Alexa 65
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Adaptación en imagen real que tiene como protagonistas a los famosos juguetes de Mattel, Barbie (Margot Robbie) y Ken (Ryan Gosling), que comienza ambientada en Barbieland, un mundo en el que las “Barbies” dominan el mundo y los “Ken” viven supeditados a las mismas. Sin embargo, la Barbie protagonista (Robbie) sufre una crisis de identidad cuando comienza a tener problemas en sus pies, de manera que tiene que ir al mundo real a encontrar a la niña que está jugando con ella. Pero Ken (Gosling), se escapa con ella, por lo que tras varias peripecias en el mundo real -que en realidad son la playa de Venice y Century City en Los Ángeles- vuelve antes que Barbie a Barbieland y, cuando la “muñeca” regresa, resulta que los Ken se han apropiado de Barbieland instaurando un patriarcado, como el que Ken ha conocido en el mundo real. Escrita por la directora Greta Gerwig en colaboración con Noah Baumbach, “Barbie” es una sátira cómica sobre muchos temas (principalmente, por supuesto, el machismo y el feminismo), pero los cineastas encuentran un notable punto de equilibrio entre todos ellos y consiguen una película que, desde su sorprendente planteamiento y estética, consigue hacer reflexionar al mismo tiempo que entretener a un público muy amplio (en cuanto a ideas y edades), lo cual es muy meritorio, aunque el tercio final, mucho más dialogado que el resto del film, quizá se alargue en exceso.

Tercera película de Todd Field como guionista y director (más de tres lustros después de “In The Bedroom” y “Little Children”), que tiene como protagonista a una afamada conductora de orquesta, Lydia Tár (Cate Blanchett), que vive junto a su pareja (Nina Hoss) y tiene éxito internacional. Sin embargo, su vida profesional y personal parece que empieza a desmoronarse en paralelo a sus preparativos para la grabación de la sinfonía nº 5 de Mahler, cuando las cosas comienzan a torcerse con determinadas revelaciones y decisiones sobre su trabajo. “Tár” es un retrato muy ambicioso por parte de Field, soberbiamente interpretado además por Cate Blanchett, en uno de esos trabajos en los que el actor (en este caso, la actriz), se convierte literalmente en el personaje, pero más allá de eso, la película peca de ser demasiado elitista y petulante -algo especialmente evidente en su primera media hora de proyección, como si algo del personaje principal se le hubiera pegado a Todd Field, con sus continuas citas autorales que a buen seguro harán las delicias de los entuasiastas del arte y de la música clásica, pero que distancian -mucho- al espectador convencional que simplemente busque un relato cinematográfico del que poder disfrutar. Noémie Merlant, Mark Strong y Julian Glover, entre otros, forman el reparto de secundarios de la película.

Nueva adaptación cinematográfica de la novela clásica de Erich Maria Remarque, ambientada como siempre en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial, siguiendo a un grupo de soldados alemanes que, tras alistarse en el ejército con ilusión y patriotismo, rápidamente descubren el infierno de la guerra mientras simplemente tratan de sobrevivir día a día. Esta nueva versión, dirigida por el alemán Edward Berger, cuenta con producción de Netflix y parece ser que es una de las producciones germanas de mayor presupuesto de la historia. Se trata sin duda de una película muy estimable, aunque quizá demasiado episódica en su primera mitad, en la que sin duda destacan poderosamente sus escenas bélicas, aunque la sombra de películas como "1917" (Sam Mendes, 2019), "Idi i Smotri/Come and See" (Elem Klimov, 1985) o incluso el clásico de Stanley Kubrick "Paths of Glory" (1957) es muy alargada y pesa mucho durante su metraje, a pesar de lo cual la nueva versión aguanta muy bien la comparación con su predecesora, la oscarizada "All Quiet on the Western Front" (Lewis Milestone, 1930), también a nivel de la Academia de Hollywood, pues esta versión ha obtenido nueve candidaturas a sus premios. 

