Modélica adaptación de una novela de Anthony Berkeley con la que el británico Alfred Hitchcock confirmó su definitivo desembarco en Hollywood, después de haber debutado allí el año anterior con “Rebecca” (1940). En esta ocasión, aunque manteniendo la ambientación en su Inglaterra natal, el maestro del suspense lleva a la pantalla un argumento que tiene como protagonista a una mujer de clase privilegiada (Joan Fontaine) que por casualidad conoce en un tren a un atractivo caballero (Cary Grant) que pronto se desvela como un vividor. A pesar de ello, se enamoran perdidamente y se casan, momento a partir del cuál la mujer comienza a darse cuenta de que su marido mantiene su elevado tren de vida a base de contraer deudas y sospecha que puede haber tras su actitud algún elemento aún más oscuro. Resuelta con sencillez y estilo, “Suspicion” es una extraordinaria muestra del talento de Hitchcock tras la cámara, así como para la dirección de actores (Joan Fontaine ganó el Oscar por su trabajo). El final quizá no esté a la altura del resto del conjunto, pero los noventa minutos anteriores compensan sobradamente unos pocos minutos descafeinados.
El director de fotografía fue Harry Stradling, Sr. [ASC], padre del también director de fotografía Harry Stradling, Jr [ASC] (“Bite The Bullet”, «The Way We Were«, “McQ”). Fue la tercera y última película que Hitchcock realizó con este famoso director de fotografía, con el que había colaborado anteriormente en “Jamaica Inn” (1939) y “Mr. And Mrs. Smith” (1940). Stradling padre representa la mejor tradición del Hollywood clásico, aunque curiosamente, durante los años 30 se marchó a trabajar a Europa (Francia, Alemania e Inglaterra), donde conoció al director de “Psycho” y “Frenzy” y empezó a trabajar con él. Una vez en Hollywood, comenzó a acumular premios (dos Oscar) y nominaciones (un total de catorce) a lo largo de su carrera, que incluye títulos como “The Picture of Dorian Gray” (Albert Lewin, 1945), “A Streetcar Named Desire” (Elia Kazan, 1951), “The Young Philadelphians” (Vincent Sherman, 1959), “My Fair Lady” (George Cukor, 1964), “Funny Girl” (William Wyler, 1968), “Hello, Dolly!” (Gene Kelly, 1969) y “The Owl and the Pussycat” (Herbert Ross, 1970), durante cuyo rodaje falleció, teniendo que ser sustituido por Andrew Laszlo (“The Warriors”, “First Blood”). En la última etapa de su carrera precisamente se hizo famoso por su tratamiento sobre la actriz que protagonizó sus últimos títulos, Barbra Streisand, a fin de mejorar su aspecto para la gran pantalla empleando todas las técnicas conocidas a lo largo de su carrera.
La fotografía de “Suspicion” es un claro ejemplo del cine de Alfred Hitchcock en general y del estilo clásico de Hollywood tan bien representado por Stradling. A pesar de estar rodada en suelo americano, en platós y localizaciones en Big Sur (California), como indicábamos, la acción transcurre en Inglaterra. Por ello, fue necesario que la productora RKO levantara platós imitando las casas de la aristocracia británica en las que transcurre la historia, e incluso sus exteriores, también rodados en plató ante fondos pintados. Para las secuencias exteriores o de coches, además de decorados exteriores, los cineastas recurrieron a retroproyecciones e incluso complicados planos de efectos visuales que combinan varios elementos. El resultado, obviamente, dista mucho de ser natural o a veces siquiera creíble, pero todo el aspecto forma parte de esa teatralización típica del cine de Hollywood de esta época y que, de hecho, era uno de sus principales valores, al ser capaz de recrear a miles de kilómetros o millas de distancias cualquier otro lugar del mundo y desarrollar historias en el mismo de forma convincente.
Rodada en la relación de aspecto tradicional antes de la aparición de los formatos panorámicos (1.37:1), “Suspicion” hizo uso de las lentes también clásicas de Hollywood, los Bausch & Lomb Baltar. Como todo el cine de Hitchcock, la puesta en escena es muy formal, con focales medias (40-50mm) y algunos planos en los que el director británico juega con su cámara con movimientos inusuales (como aquél en que una grúa acompaña a los personajes mientras suben por la escalera). A la suavidad de los Baltar, se añade el hecho de que cada vez que Stradling se aproxima a uno de sus actores, un filtro difusor hace acto de aparición, especialmente cuando se trata de Joan Fontaine. La iluminación de esta no deja dudas de la valía de Stradling como retratista, generalmente evitando que cualquier tipo de sombra aparezca sobre el rostro de la actriz. Junto con las lentes y el filtro, la luz frontal elimina cualquier defecto y resulta muy favorecedora. La iluminación de los decorados justifica las fuentes en las ventanas durante las escenas diurnas, pero es evidente que Stradling solo las utiliza como punto de partida y emplear las múltiples fuentes de gran potencia que era necesario utilizar en aquélla época para exponer correctamente sus negativos. Resulta interesante ver cómo, por ejemplo, el director de fotografía hace uso de gobos o recortes sobre el decorado para proyectar sombras. En ningún caso es una película oscura o expresionista, pero sí que genera un ambiente dramático partiendo de elementos cotidianos.
“Suspicion” no es uno de los films más elaborados de Hitchcock, que a buen seguro, después de su reciente desembarco en los EEUU, todavía no gozaba ni de la libertad ni de la confianza que sí tendría en la segunda parte de su filmografía, que aquí apenas daba comienzo. De hecho, durante largos segmentos, bien podría tratarse de una obra de teatro muy bien dirigida e interpretada (el británico, jugando siempre con la duda, incluso consigue que un tipo como Cary Grant resulte amenazador). Es decir, quizá se echen en falta todavía los trucos y juegos visuales que el realizador sí sería capaz de lograr en sus posteriores obras, a pesar que la puesta en escena e incluso el trabajo de efectos visuales sí que dejen entrever cierta ambición en el apartado visual. Pero quizá ello no haga sino engrandecer a una película que, desde un argumento y desarrollo tan sencillo, consiga unos resultados y un suspense tan logrado.
Título en España: Sospecha
Año de Producción: 1941
Director: Alfred Hitchcock
Director de Fotografía: Harry Stradling, ASC
Ópticas: Bausch & Lomb Baltar
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.37:1
Otros: efectos fotográficos especiales de Farciot Edouart, ASC
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2017.