Muy entretenida adaptación británica de una novela de Peter Van Greenaway (sin relación con el cineasta de nombre similar), que comienza con el intento de asesinato de un novelista (Richard Burton) mientras ve la televisión en su propio hogar. A pesar de la brutalidad del hecho, el cerebro del escritor continúa con vida en el hospital, conectado a máquinas que miden una inusual actividad para un cuerpo inerte. Un inspector de la policía (el gran Lino Ventura) comienza una investigación para aclarar los hechos, con la ayuda de la psiquiatra que trataba al escritor (Lee Remick). Poco a poco descubre que este, aún con vida, posee una macabra habilidad: la de producir muertes o catástrofes solo con desearlas. Estrenada en una época en que la telequinesia estaba de moda en el cine (Brian de Palma estrenó entre 1976 y 1978 “Carrie” y “The Fury”), “The Medusa Touch” es un estupendo entretenimiento si se aceptan sus premisas y algunas limitaciones técnicas, gracias en parte a la gran labor de Lino Ventura en el papel protagonista –a pesar que el primer actor acreditado sea Burton, en un rol secundario- y a la ágil puesta en escena de Jack Gold, más preocupado de crear un buen thriller de suspense que una película de corte fantástico.
El director de fotografía fue el británico Arthur Ibbetson [BSC], un veterano de la industria ya por aquélla época, que colaboraba con Gold por primera vez. Ibbetson, como todos los directores de fotografía clásicos, comenzó su carrera desde abajo y, una vez que tuvo la oportunidad de alcanzar el puesto de operador de cámara, trabajó para directores de fotografía de gran prestigio desde 1940 hasta 1957, un largo período en el cual a buen seguro aprendió mucho de Geoffrey Unsworth, Oswald Morris, Christopher Challis o Freddie Francis, entre otros clásicos de la profesión en Gran Bretaña. Una vez director de fotografía, trabajó varias veces con Ronald Neame (“Hopscotch”), Basil Dearden, Guy Green, Mark Robson, Peter Collinson, Mel Stuart, Brian G. Hutton, Jeannot Szwarc o Roger Donaldson, para el que rodó “The Bounty” sobre un guión de Robert Bolt, el proyecto originalmente concebido por y para David Lean y del que se hizo cargo Dino De Laurentiis. A pesar que nunca alcanzó ni la fama ni el prestigio de sus maestros, Ibbetson fue un operador de cierta fama y que obtuvo una nominación al Oscar por su trabajo en “Anne of the Thousand Days”, a las órdenes de Charles Jarrott en 1969.
Jack Gold fue un director que alternó la televisión con el cine, lo que quizá explique que una película como esta, con un buen número de secuencias de acción o que contienen complicados efectos visuales, no fuera rodada en el formato panorámico anamórfico que era habitual en el cine más espectacular de la época. En su lugar, Arthur Ibbetson la rodó en el formato esférico convencional y, según sus palabras, para lograr una coherencia en el rendimiento y colorimetría de las ópticas y poder rodar variando de focales lo más rápido posible, recurriendo casi en exclusiva a un Cooke Varotal 20-100mm (5:1), algo que era habitual entre muchos operadores de la época que se habían formado en el cine clásico, ya que con la llegada de emulsiones negativas de grano fino y sensibilidades elevadas para la época (100 ASA) que aguantaban bien el forzado, la menor luminosidad de este tipo de ópticas (T3.1) no era considerada un impedimento puesto que aún podían rodar con niveles de intensidad de luz muy inferiores a los que usaban solo diez años atrás. Así pues, “The Medusa Touch” no es que contenga muchos planos en los que el zoom está utilizado para realizar modificaciones de cuadro en mitad de las tomas, sino que por lo general está empleado como focal variable.
El problema de la fotografía es que su concepción es muy antigua, sea obra de Ibbetson o por influencia televisiva de Jack Gold. Rodada por lo general en estudio, casi todos los interiores nocturnos, por ejemplo, están rodados en un estilo muy, muy plano, en el que el enorme contraste que suelen producir las fuentes de luz direccionales está totalmente contrarrestado con una luz de relleno muy elevada. Seguramente así los actores pudieran moverse con casi total soltura y la película pudo rodarse con un calendario más apretado, pero el efecto que se crea está muy por debajo de las expectativas o incluso del nivel de la propia película. También es, además, el tipo de película en el que el operador está muy preocupado por el aspecto de la actriz principal, Lee Remick, a la que dedica mucho cuidado con luces frontales que evitan cualquier sombra sobre su rostro, por más que ello perjudique el aspecto global de la película. Y por si no hubiera suficiente luz, o quedase alguna duda de que lo que se pretendía era que el aspecto fuera muy plano, parece que Ibbetson todavía recurrió a un filtro tipo bajo contraste delante de la lente.
En estas circunstancias, ni los interiores ni los exteriores, que también adolecen de un contraste alarmantemente bajo, lucen ni lo más mínimo. Es cierto que Ibbetson consigue que Lee Remick siempre luzca bien en pantalla, pero globalmente es una película de la cual se podría haber obtenido un look mucho más interesante, ya que la historia y los medios empleados en el rodaje sí que lo permitían. En este aspecto, los efectos visuales de Brian Johnson (“Alien”, “Empire Strikes Back”) resultan aceptables para la época, aunque el uso de las maquetas o de técnicas de dobles exposiciones y efectos ópticos lógicamente ha quedado muy desfasado desde el punto de vista actual. Así pues, “The Medusa Touch” merece un visionado como thriller con algunos toques de catástrofe, casi en la línea de “Black Sunday” de John Frankenheimer si se sustituye a los terroristas por Richard Burton, pero mucho mejor si se obvia su acabado visual, más en la línea de la televisión de la época que en la que se supone a un producto de estas características.
Título en España: Alarma, Catástrofe
Año de Producción: 1978
Director: Jack Gold
Director de Fotografía: Arthur Ibbetson, BSC
Ópticas: Cooke Varotal 20-100mm
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Otros: efectos visuales de Brian Johnson
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2016.