Biopic del famoso cantante norteamericano, muy bien interpretado por Austin Butler, que generalmente está narrada bajo el punto de vista (aunque sin ser estrictos respecto al mismo) del que fuera su manager, el polémico Coronel Tom Parker (Tom Hanks). El argumento es bien conocido: el film arranca ya con el Elvis Presley adulto, un chico de familia de escasos recursos, que comienza a tener éxito en el mundo de la música y que ofrece prodigiosos y polémicos conciertos, hasta que es reclutado por Tom Parker, quien le lleva a ser una celebridad en todo EEUU pero también parece que podría estar excediéndose en su porcentaje de ganancias y en la forma en que dirige hacia el estrellato la carrera de Elvis. Pero tras su matrimonio con Priscilla (Olivia DeJonge), comienza un aislamiento y decadencia hasta sus últimos días. Baz Luhrmann, cineasta australiano conocido por películas como “Romeo + Juliet” o “Moulin Rouge!”, más que una biografía al uso, en la que parece poco interesado, construye una larga película en la que lo que más importancia tienen son los conciertos de Elvis, por encima de casi cualquier otra consideración. De manera que como espectáculo, este “Elvis” puede resultar interesante, aunque como retrato del cantante, quizá el antiguo telefilm de John Carpenter con Kurt Russell, que data de 1979, sea una mejor aproximación al Rey del Rock.

Octava película del cineasta norteamericano James Gray (“Little Odessa”, “Two Lovers”), quien en esta ocasión vuelve a su territorio más seguro (los barrios de Nueva York), contando una historia muy personal, la de su infancia en Queens y su vida familiar, la influencia de su abuelo (Anthony Hopkins) o de cómo y por qué sus padres tuvieron que cambiarle de colegio en la época en que Ronald Reagan accedió a la presidencia de los EEUU y él, de niño, terminó conociendo a los Trump. El problema es que, por muy personal que resulte todo para Gray, lo que cuenta ni es muy interesante ni mucho menos estimulante, de tal manera que solo su oficio es capaz de salvar una película que, aunque posee cierto encanto y ternura, ni siquiera aporta nada visto anteriormente en el subgénero “coming of age” y mucho menos a lo visto anteriormente ya en las mejores películas de la obra del propio James Gray. Banks Repeta es el joven protagonista, mientras que Anne Hathaway y Jeremy Strong interpretan a sus padres.

Adaptación de la novela de Jack London, que tiene como protagonista a Buck, un perro que es robado en su casa en California y va a parar al norte de Alaska durante la fiebre del oro de 1890, en donde hace contacto con John Thornton (Harrison Ford), un hombre que ha perdido a su hijo y que entabla una relación muy especial con el animal. Se trata de una película eminentemente familiar y para todos los públicos, de ese género de films que inspiran amor por los animales y por la naturaleza y que está muy bien realizada para cumplir su cometido y ensimismar a su principal público objetivo. Para el público adulto la historia funciona prácticamente igual de bien, a excepción, quizá, del retrato del necesario villano a fin de dotar al argumento de cierta tensión dramática que sin él sería inexistente. Quizá el mayor logro cinematográfico sea la consecución de crear en un entorno cien por cien digital a Buck, el perro protagonista, y que en la gran mayoría de momentos de la película su origen pase absolutamente desapercibido, un auténtico reto en el que los cineastas también resultan más que airosos.

Adaptación de la novela con la que Stephen King continuaba “The Shining” (llevada al cine por Stanley Kubrick en 1980), siguiendo los pasos de Danny (Ewan McGregor) muchos años después de los acontecimientos ocurridos en el hotel Overlook. En esta ocasión, se presenta al personaje como un alcohólico que nunca ha podido olvidar aquéllos hechos, mientras continúa teniendo sus poderes mentales y comunicándose a través de los mismos. En paralelo, un extraño grupo liderado por una mujer (Rebecca Ferguson), asesina a niños para alimentarse de sus almas y, en mitad de uno de estos crímenes, descubren la existencia de una niña (Kyliegh Curran) que posee poderes similares a los de Danny, de modo que, conectados todos ellos telepáticamente, Danny tiene que ayudar a la niña para evitar que sea atrapada. Sin conocer de primera mano la secuela de King, “Doctor Sleep” como película, se encuentra obviamente a años luz del film de Kubrick y se parece, más bien, a uno de los muchos terrores modernos surgidos a raíz del éxito de “The Conjuring” (James Wan, 2013). A pesar de que aparentemente King odiaba los resultados de Kubrick, lo único que ofrece el film de Mike Flanagan como atractivo es la recreación de los decorados y algunas situaciones de la película anterior especialmente en su media hora final, sin que su planteamiento y desarrollo despeguen jamás.

