Una de las escasas incursiones del afamado guionista Robert Towne en la dirección cinematográfica, con libreto también escrito por el mismo, que tiene como protagonista a un antiguo traficante de drogas (Mel Gibson), a un policía, amigo suyo desde la infancia (Kurt Russell) y una mujer, dueña de un restaurante de Los Ángeles, que se involucra con ambos (Michelle Pfeiffer) en el momento en que un traficante mexicano (Raúl Julia) solicita ayuda a su antiguo socio para introducir un cargamento de droga en los EEUU. Los resultados de este film eminentemente comercial son más bien pobres, pues ni la parte policíaca de la historia y mucho menos la relativa al conflicto amoroso generan el suficiente interés, de modo que sólo la parte visual de la historia resulta exitosa dentro de un conjunto olvidable.
El director de fotografía original de la película fue el alemán Jost Vacano [BVK], famoso por dos colaboraciones junto a su compatriota Wolfgang Petersen (“Das Boot” y “The NeverEnding Story”), en las que obtuvo una nominación al Oscar por la primera de ellas. También es conocido por su asociación con Paul Verhoeven, quien durante muchos años le alternó en la labor de fotografía junto a Jan de Bont, con títulos como “Robocop”, “Showgirls”, “Starship Troopers” y “Hollow Man”. Sin embargo, parece ser que el estilo realista de Vacano no convenció en absoluto ni al productor, ni al afamado diseñador de producción Richard Sylbert ni al realizador, que a los 10 días de rodaje le despidieron y le sustituyeron por Conrad L. Hall [ASC], el famoso operador de “The Professionals” (Richard Brooks, 1966), “In Cold Blood” (Richard Brooks, 1967), “Butch Cassidy and the Sundance Kid” (George Roy Hill, 1969) –su primer Oscar- , “Fat City” (John Huston, 1972) o “The Day of the Locust” (John Schlesinger, 1975). A mediados de los 70 y durante 10 años, Hall estuvo apartado voluntariamente del cine, por lo que “Tequila Sunrise” supuso el primer éxito rotundo de su segunda etapa, que se coronaría años después con dos premios Oscar adicionales, ambos a las órdenes de Sam Mendes (“American Beauty” y “Road to Perdition”).
A la vista del estilo y los resultados obtenidos por Conrad Hall, resulta evidente por qué despidieron a Vacano. El film nunca consigue arrancar ni despegar, pero lo cierto es que Hall logra en el mismo una estética muy comercial y muy bella, además con la dificultad añadida que excepto algún decorado creado por Richard Sylbert para la ocasión, de que las localizaciones de rodaje se encuentran en una ciudad visualmente tan anodina como Los Ángeles. Lo que hace Hall, partiendo de una estética naturalista, es emplear un estilo muy embellecido, que favorece notablemente a Gibson, Russell y Pfeiffer, y obtiene un partido enorme de los escenarios. El restaurante diseñado por Sylbert es iluminado por Hall mediante múltiples fuentes de luz integradas en las mesas y algo de luz cenital que hace las funciones de relleno, mientras que los interiores diurnos hacen uso de las ventanas como fuente de luz justificada, creando un buen contraste en estas estancias. Además, con el fin de embellecer aún más las imágenes, Hall emplea algo de difusión en cámara (seguramente una media muy fina detrás del objetivo) que hace que se formen halos en torno a las altas luces y se produzcan algunos destellos.
Otras escenas que en manos de un operador cualquiera no hubieran tenido interés, Hall las lleva a su terreno, como la conversación en la playa entre Gibson y Russell al atardecer, rodada con teleobjetivos y un enorme sol tras ellos, pero especialmente es interesante lo que hace en las múltiples escenas nocturnas del film, varias de ellas junto al mar o en puertos, que están resueltas a través de enormes unidades de HMI situadas muy lejos y generalmente a contraluz, empleando muchísimo humo además en los fondos, consiguiendo un aspecto que no es ni mucho menos real, pero al menos sí atmosférico y con mucho interés visual.
No es “Tequila Sunrise” precisamente una gran película, pero en manos de Hall, sí se convierte en una muy vistosa, elegante e iluminada con un gusto exquisito, lo que la eleva notablemente si se considera la pobreza del guión y la dirección de Robert Towne. Como prueba del respeto de sus compañeros de profesión, Hall obtuvo el premio de la American Society of Cinematographers, así como una nominación al Oscar, premios a los que se acostumbró a figurar como finalista o ganador hasta el fin de su vida.
Título en España: Conexión Tequila
Año de Producción: 1988
Director: Robert Towne
Director de Fotografía: Conrad L. Hall, ASC
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Otros: fotografía de segunda unidad de John Toll, ASC
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), American Society of Cinematographers
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2014.