Extraña película de ciencia ficción, y decimos extraña porque se trata de una de esas películas que suman tanto talento delante y sobre todo detrás de las cámaras que resulta extraño que sus resultados sean tan pobres. El argumento está ambientado en una misión en uno de los anillos de Saturno, en donde un comandante (Kirk Douglas) y su joven ayudante (Farrah Fawcett) cultivan comida para su consumo en la Tierra. Pero ante una caida en su producción, se decide enviar a un robot que al ser programado allí por el capitán que lo traslada (Harvey Keitel), deberá contribuir a que la producción vuelva a aumentar. Sin embargo, el robot toma rápidamente la personalidad del capitán, un asesino que no consiguió pasar el test para poder viajar a Saturno, y rápidamente comienza a funcionar incorrectamente. Los resultados son muy pobres, ya que a pesar del talento involucrado, el film jamás funciona y parece más bien un vehículo para explotar el físico de Farrah Fawcett que una película seria, dejando además bastantes momentos de comedia involuntaria por el camino.
El director original fue John Barry, el célebre diseñador de producción de “A Clockwork Orange” (1971), “Star Wars” (1977) y “Superman” (1978), que iba a debutar en la realización con este film. Sin embargo, parece ser que tuvo problemas –por el tiempo que empleaba en rodar con el robot- con el protagonista Kirk Douglas, lo que hizo que el productor Stanley Donen tuviera que reemplazarle al mando del proyecto. El director de fotografía fue el británico Billy Williams [BSC], en su único proyecto en el género de la ciencia ficción, ya que siempre fue más conocido por sus películas con Ken Russell (“Women In Love”, “Sunday, Bloody Sunday”), por su colaboración con John Milius en “The Wind and the Lion” (1975), por su trabajo para Mark Rydell en “On The Golden Pond” (1981) o sobre todo, quizá, por haber obtenido el Oscar por “Gandhi” (Richard Attenborough, 1982), un film en el que tuvo que compartir crédito y premio con Ronnie Taylor, ya que un problema en la espalda le hizo tener que dejar el rodaje y operarse, aunque consiguió recuperarse a tiempo para volver a la India y terminar el film.
A pesar de ser un hombre acostumbrado a otro tipo de película, lo cierto es que Billy Williams, cuyos orígenes estaban en el documental, era ya entonces un veterano de 51 años de edad, siempre fue un operador de un estilo moderno, quizá no tanto como David Watkin o John Alcott, pero sí lo suficientemente permeable como para adoptar las nuevas técnicas e influencias de la época, al tiempo que era capaz de continuar el legado de los clásicos sin romper totalmente con ellos. “Saturn 3” fue diseñada por Stuart Craig, antiguo ayudante de John Barry, pero lo cierto es que uno de los problemas de la película es que a pesar de estar concebida por diseñadores de tanto talento, su aspecto es demasiado acartonado y falso, encontrándose más cercano a la teatralidad de la serie original de “Star Trek”, o a la sci-fi ecológica de una producción barata como “Silent Running” (Douglas Trumbull, 1971), que al hito que marcó “Alien” (1979), rodada al mismo tiempo que “Saturn 3”, pero estrenada antes que el film de Donen. Lo cierto es que además de los errores de casting, por mucho que fueran hechos adrede (el guión ya planteaba que el personaje de Douglas doblase en edad la de Fawcett, pero su relación en pantalla es absurda), se nota y se percibe que Donen ni tenía el menor interés ni la compresión adecuada por el género, lo que unido a un guión muy pobre explica parcialmente el desastre.
Lo cierto es que aunque Williams no sea el culpable del mismo, tampoco colabora en exceso a evitarlo. El operador británico hace lo que tiene que hacer: emplea muchas luces integradas en los decorados e incluso, como el mismo comentó, diseñó aparatos de luz para funcionar como luces integradas en los sets. Y también, cómo no, emplea luz suave sobre los intérpretes, sin dejar que la luz dura, tan incorrecta en un film futurista como éste (pero que no impidió a Frank Phillips ser nominado el año anterior por “The Black Hole”), haga acto de presencia. También se esfuerza mucho Williams en reforzar la presencia física de Farrah Fawcett, con luz frontal sobre la actriz y algo de difusión (de forma discreta) en los primeros planos, pero el aspecto general es algo plano y sobre todo, carente del contraste, la garra y la suciedad que transmite “Alien” por ejemplo, que podría ser la cumbre del género. Es cierto que por ello, las comparaciones estéticas con el film de Scott pueden ser injustas, pero también lo es que “Saturn 3”, siendo un film de un presupuesto similar rodado al mismo tiempo, luce infinitamente más acartonado. Y ello quizá se deba a que si bien el planteamiento general de Williams es bueno, nunca consigue crear una atmósfera y, lo que es peor, bajo su luz los decorados, que a priori deberían de ser el punto fuerte de la producción, tienen un aspecto falso y entre plastificado y acartonado, algo de lo que los diseñadores también son culpables.
Donen rueda el film generalmente a través del zoom y renunciando al formato panorámico que suele ser habitual en este tipo de producciones, aunque seguramente, ya que queda algo en pantalla del material rodado por Barry durante las dos primeras semanas, dicha decisión viniera de mucho antes. Pero lo cierto es que no hay una puesta en escena ni mucho menos interesante, sino que todo es demasiado funcional y mecánico y está rodado con desgana. Puesto que además los efectos visuales han quedado muy desfasados (no son ridículos, como en otros films de la época, pero lucen baratos y son muy evidentes), los resultados globales son malos, siendo “Saturn 3” una de esas producciones en las que, por el motivo que sea, un eslabón de la cadena comienza a fallar (fuera Donen, o fuera el guión, o el casting…) y ello arrastra a todos los demás hasta hacer que el conjunto sea un desastre total.
Título en España: Saturn 3
Año de Producción: 1980
Director: Stanley Donen
Director de Fotografía: Billy Williams, BSC
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Vista en Blu-ray