe a lo largo de la proyección (quizá con la excepción de dos planos de reacción de las vecinas de enfrente, en un momento determinado de la proyección). Los resultados por lo tanto son fabulosos, muy interesantes desde el punto de vista narrativo, logrados en lo estético y lo que es más importante, colaboran a la perfección a que la película funcione tan bien como lo hace, siendo tan decisivos a la postre para su éxito como lo es el encanto que transmite James Stewart en su sufrido rol protagonista.
Título en España: La Ventana Indiscreta
Año de Producción: 1954
Director: Alfred Hitchcock
Director de Fotografía: Robert Burks, ASC
Ópticas: Bausch & Lomb Baltar
Emulsión: Kodak 5248 (25T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.66:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom)
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