The Silent Partner
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The Silent Partner

Adaptación cinematográfica de una novela de Anders Bodelsen, rodada y ambientada en Toronto (Canadá). El argumento gira en torno al neurótico cajero de un banco (Elliott Gould), el cual trata de intimar con una compañera suya de trabajo (Susannah York). Un buen día, comienza a sospechar que el banco va a ser atracado por un hombre vestido de Santa Claus (Christopher Plummer, haciendo de villano) y, en previsión, guarda dinero del banco para tratar de hacer creer al todo el mundo que el mismo ha sido robado por el delincuente. Cuando éste se percata, comienza un juego del gato y el ratón entre el cajero y el ladrón, con algunos sorprendentes y violentos giros. “The Silent Partner” es un thriller tan interesante como poco conocido, que se beneficia de la presencia de un grupo de buenos actores y un aproximamiento desinhibido tanto al sexo como a abruptos estallidos de brutalidad en pantalla, aunque su desarrollo es algo extraño y quizá un director de mayor calibre que Daryl Duke hubiera extraído más jugo a la adaptación realizada por el futuro director Curtis Hanson. Con todo, es una rareza que se deja ver estupendamente bien y que engancha desde su inicio al espectador.

El director de fotografía fue el británico Billy Williams [BSC], que firma una fotografía muy de su estilo a pesar de encontrarse en localizaciones canadienses tan alejadas de aquéllas a las que probablemente estaba acostumbrado. Williams era un operador que llegó al mundo del cine a través de los documentales, a mediados de los 60, comenzando a destacar seriamente de la mano de Ken Russell con “Women in Love” (1969), película con la que obtuvo su primera candidatura al Oscar, a la que seguirían “Sunday Bloody Sunday” (John Schlesinger, 1971), “The Wind and the Lion” (John Milius, 1975), “The Voyage of the Damned” (Stuart Rosenberg, 1976), “Eagle’s Wing” (Anthony Harvey, 1979), “Saturn 3” (Stanley Donen, 1980), “On The Golden Pond” (Mark Rydell, 1981), su segunda nominación al Oscar, aunque no sería hasta “Gandhi” (Richard Attenborough, 1982) cuando finalmente consiguiera alzarse con la estatuilla dorada, aunque se trata de un crédito compartido con Ronnie Taylor, debido a que Williams tuvo que ser operado de una hernia discal durante el largo rodaje, de modo que Taylor tuvo que sustituirle temporalmente en el mismo. Williams a su vez fue el encargado de sustituir a Owen Roizman al final de rodaje de “The Exorcist” (William Friedkin, 1973), cuando el equipo americano no pudo obtener los permisos adecuados para viajar a Irak a rodar las secuencias de apertura del film, de modo que fue un equipo británico comandado por este operador el que se hizo cargo de las mismas.

La fotografía es “The Silent Partner” es, como indicábamos, muy propia de Billy Williams. Es cierto que algunas partes de la película -especialmente en las copias disponibles de la misma, que no son de alta calidad precisamente- poseen un aspecto algo sucio y granulado, que la hermanan de manera directa con los thrillers de su época, pero por otro lado, Williams era un director de fotografía híbrido entre los clásicos británicos como Oswald Morris o Geoffrey Unsworth y compañeros de su generación como David Watkin o John Alcott que eran algo más modernos en cuanto a estilo. Por consiguiente, existe siempre en “The Silent Partner” un evidente interés en lograr que todo luzca bien, sin caer nunca en un realismo documental que parezca demasiado crudo y, al mismo tiempo, intentando que lo que se ve en pantalla parezca realista. Ese dificil equilibrio lo suple Williams dejando que aparezcan muchas fuentes de luz integradas en pantalla, a veces, de hecho, fuentes de luz muy grandes que hacen gran parte del trabajo real de iluminación, complementándolas siempre que es necesario (y le ocurre con mucha frecuencia) con luz suave, probablemente rebotada, que hace que todo parezca más bonito y sofisticado.

Ello es especialmente evidente en las escenas en las que aparece Susannah York, ya que Williams siempre se esfuerza en realzar el aspecto de la actriz (que por aquél entonces rozaba los 40 años de edad) mediante una luz suave que siempre es algo más frontal que lo que le correspondería por su situación en la escena, técnica que complementa además con algo de difusión en cámara específica para sus primeros planos. En cualquier caso, es una película cuya estética es suave de por sí, ya que aparentemente está rodada principalmente con el zoom Cooke Varotal 20-100mm T3.1 y casi siempre con algo de filtraje en cámara, tipo Low Contrast, para suavizar la imagen y crear halos en torno a las altas luces, dejando que las ópticas ultraluminosas de Panavision hagan acto de presencia únicamente en aquéllas situaciones de baja intensidad de luz que las hacían absolutamente necesarias.

Quizá los exteriores nocturnos, en los que Billy Williams tenía menos control, muestran las escenas más crudas de la película, con farolas integradas y siempre, absolutamente siempre, grandes aparatos de luz de tungsteno a contraluz para modelar las escenas y traer las sombras hacia la cámara. Como suele ser habitual, estos aparatos no son filtrados, al contrario que los de los interiores, de manera que su luz es más dura y por lo tanto enlaza de manera más directa con el estilo habitual de la época. Probablemente, en todo caso, el director de fotografía británico recurriera en todas las escenas interiores o nocturnas al revelado forzado, incluso en aquéllas en las que usa ópticas fijas, ya que el film posee la típica capa de grano que suele aparecer al utilizar este recurso.

Así pues, teniendo en cuenta todos estos elementos, la elección de Billy Williams hace que el aspecto de “The Silent Partner” no sea del todo convencional, puesto que era un director de fotografía acostumbrado a que sus trabajos mostrasen un cierto nivel de estilización, e incluso cierto romanticismo, que le van bien a los variopintos encuentros amorosos del personaje principal a lo largo de la proyección. En cierto modo, aunque Williams sale completamente airoso de cualquiera de las situaciones que le toca afrontar en la película, es una lástima que la misma no contase con un realizador más interesado en ponerle a prueba con una puesta en escena más dinámica o de mayor interés, ya que precisamente la falta de interés del realizador televisivo Daryl Duke en encontrar o buscar una puesta en escena más cinematográfica es uno de los puntos más flojos de esta (por otra parte) interesante película.

Título en España: Testigo Silencioso
Año de Producción: 1978
Director: Daryl Duke
Director de Fotografía: Billy Williams, BSC
Ópticas: Cooke Varotal 20-100mm, Panavision Ultra Speed Mk2
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en Blu-ray



Language / Idioma