Kinoptik
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Emblemática y polémica adaptación de la novela de Anthony Burgess, escrita, producida y dirigida por Stanley Kubrick, que narra un futuro distópico (¿quizá finales de los años 80?) en el que el joven Alex (Malcolm McDowell) es el líder de un grupo de jóvenes que dedican sus noches a llevar a cabo todo tipo de disturbios ultraviolentos: desde peleas contra otros grupos, palizas a ancianos e incluso asaltos a domicilios y violaciones. Alex, que vive con sus padres, también practica el sexo libre durante el día, aunque siempre aduce cualquier motivo de salud para no acudir a la escuela. Tras ser encerrado y condenado a prisión por uno de sus crímenes, Alex se apunta voluntariamente al “tratamiento Ludovico”, un nuevo proceso médico que le asegurará la libertad en muy poco tiempo, convirtiéndole en un ciudadano ejemplar, anulándole los instintos criminales. “A Clockwork Orange” es todo un monumento cinematográfico en tanto que Stanley Kubrick muestra un dominio aplastante de todos los recursos cinematográficos, desde la puesta en escena, el uso -nunca mejor dicho- de unos actores absolutamente entregados, al empleo de la música y el sonido como elementos para perturbar al espectador. Los resultados son tan potentes como conscientemente desagradables, moviéndose en una peligrosa línea entre la comedia negra y la exaltación de la violencia, algo que, de siempre, ha hecho que “A Clockwork Orange”, sea uno de los films más polarizantes de su autor. Patrick McGee, Michael Bates, Warren Clark, Adrienne Corri, David Prowse, Philip Stone, Steven Berkoff o Anthony Sharp, entre otros, completan el reparto de la película.

Extrañísima película escrita y dirigida por Brian de Palma, que mezcla elementos de “Phantom of the Opera”, “Faust” y “The Picture of Dorian Gray” en un musical-rock en el que se entremezclan momentos apabullantes con otros en los que aparecen los peores excesos e incoherencias de la obra del realizador de “Scarface”: William Finley interpreta a Winslow Leach, un joven compositor y cantante que quiere estrenar su obra en el “Paradise”, un teatro regentado por Swan (Paul Williams, compositor además del film). Sin embargo, éste le rechaza pero le roba su música para que la cante Phoenix (Jessica Harper). Después de ello, el rostro de Leach queda desfigurado en un accidente y se convierte en el fantasma del teatro, clamando venganza entre bastidores. El film fue un fracaso en la época de su estreno, aunque Paul Williams consiguió una nominación por su banda sonora, lo que no ha impedido que con el transcurso de los años se haya convertido en una obra de culto a pesar de su evidente rareza.

Segunda adaptación consecutiva de una novela de S.E. Hinton por parte de Francis Ford Coppola que, como la anterior “The Outsiders”, también fue ambientada en la ciudad de Oklahoma. El joven Rusty James (Matt Dillon) aspira a ser un temido líder pandillero como lo fue su hermano, conocido como El Chico de la Moto (Mickey Rourke), quien ha desaparecido y nadie sabe dónde se encuentra. Entre tanto, Rusty se pelea con miembros de otros grupos juveniles y pasa algún tiempo con una joven (Diane Lane) con la que mantiene una relación. Pero la vuelta de su hermano lo cambia todo, y Rusty decide seguirle a todas partes para aprender de él, pero éste ya solo desea llevar una vida tranquila y alejada de la pandillas que lo consideraban como un héroe. Se trata de una película casi de corte experimental por parte del realizador de “The Godfather” y “Apocalypse Now”, que mezcla una estética de cine negro (y en blanco y negro) con música del batería del grupo The Police, Stewart Copeland, así como una predominancia de momentos oníricos por encima de una narrativa convencional. Sonoro fracaso en el momento de su estreno, hoy en día es un film de culto, aunque sus resultados continúen siendo cuestionables. Vincent Spano, Nicolas Cage y Dennis Hopper completan el reparto.

Uno de los títulos más celebrados de la carrera del director norteamericano John Frankenheimer (aunque no es el mejor) fue esta adaptación de una novela de David Ely cuyo planteamiento sci-fi bien podría haber perfectamente el de series como “Twilight Zone”: un banquero, hombre de mediana edad hastiado de su vida (John Randolph) es contactado a través de un amigo para hacerse cliente de una empresa que ofrece un curioso servicio, consistente en fingir la muerte del individuo, cambiar sus rasgos e identidad mediante la cirugía y crear para él una nueva vida. De modo que el hombre se convierte en un apuesto pintor (Rock Hudson) de la noche a la mañana y es alojado en una vivienda de lujo en Malibú, pero sin remediar el vacío existencial previo. A pesar de su prestigio actual, “Seconds” fue originalmente un fracaso comercial que no funcionó ni como ciencia-ficción o crítica social (el público no aceptaba a Hudson en esa temática) ni como vehículo al servicio del actor. Lo cierto es que es una película de desarrollo y narrativa casi experimental en muchos aspectos y que no es sencilla a pesar de lo que su argumento pudiera sugerir, de modo que dicho fracaso no es por completo incomprensible.

