16 Feb Babylon
Cuarto largometraje del guionista y director Damien Chazelle (“Whiplash”, “La La Land”, “First Man”), que realiza un más que ambicioso relato ambientado en el Hollywood de finales de la década de 1920 y comienzos de 1930, justo en la transición entre el cine mudo y el sonoro: Jack Conrad (Brad Pitt) es uno de los más famosos actores de la industria, mientras que Manny (Diego Calva), un inmigrante mexicano trata de labrarse un futuro en la producción y el mundo de los estudios. En una fiesta, Manny conoce a Nellie (Margot Robbie), una joven que rápidamente se convierte en una estrella, gracias a su desparpajo y carácter desenfadado. Pero la llegada del cine sonoro y su paulatina implantación lo cambiará todo para todos. Tomando como inspiración, a buen seguro, el famoso libro de Kenneth Anger “Hollywood Babilonia”, Chazelle rueda toda casi todo el film con la energía y estilo de un Martin Scorsese o Paul Thomas Anderson, obteniendo a ratos un maravilloso fresco sobre su grupo de variopintos personajes, a los que mira con cariño y compresión a pesar de que estos se mueven en un ambiente decadente y depravado. Pero la película es larguísima (190 minutos), excesiva y muy autocomplaciente, con homenajes propios, ajenos y mucha endogamia, que probablemente solo capten aquéllos que se dediquen al cine. Ello explica su fracaso en taquilla -es posible que se trate del “Heaven’s Gate” de Chazelle, que habrá que ver si se recupera del mismo- hasta tal punto que cabe plantearse si este tipo de productos (cine bien elaborado, para adultos, de larga duración, con cierto riesgo, casi "cine de autor de Hollywood" con vocación "setentera") siguen teniendo cabida en salas o este film hubiera tenido mucho más éxito (y llegado a mucho más público), por ejemplo, en formato de miniserie en una de las grandes plataformas televisivas.