14 Abr A Hidden Life
Vuelta por parte del cineasta norteamericano Terrence Malick a un cine de una narrativa algo más convencional, después de los experimentos realizados con “Knight of Cups” (2016) y “Song to Song” (2017), en la que el director de “The Thin Red Line” viaja por primera vez a Europa para filmar la historia real de Franz Jäggerstätter (August Diehl), un granjero austríaco que, durante la Segunda Guerra Mundial, rechazó participar en la contienda por motivos de conciencia, ya que ello suponía aceptar a Hitler y a su régimen nazi. Así pues, Malick retoma ni más ni menos una historia de corte muy similar a la de Sir Thomas More, llevada a la gran pantalla por Fred Zinnemann en 1966 sobre la base de la obra de Robert Bolt “A Man For All Seasons”. Por supuesto, como cabe esperar en el cine de Malick, existe una gran belleza y variedad de escenarios en cada una de las secuencias, e incluso una buena selección musical y banda sonora de James Newton Howard. Pero lo que se cuenta en sus casi tres horas de duración está demasiado estirado y el grueso del estilo narrativo, visual o musical tampoco resulta ya novedoso. De modo que es un film más convencional del director desde “The New World” -puesto que también es más sencillo que “The Tree of Life” y “To The Wonder”- pero no justifica en absoluto su duración.