Emblemática película de terror protagonizada por George C. Scott, en la que el actor interpreta a un músico que, después del fallecimiento de su esposa y de su hija en un accidente, se muda a una mansión situada en las afueras de Seattle para encauzar su vida y poder componer con tranquilidad. Sin embargo, una vez allí, comienza a percibir primero y presenciar después diversos fenómenos paranormales que parecen indicar que el caserón mantiene oculto un triste secreto. Se trata sin lugar a dudas de la mejor película de su director, Peter Medak, que gracias a un sólido guión (parece ser que inspirado en hechos reales) y a una agobiante y acertada puesta en escena consigue una de las películas que, de forma mayoritaria, está considerada como más terroríficas de la historia del cine, aunque también es justo decir que su primera mitad es más inquietante y está más conseguida que la segunda, en la que con las cartas sobre la mesa, la película se empeña en explicar todo su significado de forma explícita. Trish Van Devere, esposa de Scott en la vida real, Melvyn Douglas, Jean Marsh y Jon Colicos forman el reparto de secundarios del film.

Libre adaptación de la novela del mismo título, escrita por James Vance Marshall en 1959, que en su versión cinematográfica tiene como protagonistas a una joven adolescente (Jenny Agutter) y su hermano pequeño (Luc Roeg, hijo del director, acreditado como Lucien John) que se pierden en el desierto australiano, sin agua, apenas ropa, ni comida. Cuando están desesperados por la sed, se cruza en su camino un aborigen (David Gulpilil) que está realizando su período de entrenamiento en solitario (el “Walkabout” del título), de acuerdo con las tradiciones de los nativos de la zona. Él los ayuda a sobrevivir y poco a poco comienza a establecerse una relación entre los tres, a pesar de las dificultades de comunicación entre el chico y la chica, mientras buscan algún lugar civilizado para ser rescatados. “Walkabout” fue el primer trabajo en solitario de Nicolas Roeg como realizador, después de haber debutado el año anterior en “Performance”, que firmaba junto a Donald Cammell. Se trata de un film que, más allá de su sencillo argumento, lanza varios poderosos mensajes al espectador, todo ello envuelto en una mágica atmósfera bajo la espléndida partitura sonora de John Barry. Quizá algunas de las yuxtaposiciones de imagen o ideas de montaje de Roeg, tan habituales en él, han quedado anticuadas, pero seguramente se trate de su obra maestra como director junto con la más conocida “Don’t Look Now” (1973), así como un film con claras influencias en el cine posterior de Terrence Malick, por ejemplo.

Curioso antedecente de “Halloween” y toda la serie de “Friday The 13th”, en la que Bob Clark, director conocido sobre todo por “Porky’s” (1982) y su primera secuela, ya utiliza muchos de los elementos del género Slasher: un grupo de chicas que viven en una residencia universitaria femenina, son acosadas telefónicamente por un perturbado que les grita obscenidades. Al mismo tiempo, una de las chicas lleva veinticuatro horas desaparecida, por lo que la policía comienza a escuchar las llamadas y tratar de localizar su procedencia, con sorprendentes resultados. Clark se centra más en crear suspense que en realizar sofisticadas escenas de asesinatos (aunque sin renunciar a las mismas), consiguiendo una película irregular, pero efectiva especialmente en su parte final, haciendo uso de un reparto que incluye nombres como Olivia Hussey, Keir Dullea, Margot Kidder y John Saxon como los rostros más conocidos del mismo.

Producción de Omni Zoetrope (Francis Ford Coppola) con la que debutó en la dirección de largometrajes el cineasta Carroll Ballard (“Never Cry Wolf”, “Wind”, “Fly Away Home”) adaptando una historia de Walter Farley, co-escrita para la gran pantalla por Melissa Mathison (“E.T. The Extraterrestrial”). La misma comienza en un buque frente a las costas de África, en el que viaja el pequeño Alec (Kelly Reno) acompañado de su padre (Hoyt Axton). En el mismo barco viaja un imponente caballo negro el cual, durante el naufragio de la nave, en mitad de la noche y circunstancias desconocidas, ayudará al pequeño a sobrevivir en alta mar. Juntos van a parar a una isla desierta, en la que ambos aprender a convivir antes de su vuelta a la civilización. Se trata de una película orientada al público infantil pero que contiene grandes valores cinematográficos: desde la sensible puesta en escena de Carroll Ballard, hasta la notable banda sonora de Carmine Coppola o el montaje de Robert Dalva, pasando por supuesto por la excepcional fotografía de Caleb Deschanel. Teri Garr, como la madre del chico, y Mickey Rooney, como el entrenador que le ayuda a convertirlo en un caballo de carreras, aparecen en la segunda mitad del film.

Tras el fracaso comercial de “Barry Lyndon”, Stanley Kubrick decidió abordar un proyecto más comercial con esta adaptación de la novela de Stephen King, de la que toma su premisa para modificarla a los gustos del realizador neoyorquino: una familia formada por un matrimonio (Jack Nicholson y Shelley Duvall) aceptan hacerse cargo del cuidado de un hotel ubicado a gran altitud en las montañas rocosas en compañía de su hijo de seis años (Danny Lloyd), pues durante el invierno éste queda completamente aislado y cerrado por la nieve. El hijo tiene un extraño don telepático que le permite comunicarse con otras personas y ver sucesos pasados y futuros, algo que junto con los horrores que sucedieron en ese lugar años atrás, se convertirá en una pesadilla cuando las desavenencias del matromonio se agraven con el aislamiento. El resultado fue un film de terror muy atmosférico, con una desatada interpretación de un Nicholson que da en pantalla lo mejor y lo peor de sí mismo y que, aunque está lejos de ser un film redondo, como todo Kubrick está lleno de interés y de elementos de muchísimo valor cinematográfico. Scatman Crothers, Barry Nelson y dos habituales del realizador, Philip Stone y Joe Turkel, completan el reparto.

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