C-Series
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Séptima entrega de las misiones imposibles de Ethan Hunt (Tom Cruise) y su grupo de espías (Rebecca Ferguson, Ving Rhames y Simon Pegg), quienes en esta ocasión, tienen que ir en búsqueda de una llave que, de caer en manos de un peligrosísimo enemigo (una inteligencia artificial) pondría en peligro al mundo entero. El juego de traiciones -en el que continúa el personaje de Vanessa Kirby, pero al que se suman Hayley Atwell y Esai Morales, como el villano que hace física la amenaza de la inteligencia artificial- posee un elevado nivel, aunque la estrella de la función continúa siendo un incombustible Tom Cruise, quien de la mano de Christopher McQuarrie, parece empeñado en que el público vuelva a las salas de cine. Y en ese sentido, el film es absolutamente exitoso, pues ofrece una espectacularidad que es imposible de recrear en un entorno doméstico con múltiples escenas de acción, que en esta ocasión incluyen una persecución en Roma, una pelea (o varias) en Venecia y una espectacular secuencia en un tren a través de los Alpes, que incluye el tan publicitado salto de Tom Cruise, en moto, desde la ladera de una montaña. Los resultados continúan siendo tan buenos como en las últimas entregas de la saga y el abrupto final de la historia (que continuará con una octava parte, pendiente de estreno y aún no finalizada), deja con ganas de mucho más. Henry Czerny retoma su personaje del primer "Mission Impossible" de 1996, en un film que en cierto modo es una continuación del mismo. 

Adaptación cinematográfica de la obra musical de Joseph Stein, quien a su vez adaptaba historias de Sholom Aleichem, que tiene como protagonista al lechero (Topol, en estado de gracia) de Anatevka, un pequeño pueblo ucraniano de comienzos del siglo XX, de población judía, que tiene que sufrir en sus propias carnes como sus tres hijas mayores desean casarse por amor en contra de sus deseos y de la tradición, que dicta que los matrimonios deben arreglarse a través de una casamentera y con la aprobación previa del padre de la novia. Y por si todos estos males fueran pocos, el antisemitismo en la Rusia imperial comienza a amenazar también su existencia. Dirigida por el canadiense (y “no judío”) Norman Jewison, “Fiddler on the Roof” es un excelente musical, con algunos grandes y famosos números (“Tradition”, “If I Were a Richman”, entre otros, adaptados para el cine ¡por John Williams!), pero con una historia tragicómica que funcionaría probablemente también (y tan bien) fuera del género. Norma Crane, Leonard Frey, Paul Mann, Paul Michael Glaser y Ray Lovelock, entre otros, conforman el reparto.

La primera película protagonizada por el personaje creado en la literatura por Tom Clancy que no está basada, en cambio, en uno de los libros del escritor. En la misma, además, Chris Pine toma el relevo de Ben Affleck, que interpretó al personaje principal doce años atrás, lapso de tiempo transcurrido entre la anterior y esta nueva aventura del analista de la CIA. En esta ocasión, Ryan debe luchar contra una organización rusa liderada por un peligroso empresario (Kenneth Branagh, que también dirige) que pretende crear un caos económico que suma a los EEUU en una gran depresión después de cometer un atentado en Wall Street. Junto con la ayuda de su superior (Kevin Costner) y de su novia (Keira Knightley), envuelta por coincidencia en la operación, Ryan debe evitar el complot pasándose directamente a la acción. Parece ser que “Shadow Recruit” fue un guión no expresamente escrito como integrante del universo de Tom Clancy y, en manos de David Koepp, precisamente se convierte en algo más parecido a una versión de “Mission: Impossible” que en una de las películas anteriores de Ryan, en las que el personaje era más cerebral que un hombre de acción. Aún así, a pesar del (moderado) interés del film, supone una versión algo descafeinada de los films que parece tomar como modelo, ante los cuales su escala reducida se hace muy patente sin que la parte dramática sea superior a la de la serie protagonizada por Tom Cruise.

Adaptación de la novela de Tom Clancy, con la que Ben Affleck se convirtió en el tercer actor en interpretar al analista de la CIA Jack Ryan (siguiendo los pasos de Alec Baldwin en “The Hunt for Red October” y de Harrison Ford en “Patriot Games” y en “Clear and Present Danger”). En esta ocasión gira en torno a la amenaza que supone para la seguridad norteamericana una antigua bomba nuclear israelí que, encontrada en el desierto y siendo actualizada por científicos rusos, es empleada por un millonario neonazi para tratar de provocar una Tercera Guerra Mundial entre los EEUU y Rusia, al tratar de confundir a los americanos sobre la procedencia del ataque. Los resultados son inferiores a los de las tres películas anteriores, tanto por la presencia de Affleck como por un guión excesivamente rutinario y tópico, especialmente en la primera mitad de la narración. Bridget Moynahan, en este caso como la novia de Ryan y un notable grupo de actores como James Cromwell, Morgan Freeman, Bruce McGill, Philip Baker Hall, Alan Bates, Liev Schreiber o Ciarán Hinds, completan el reparto.

Adaptación de dos novelas del juez Edwin Torres, ambientada en Nueva York en 1975, que tiene como protagonista absoluto a Carlito Brigante (Al Pacino), un antiguo traficante de heroína que consigue salir anticipadamente de la cárcel gracias a la pericia de su abogado Dave Kleinfeld (Sean Penn). A su vuelta a su antiguo barrio, Carlito rehúsa por completo reintegrarse en el mundo del hampa e intenta recuperar a su antigua novia, Gail (Penelope Ann Miller), con la intención de conseguir 75 mil dólares de forma lícita lo antes posible y montar un negocio de alquiler de coches en las Bahamas. Sin embargo, su lealtad por sus amigos y su falta de adaptación a los nuevos tiempos hacen que cumplir sus sueños no sea tan sencillo. Con un estupendo reparto en el que también figuran rostros como Luis Guzmán, Viggo Mortensen, John Leguizamo o James Rebhorn, entre otros, Brian de Palma construye la que es sin duda su película más equilibrada en todos los aspectos, ya que además de la brillante puesta en escena, marca de la casa, se le une una apabullante narrativa que hace que las dos horas y media de duración se pasen en un suspiro, con grandes interpretaciones de todo el reparto y, en especial, de un maduro y sobresaliente Pacino.

