Edlund
-1
archive,tag,tag-edlund,tag-175,bridge-core-3.3.2,qi-blocks-1.3.4,qodef-gutenberg--no-touch,bridge,qode-optimizer-1.0.4,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,vertical_menu_enabled,qode-title-hidden,qode-smooth-scroll-enabled,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-30.8.3,qode-theme-bridge,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-8.0,vc_responsive

Continuación directa de “2001: A Space Odyssey” (1968), el clásico de Stanley Kubrick, basado a su vez en la propia continuación del libro que dio pie al film, escrito por el autor del original, Arthur C. Clarke. La historia, como su propio título indica, se desarrolla nueve años después, cuando una nave tripulada tanto por rusos como por estadounidenses, vuelve hacia las lunas de Jupiter para averiguar qué le sucedió a la nave Discovery, al astronauta Dave Bowman y, por supuesto, al ordenador HAL 9000. En manos del guionista y director Peter Hyams, “2010” es lógicamente una película mucho más convencional que su predecesora, con un propósito claro de ofrecer muchas más respuestas que preguntas. Aún así, Hyams consigue una sólida recreación estética y una narrativa que, no por ser convencional, es desdeñable, de manera que se “2010” es una buena película aunque se quede a muchísima distancia de la película de Kubrick, sin manchar su buen nombre. Roy Scheider, John Lithgow, Helen Mirren, Bob Balaban, Keir Dullea, Mary Jo Deschanel y Douglas Rain, poniendo de nuevo su voz al servicio de HAL 9000 en la versión original, forman el reparto de un film cuyo sólido acabado fue merecedor de cinco candidaturas a los Oscar (dirección artística, vestuario, maquillaje, sonido y efectos visuales).

Título emblemático de los años 80, que consolidó a Arnold Schwarzenegger como héroe de acción (después de títulos como “Conan: The Barbarian”, “The Terminator” o “Commando”) y puso en el mapa al realizador John McTiernan, quien al año siguiente obtendría uno de los grandes éxitos de la historia del género con “Die Hard” (1988). El argumento de “Predator” no es más que una mera traslación de “Alien” desde el espacio a una jungla sudamericana: un grupo de mercenarios de élite reciben la orden de acudir a una misión de rescate en un paraje perdido, encontrándose allí, de forma sorpresiva, con un extraño ser extraterrestre que irá acabando uno a uno con los soldados mientras se mimetiza y esconde en el entorno. Los resultados artísticos quizá sean discretos, pero se trata de un film entretenido, vistoso y bien rodado por McTiernan, cuyo rodaje principalmente físico (con predominancia de efectos mecánicos por encima de los ópticos, antes de la irrupción del CGI) hace que perdure muy bien más de treinta años después de su estreno.

Segunda secuela del clásico de Ridley Scott, ubicada en esta ocasión en una prisión de máxima seguridad de un lejano planeta, en el cual se estrella la nave de salvamento en la que terminaban los protagonistas de “Aliens”. Todos los presos allí recluídos poseen el doble cromosoma Y –el típico de asesinos, violadores, etc.- y se han convertido a una extraña fe post-apocalíptica, en un lugar en el que no hay armas y la tecnología es desconocida o ha dejado de funcionar hace mucho tiempo. El debut en la realización del prestigioso David Fincher, el cual rodó con unos 27-28 años de edad, pudo haber sido bastante más acertado que este film que trata de recuperar la atmósfera de la película original, pero que comete el grave pecado de eliminar de un plumazo a los supervivientes de la entrega anterior –haciendo que gran parte de la misma carezca de sentido- y situar la acción en un lugar deprimente, rodeando a la protagonista de un montón de sucios presidiarios con acento británico y las cabezas rapadas, a los que incluso cuesta identificar. Ello unido a un trabajo de efectos visuales en lo que al Alien se refiere que podría ser cientos de veces más acertado, convierten al producto en una película fallida y que se sitúa muy lejos de sus dos predecesoras, aunque también hay que reconocer que el montaje extendido, que se acerca un poco más a las intenciones originales de Fincher, mejora un poco los resultados. Sigourney Weaver, Charles Dance, Charles S. Dutton, Brian Glover y Lance Henriksen forman el reparto de la película.

Uno de los super éxitos de la década de los 80 fue esta disparatada comedia interpretada por Bill Murray, Dan Aykroyd y Harold Ramis, escrita por estos dos últimos, en la que el trío interpreta a unos científicos que, tras ser despedidos por la Universidad en la que trabajan, montan un nuevo negocio consistente en atrapar a los fantasmas y espíritus que se manifiestan en la ciudad de Nueva York. Sigourney Weaver, como la primera clienta, Rick Moranis, como el vecino de ésta y William Atherton, como el villano agente de medioambiente que pretende cerrarles el negocio, conforman el reparto de una película a la que el tema musical de Ray Parker Jr. y la música de Elmer Bernstein también contribuyeron de forma decisiva.

Adaptación de una novela de Roderick Thorp que hasta la fecha cuenta de cuatro secuelas pero, sobre todo, una enorme influencia en el cine de acción moderno. Con una solvente producción de Joel Silver, la historia es muy sencilla; el policía neoyorquino John McClane (Bruce Willis) llega a un rascacielos de Los Angeles en el que está la sede de la compañía para la que trabaja su esposa (Bonnie Bedelia), para acompañarla en la celebración de la navidad. En ese momento, el edificio es ocupado por un grupo de terroristas (liderados por Alan Rickman), a los que McClane se irá enfrentando de uno en uno mientras intenta llamar la atención de los cuerpos de seguridad de la ciudad. La dinámica dirección de John McTiernan, recién salido de su éxito con “Predator” y la icónica presencia de Bruce Willis en el rol principal fueron las claves principales de este enorme éxito que contó con Reginald Veljohnson, Alexander Godunov, William Atherton, Hart Bochner o Robert Davi en los papeles secundarios.

Language / Idioma