“Gisaengchung” AKA “Parasite” es la película ganadora del Festival de Cine de Cannes de 2019 y es la séptima película del cineasta surcoreano Bong Joon Ho, autor de películas de corte fantástico como “The Host” (2006), “Snowpiercer” (2013) y, más recientemente y con producción de Netflix, “Okja” (2017). En esta ocasión Joon Ho se decanta por una historia mucho más mundana, aunque con sucesivos giros que van modificando la misma: un joven, que vive junto con sus padres y su hermana en un semisótano y en situación de pobreza, comienza a trabajar como profesor para la hija de una familia rica que vive en una espectacular mansión unifamiliar. A través de una serie de tretas, consigue que primero su hermana obtenga el mismo trabajo junto al hijo menor del matrimonio, lo cual únicamente es el comienzo de una serie situaciones que alternan la comedia y un humor muy negro, hasta que se produce un giro que modifica la trama a un thriller puro como algunas reminiscencias de Hitchcock. Los resultados son muy buenos, con una situación de lucha de clases muy interesante y personajes -todos ellos- que no son ni buenos ni malos, sino que más bien actúan por su condición. Lástima que el epílogo parezca tan forzado e innecesario, cuando Bong Joon Ho podría haber terminado el film en un extraordinario pico con el que es el verdadero final de la obra, pero ello no impide que las dos anteriores horas de proyección sean absolutamente distrutables.

Extraña producción de Warner Bros., que recrea los inicios de Joker, el famoso antagonista de Batman, en un drama que poco o nada tiene que ver con el mundo de los superhéroes o los supervillanos, más allá de los personajes y lugares comunes que son mostrados en el film. Arthur Fleck -Joaquin Phoenix, en una de esas interpretaciones en las que es dificil descifrar la línea que separa a la actuación del personaje- es un hombre con graves problemas mentales, podría ser que ocasionados por una dificil infancia junto a su madre (Frances Conroy), antigua trabajadora de Industrias Wayne. Se gana la vida como payaso en una agencia que le envía a diferentes lugares, aunque su sueño es ser comediante y fantasea con aparecer en el late-show de Murray Franklin (Robert De Niro, no casualmente). Cuando deja de ser atendido por los recortes en los servicios sociales, Arthur inicia una espiral de degradación psíquica paralela un incremento de su agresividad, la cual se hace crítica cuando comienza a portar un arma en sus actuaciones. "Joker" es un drama que se toma muy en serio así mismo, tanto que parece que la principal fuente de inspiración procede de "Taxi Driver" y "The King of the Comedy", obras de Martin Scorsese con las que el film guarda grandes paralelismos a nivel temático y de desarrollo, mostrando el paulatino deterioro del personaje principal (casi único de la proyección) y las consecuencias de los actos que protagoniza, tratando de enlazarlas en una extraña crítica de la sociedad actual y de la lucha de las clases desfavorecidas, lo que termina por formar un raro y perturbador cóctel que está lejos de ser perfecto, pero que sí es muy sugerente.

Remake literal de la película animada de 1994, de la que no solo toma prácticamente al pie de la letra su guión, su banda sonora o canciones, sino que además, muchos de sus planos e ideas visuales para plasmarlas en pantalla, eso sí, no ya mediante animación, sino a través de las más modernas técnicas de imagen digital, incluyendo bastantes momentos de exhibición de las mismas que hacen que el metraje se incremente en casi media hora más. La historia es de sobra conocida: el viejo león rey de la manada tiene un hijo llamado a ser su heredero, pero su hermano se opone a ello y conspira para tenderle una trampa y poder asesinar al padre y tomar él mismo el poder. Por más que la historia sea la misma, así como múltiples elementos que se mantienen inalterados, en el tránsito hacia la imagen cuasi-real que ofrece el film de Jon Favreau se pierde parte del estilo directo de la cinta de animación y su encanto como conjunto, siendo en este sentido inferior a la versión de “Jungle Book” ofrecida por el mismo director en 2016.

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