Emblemático clásico del cine de terror, rodado con muy pocos medios, que tiene como protagonistas a un grupo de jóvenes que tienen la desgracia de toparse con una casa en la que habita una familia de sádicos caníbales, entre los que se encuentra Leatherface, que mata a sus víctimas con una motosierra. Con este film, que contiene un texto inicial explicativo que pretende hacer creer al espectador que lo que va a presenciar está basado en un historia real, saltó a la fama el director Tobe Hooper, responsable posterior de la miniserie de “Salem’s Lot” (1979), “Poltergeist” (1982) o “Lifeforce” (1985). Su mayor mérito es ofrecer un largometraje de aspecto y puesta en escena muy realista, casi de “cinema verité”, que además de presentar a un villano memorable, sentó las bases del género “psycho-killer”, tan bien explotado posteriormente por John Carpenter en “Halloween” (1978) y posteriormente, por imitadores como Sean S. Cunningham en “Friday The 13th” (1980). “The Texas Chain Saw Massacre”, más de 40 años después de su estreno, sigue conteniendo secuencias aterradoras y de alto impacto, además de haber inspirado varias secuelas y remakes que jamás se acercaron a su efectividad.
El director de fotografía fue un joven de 23 años de edad que debutaba en cine con este film. Se trata de Daniel Pearl [ASC], quien posteriormente ha desarrollado una exitosa carrera en la que se ha especializado, por lo general, en el rodaje de videoclips y multitud de anuncios publicitarios. Solo volvió a colaborar una vez más con Tobe Hooper, en la película “Invaders from Mars” (1986). Su carrera en cine ha estado, por lo general, asociada a películas muy comerciales e incluye, entre otras, los remakes realizados por Marcus Nispel de la propia “The Texas Chain Saw Massacre” (2003) y “Friday The 13th” (2009). Curiosamente, a pesar de sus comienzos con este film, a Pearl se le asocia más –como consecuencia del desarrollo de su carrera- con la estilización propia de los vídeos musicales y de los anuncios publicitarios que con la estética realista de la presente película, con la que despuntó su carrera.
Como consecuencia de ser una producción de muy bajo presupuesto, rodada durante cuatro semanas en un caluroso verano en localizaciones reales en Texas y con actores locales, “The Texas Chain Saw Massacre” fue rodada en formato Super 16mm. Para evitar además que un eventual hinchado a 35mm para su exhibición en salas comerciales produjera un grano excesivo, Pearl tuvo que recurrir a una emulsión positiva como el Ektachrome 7252, de 25 ASA de sensibilidad, que además tenía menor latitud de exposición que la película negativa 7254 (100T) de la época. Sin embargo, la 7252 poseía un grano más fino, además de que seguramente fuera más nítida que la 7254. Utilizando cámaras Eclair y Bolex, además de lentes zoom (que son más luminosas en formato 16mm que en 35mm), Hooper y Pearl optaron por un estilo muy naturalista y realista que únicamente recurre a la iluminación artificial cuando no les queda más remedio. Por ello, aunque en la época era habitual usar luces en los exteriores diurnos, aquí éstas no están presentes, e incluso aparecen técnicas como la sobreexposición –en los interiores de la furgoneta- que en aquélla época solo estaban empezando a ser aceptadas por Hollywood.
Cuando la película se mueve a interiores, se aprecia claramente que la sensibilidad de la que disponían los cineastas eran escasísima, por lo que Pearl utiliza aparatos (un par de 5kw y un 10kw) dirigidos hacia los actores simplemente para poder exponer su emulsión, a pesar que ello provoque sombras muy duras que a menudo no encuentran justificación alguna. Sin embargo, la película contiene algunos exteriores nocturnos meritorios, especialmente si se tienen en cuenta todos estos inconvenientes, como aquéllos en los que Pearl ilumina exclusivamente la casa en la que sucede gran parte de la acción y deja que los actores se muevan (o huyan) en silueta delante de la misma, técnica que también repite un par de veces con los coches y camionetas que aparecen en pantalla. En la película hay un atardecer y un amanecer y en ambos casos, la continuidad de las tomas está muy bien llevada por el director de fotografía, consiguiendo además algún momento apreciable en la hora mágica.
Por supuesto, a pesar de haber empleado la película Ektachrome, los resultados son granulados y poseen ese color tan especial de las emulsiones positivas de los años 70, que junto con el vestuario de los actores, hacen que la película posea un aspecto inconfundible de época. Aunque lógicamente el Super 16mm sea una limitación técnica –y las lentes no rindan demasiado bien- y a buen seguro los cineastas hubieran acudido al 35mm de haber podido, lo cierto es que la peculiar textura de imagen del formato, junto con la ausencia de aparatos de iluminación en exteriores, hacen que el film posea un aspecto muy verosímil que juega muy a favor de lo que está contando en pantalla, e incluso hacerlo más real y aterrador. Hooper utiliza además un estilo de cámara muy libre y móvil mezclado con hábiles movimientos de travelling, en una puesta en escena que está muy bien pensada para que la película alcance un gran impacto, cosa que sin duda consiguió y que le permitió establecerse en Hollywood en proyectos de mucha mayor envergadura.
Título en España: La Matanza de Texas
Año de Producción: 1974
Director: Tobe Hooper
Director de Fotografía: Daniel Pearl, ASC
Emulsión: Ektachrome 7252 (25T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 16mm, 1.85:1
Otros: fotografía adicional de Tobe Hooper
Vista en HDTV
© Ignacio Aguilar, 2017.