Adaptación cinematográfica de un artículo periodístico de Marie Brenner y de un libro de Ken Alexander y Kevin Salwen, que cuenta la historia de Richard Jewell (Paul Walter Hauser), un vigilante de seguridad que, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, alertó de la presencia de un paquete sospechoso en un parque y, puesto que se trataba de una bomba, salvó la vida a decenas de personas. Sin embargo, ante la ausencia de sospechosos, así como algunas evidencias que parecían indicar que Jewell poseía rasgos de terrorista solitario, se inició una investigación en su contra que es la que narra (y muy bien por cierto) Clint Eastwood. Se trata de una película muy bien interpretada, mejor escrita -especialmente en cuanto al retrato de los personajes “negativos”- que otros títulos del realizador y que, si bien no tiene una gran historia que contar, posee una sencillez en las formas y una honestidad que elevan notablemente el interés del conjunto. Kathy Bates, nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria por su papel como la madre de Jewell, Sam Rockwell, como su abogado, Olivia Wilde, como la periodista que destapa públicamente la investigación y Jon Hamm, como el encargado de la misma, completan el reparto de la película.

Emblemática segunda adaptación de la novela de James Jones, llevada a la pantalla de manera muy libre por el realizador Terrence Malick, que en su tercer film, después de “Badlands” (1973) y “Days of Heaven” (1978), retornaba a la gran pantalla tras veinte años de ausencia. El film, ambientado en la Segunda Guerra Mundial, narra el enfrentamiento que se produce entre soldados norteamericanos y japoneses en una isla durante la batalla de Guadalcanal, clave para el desarrollo de la contienda en el Océano Pacífico. Pero Malick, en lugar de llevar a cabo una película bélica al uso, realiza un film muy inusual en el que lo importante es la mirada interior de los soldados que participan en el conflicto, sus miedos, tormentos e incluso cierto discurso del director sobre la la guerra y cómo los humanos, al llevar a cabo ésta, destruyen la naturaleza, identificada con la pureza de los nativos de las islas, completamente ajenos al conflicto que se desarrolla ante sus ojos. Los resultados son absolutamente deslumbrantes, poéticos y bellos además de atípicos, de modo que “The Thin Red Line” supuso un retorno triunfal del cineasta y anticipo de grandes obras como “The New World” (2006) y “The Tree of Life” (2011), con la que Terrence Malick cerró la mejor parte de su filmografía. James Caviezel, Sean Penn, Nick Nolte y Ben Chaplin encabezan un notable reparto en el que también tienen breves apariciones John Cusack, John Savage, Woody Harrelson, John C. Reilly, Miranda Otto, Adrien Brody, Thomas Jane, John Travolta y George Clooney, entre otros.

La novena película escrita y dirigida por Quentin Tarantino, ambientada en Hollywood en 1969, época de máximo florecimiento del fenómeno “hippie” y el momento en el que el cineasta polaco Roman Polanski se encontraba en la cumbre, después del estreno de “Rosemary’s Baby” (1968). Este director acaba de mudarse a Beverly Hills junto a su mujer Sharon Tate (Margot Robbie) y tienen como vecino a Rick Dalton (Leonardo Di Caprio), un actor televisivo que se encuentra en un momento bajo de su carrera y que se debate entre tratar de conseguir nuevos papeles en la pequeña pantalla o probar suerte en los Western italianos. El doble de Rick es Cliff (Brad Pitt), quien a su vez tiene problemas para encontrar trabajo como especialista porque tiene fama de conflictivo, así que se gana la vida llevando de un lado a otro a Dalton, que ha perdido el carnet por conducir borracho. Con una estructura que realmente es poco dramática, Tarantino tiene el valor de fiar que el espectador disfrute de sus más de dos horas y media de proyección gracias a lo bien que funcionan los pequeños segmentos que forman la película, que aparentemente no hacen avanzar la narrativa, pero que una vez más son totalmente coherentes con el conjunto (y su memorable conclusión) y que describen con inusitada pasión y franqueza una época pasada de Hollywood que murió junto a Tate para nunca volver. Al Pacino, Kurt Russell, Bruce Dern, Dakota Fanning, Michael Madsen, Emile Hirsch, Margaret Qualley y Luke Perry, entre otros, tienen apariciones a lo largo de un metraje que quizá ni sea redondo ni lo mejor de su autor, pero que es súper disfrutable en casi todos sus aspectos. 

Adaptación del libro de Greg Sestero, acerca de la historia real en la que participó este actor (interpretado en la pantalla por Dave Franco) cuando entró en contacto con un extraño aspirante a actor llamado Tommy Wiseau (James Franco), con el que se mudó a vivir a Los Ángeles y se embarcó en el rodaje de una de las consideradas como peores películas de la historia: “The Room” (2003). Dirigida también por James Franco, el film, que tuvo una buena acogida crítica, no es más que una narración de todas las rarezas que acontecieron en torno a ese proyecto, pero no posee demasiado interés para aquéllos que sean ajenos al mundo del cine o los fans de la obra de Wiseau, que parece ser que son algunos. Seth Rogen, en un breve papel como el script de la película, Zac Efron o Alison Brie realizan apariciones en la película.

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