Célebre adaptación de una atípica novela corta de Stephen King, cuya narrativa comienza en la década de 1940, cuando un banquero (Tim Robbins) es encarcelado bajo la acusación de haber asesinado a su mujer y al amante de ésta. La historia, pues, se centra en sus años como presidiario, con sus difíciles inicios y su progresiva adaptación, al tiempo que va forjando una amistad de hierro con otro interno (Morgan Freeman). Narrativa clásica en estado puro, el debut en la dirección de Frank Darabont es una película muy bien intencionada y, sobre todo, muy bien interpretada por la carismática pareja protagonista y el resto del elenco (Clancy Brown, James Whitmore, Bob Gunton, William Sadler, entre otros). Aunque posiblemente sea la película carcelaria más abierta a todos los públicos que se recuerde, lo cierto es que sus resultados son muy buenos y las emociones descritas en pantalla llegan muy bien al espectador, como pone de manifiesto que se trate de la película más valorada de la historia del cine para los usuarios de Internet Movie Data Base (IMDB).
El director de fotografía fue el británico Roger Deakins [ASC, BSC], quien en aquéllos momentos se encontraba en plena consolidación de su carrera como operador en Estados Unidos. Formado en su país natal y con experiencia en el documental –circunstancia clave para entender su particular estética y concepción de la cámara-, Deakins realizó durante los 80 películas como “1984” (Michael Radford, 1984), “Sid and Nancy” (Alex Cox, 1986), antes de dar el salto a EEUU a comienzos de la década de los 90 de la mano de Bob Rafelson (“Mountains of the Moon”) y Roger Spottiswoode (“Air America”). En 1991 ya le reclaman por primera vez los hermanos Coen con “Barton Fink” y al tiempo que establece una extraordinariamente sólida relación con esta pareja de cineastas -quizá la conexión directores/operador más importante de los últimos veinte años- comienza a abrir su carrera a otros cineastas emergentes y consolidados que reclaman sus servicios, como podría ser el caso de Darabont. Lo que vendría después, incluyendo múltiples candidaturas al Oscar, hasta la fecha sin premio, ubica a Deakins como una referencia absoluta de la fotografía cinematográfica, no ya de nuestro tiempo, sino de toda la historia del cine.
La imagen de “The Shawshank Redemption” es muy típica de Roger Deakins en todos los aspectos. De un lado, está su trabajo de cámara, sobrio y conciso, como todos los suyos (él opera personalmente), en el que existe un claro predominio de las focales medias y movimientos muy controlados, en los que cada toma pretende contar algo, y casi nada se hace sobre la premisa de lucirse. Pero por otro, está su sello más característico, que es el de un operador de inspiración naturalista, cuyas imágenes en todo momento tienen una inspiración muy clara en la realidad, a pesar que, a través de la luz artificial, Deakins modele a los actores, o los decorados, o sobre la premisa de la luz real de las localizaciones, cree una luz más dramática o embellecida, en función de la narración (atención a este respecto la escena en la azotea, mientras los reclusos arreglan el tejado, o el final, ambos momentos con tonos dorados o amarillentes).
Los exteriores se caracterizan por su rodaje con la luz disponible, manejándola con telas y reflectores, siempre en búsqueda de un aspecto grisáceo y algo azulado, con cielos encapotados. Mientras que los interiores son típicos de Deakins, con la luz siempre justificada en las ventanas, a través de grandes fuentes de iluminación convenientemente filtradas (HMIs, brutos o Maxi-brutos) para producir una luz lo más suave y natural posible, con efecto de única fuente de iluminación, aunque el operador utilice un relleno sobre los actores que es más perceptible que en su obra posterior. En la resolución o clímax del film, narrado mediante flash-backs, Deakins también simula una tormenta con sus relámpagos y el agua de lluvia con intenciones y efectos claramente teatrales; seguramente es un efecto algo excesivo, pero está en la línea de una narrativa tan clásica como la de esta película, en la que los cineastas se aseguran de que todo sea bien comprensible para el espectador.
Los resultados son muy buenos, lo suficientes como para que los miembros de la American Society of Cinematographers (ASC), a la que Deakins aún no pertenecía, premiaran al operador británico. Con “The Shawshank Redemption”, Deakins obtuvo su primera candidatura al Oscar –en una gala en la que el norteamericano John Toll [ASC] se hizo con la estatuilla dorada por su trabajo en “Legends of the Fall”, más vistoso pero no necesariamente mejor que el de Deakins-, y fue el inicio de su carrera hacia la cima, en la que se ha mantenido durante las dos últimas décadas, con trabajos para realizadores como Martin Scorsese, Ron Howard, M. Night Shyamalan, Andrew Dominik, Sam Mendes o Denis Villeneuve, entre otros. Los posteriores trabajos de Frank Darabont, ya sin Deakins, han ido perdiendo gradualmente interés visual, de forma que la importancia y aportación de éste a títulos como el presente queda muy en evidencia.
Título en España: Cadena Perpetua
Año de Producción: 1994
Director: Frank Darabont
Director de Fotografía: Roger Deakins, ASC, BSC
Ópticas: Zeiss Standard & Zeiss Superspeed 1.3
Emulsión: Kodak EXR 5248 (100T) & EXR 5293 (200T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), American Society of Cinematographers.
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2015.