Zeiss Supreme
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Impactante debut cinematográfico de los hermanos Danny Philippou y Michael Philippou, que siguiendo el esquema del tradicional relato “la pata de mono”, cuenta la historia de un grupo de jóvenes que, en sus fiestas, realizan una serie de contactos con el más allá, a través de una mano embalsamada que atrae a los espíritus. Mia (Sophie Wilde) es una de esas jóvenes y ha perdido recientemente a su madre, mientras que en el grupo también hay dos hermanos, Jade (Alexandra Jensen) y el joven Riley (Joe Bird). Y en una sesión, en casa de estos últimos, aprovechando la ausencia de la madre (Miranda Otto), las cosas dejan de ser divertidas. El argumento de “Talk to Me” quizá no sea demasiado original, pero los hermanos Philippou, contando con un grupo de actores muy entregados a la causa, consiguen una interesante película con escenas de mucha intensidad, e imágenes bastante inquietantes, captadas en cámara, con efectos de maquillaje tradicionales. E incluso el uso del estruendoso sonido es muy bueno, acompañando a un buen número de “jump-scares” para hacer las delicias de los aficionados al género.

La ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes de 2022, “Triangle of Sadness” es una ácida sátira que tiene como protagonistas a un par de jóvenes modelos (Harris Dickinson y Charlbi Dean) que consiguen de manera gratuita a un crucero de lujo gracias a que la chica es una famosa “influencer”. Una vez en el barco, la división social es muy clara, entre los pasajeros, los tripulantes que interactúan con los pasajeros y una tercera clase, la que está en la última cubierta del buque. Pero todo se dará la vuelta cuando una serie de acontecimientos hagan que el viaje no salga tan bien como debería. El sueco Ruben Östlund (“The Square”) es el encargado de llevar hasta la pantalla esta visión marxista de un crucero y de la lucha de clases que convive en el mismo, cuyo resultado es una película muy accesible y entretenida, pero que siempre deja un poso de cálculo efectista en cada uno de sus movimientos y giros de guión y muy poco pie a la naturalidad, a fin de que el mensaje llegue alto y claro, aunque no por ello continúe resultando una película disfrutable. Además de su éxito en Cannes, “Triangle of Sadness” también ha conseguido tres nominaciones a los Oscar, en tres de las categorías más importantes: mejor película, director y guión, las dos últimas para el propio Ruben Östlund.

Segunda película de la directora francesa Julia Ducournau, ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2021, que sigue las andanzas de Alexia, una joven (Agathe Rouselle) que, de niña, tuvo un grave accidente automovilístico que hizo que le tuvieran que insertar una pieza de titanio en la cabeza. Alexia trabaja bailando en una exhibición de automóviles y es además una asesina en serie. Cuando las sospechas comienzan a recaer sobre ella, adopta la personalidad de Adrien, un joven desaparecido años atrás, cuyo padre (Vincent Lindon) no había perdido la esperanza de recuperarlo. Las dos mitades de la película (la segunda, estrambótica, la primera, más estrambótica aún) poseen un lazo de unión tan débil que cabe plantearse si la realizadora (también autora del guión) sabía qué quería contar realmente -quizá algún tipo de historia sobre identidades perdidas, mezclada con un David Cronenberg millenial- o si juntó dos guiones en uno con la esperanza de resultar cool y posmodernista. A la vista del éxito obtenido, parece que la jugada le ha salido bien, ya que con el éxito de Cannes el film ha logrado el interés del público y las alabanzas de la prensa mundial y a buen seguro, ofertas para continuar su carrera en cine.

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