Debut en la dirección de Douglas Trumbull, el creador de parte de los efectos visuales de “2001: A Space Odyssey” y, posteriormente, creador de los efectos de “Close Encounters of the Third Kind”, “Star Trek: The Motion Picture” y “Blade Runner”. El argumento se desarrolla en un futuro en el que La Tierra ha quedado deforestada y una serie de cargueros espaciales transportan los últimos bosques del planeta en unas cúpulas cuya atmósfera permite su crecimiento y desarrollo. Pero cuando los tripulantes de una de esas naves reciben la orden de destruir las cúpulas, el botánico (Bruce Dern) encargado de su cuidado decide evitarlo, aunque sea a costa de la vida de sus compañeros. Muy influenciada por las teorías ecologistas de la época (compartidas, por ejemplo, en “Soylent Green” de Richard Fleischer), lo cierto es que el guión –firmado por Deric Washburn, Steven Boccho y el futuro director Michael Cimino- es demasiado flojo y nunca llega a terminar de funcionar del todo, especialmente en lo relativo a las motivaciones del personaje principal. Si se tiene en cuenta, además, que el aspecto del film ha envejecido muy mal, a día de hoy “Silent Running” únicamente puede considerarse, en el mejor de los casos, como una película simpática y bienintencionada, cuyos resultados globales no son demasiado destacables.
El director de fotografía fue el norteamericano Charles F. Wheeler [ASC]. Wheeler, nacido en 1915, alcanzó este puesto, como muchos otros, trabajando primero como ayudante y después como operador. Pero lo hizo ya de forma muy tardía, a los 49 años de edad, gozando de sus primeras oportunidades en la serie original de “The Twilight Zone” en 1964. Formado por lo tanto en un estilo muy clásico, a las órdenes de directores de fotografía como Robert Surtees, Ernest Laszlo, Ernest Haller o Joseph LaShelle, de la filmografía de Wheeler destacan, además de algunos trabajos para la Disney, tres películas: “Che” (1969) y “Tora! Tora! Tora!” (1970), ambas a las órdenes de Richard Fleischer, así como el presente título. A pesar que fue nominado al Oscar por su trabajo en “Tora! Tora! Tora!”, lo cierto es que compartía crédito con otros tres operadores japoneses y que sus escenas, aquéllas en las que aparecen los norteamericanos, lucen peor que las japonesas en una película en la que la verdadera estrella son los efectos especiales fotográficos a cargo de L.B. Abbott y Art Cruickshank. Wheeler, que por lo tanto nunca pasó de ser un segunda clase con oficio, terminó su carrera en los años 80 en el medio en el que comenzó, la televisión.
Tanto a nivel de diseño de producción, así como de vestuario, desgraciadamente “Silent Running” se parece más a un film indie de bajo presupuesto como “Dark Star” (John Carpenter, 1974) que a “2001”. Quizá ello también tuviera mucho que ver con que obtuvo luz verde por parte de la Universal en el período inmediatamente posterior al éxito de “Easy Rider” (1969), cuando el estudio trató de capitalizar el éxito de la película de Dennis Hopper con cinco películas de bajo presupuesto, todas ellas dirigidas por cineastas jóvenes, en las que el estudio ofreció mucha libertad a los autores. “Silent Running” fue una de ellas y, a pesar de las buenas intenciones de Trumbull, que se encargó personalmente de los efectos visuales junto a un joven John Dykstra (“Star Wars”) y su socio Richard Yuricich, lo cierto es que todo el conjunto, con todas sus pretensiones, no puede evitar cierto aire de cine barato que intenta recrear un mundo para el que se queda corto de medios.
Wheeler, por su parte, lleva a cabo un trabajo que tampoco mejora las cosas en absoluto. Como en “Tora! Tora! Tora!”, aquí también demuestra que sus métodos de iluminación eran muy antiguos y que además no dejaban en absoluto ningún hueco a la inspiración. A pesar de la ambientación futurista y de que la película se desarrolla en naves espaciales, el estilo de iluminación es el clásico de los tres puntos de luz, implementado a rajatabla a lo largo de toda la proyección. Si bien es cierto que “Silent Running” tiene algo más de contraste que la película de Fleischer –lo cual no era dificil, puesto que aquélla estaba iluminada simplemente para que se vieran sus interiores-, la luz está tan anticuada que es imposible que el espectador se crea que el film está ambientado en el futuro. No nos referimos a que la luz sea antigua desde una óptica moderna, sino que lo que hace aquí Wheeler era ya antiguo en la época del rodaje, además de una mala imitación del estilo de sus citados maestros, que hace de un Fred Koenekamp o un Harry Stradling Jr. –por citar dos operadores muy clásicos y muy poco creativos activos en la época- verdaderas fuentes de inspiración.
Por si todo ello fuera poco, quizá por recoger una de las modas de la época, o a fin de rodar más rápido, “Silent Running” está rodada íntegra o casi íntegramente con lentes zoom (el clásico Angenieux 25-250mm, y puede que el 20-120mm también) tanto para utilizarlas como focal variable como para realizar zooms propiamente dichos y ajustes de focales durante las propias tomas, provocando, por la suavidad de las ópticas y por lo mal ejecutados que están algunos de estos cambios, que múltiples planos a lo largo de la película estén muy desenfocados. Y encima, a fin de lograr una adecuada exposición con los zooms –con aperturas mínimas entre T/3 y T/4-, Wheeler recurre al revelado forzado, por lo que muchos planos poseen una estructura de grano muy sucia y llamativa. Así pues, desgraciadamente, el debut de Trumbull en la dirección es una película muy poco satisfactoria, que ha quedado desfasada temáticamente y con un aspecto y soluciones técnicas que no es que se hayan quedado anticuadas, sino que, desgraciadamente, nacieron ya siéndolo. Y como no se trata precisamente de técnicas clásicas bien desarrolladas, ello y los 45 años transcurridos desde el estreno pesan como una verdadera losa sobre la película.
Título en España: Naves Misteriosas
Año de Producción: 1972
Director: Douglas Trumbull
Director de Fotografía: Charles F. Wheeler, ASC
Ópticas: Angeniux 25-250mm T/3.9
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2016.