The Visit
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The Visit

Retorno de M. Night Shyamalan a los principios de su cine con una historia que, a través del formato “found footage” o metraje supuestamente rodado en primera persona, sigue las peripecias de dos niños que van por primera vez a casa de sus abuelos –a los que no conocen previamente- para pasar con ellos una semana, aprovechando las vacaciones de su madre. Rodada con autofinanciación, el reducido presupuesto también ha permitido al cineasta de origen hindú un mayor control sobre todo el proceso de producción, después de que sus últimos proyectos de estudio (“The Last Airbender”, “After Earth”) resultaran ser también sonoros fracasos tanto de crítica como de público. Con un elenco de actores desconocidos y un aspecto de falso documental, los resultados son bastante más positivos, aunque todavía muy lejos de los grandes logros del realizador (como “Unbreakable”), por un desigual uso del humor y una elección del formato de realización que a veces resulta impostada y demasiado forzada.

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La directora de fotografía es la norteamericana Maryse Alberti, que se une así a la prestigiosa lista de directores de fotografía empleados por Shyamalan (Adam Holender, Tak Fujimoto, Eduardo Serra, Roger Deakins, Christopher Doyle, Andrew Lesnie y Peter Suschitzky, aunque únicamente haya repetido con Fujimoto) en sus anteriores películas. Alberti es sobre todo conocida por su trabajo para Darren Aronofsky en “The Wrestler” (2008), en el que brillaba por el aspecto documental de sus imágenes en formato Super 16mm. El resto de la carrera de esta directora de fotografía ha estado principalmente consagrada a este medio, por lo que Shyamalan demuestra muy buen ojo con su elección a la hora de rodar un falso documental como el presente, a priori tan alejado de la formalidad y esmero visual de sus anteriores obras.

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Sin embargo, el hecho de que Shyamalan haya optado por narrar la historia como un pequeño y falso documental no significa que no exista la menor elaboración en su puesta en escena. Al contrario, el realizador de origen hindú escoge muy bien dónde situar su cámara o cómo moverla y, por más que los movimientos parezcan improvisados, o que muchos de sus encuadres queden cortados o no tan compensados como en sus otras películas, cada instante de la película está muy bien pensado y rodado con mucha precisión; tanta, que a veces el estilo, como indicábamos, delata en exceso la mano y cabeza pensante del director, que trata de aparentar una mayor improvisación a través del diálogo y de la dirección de actores, que mediante la puesta en escena, que continúa siendo muy calculada hasta cuando utiliza encuadres descompensados de forma deliberada.

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Además, en los tiempos digitales actuales, la calidad de imagen es muy buena incluso en cámaras de uso doméstico o del segmento bajo profesional, por lo que “The Visit” hace gala de imágenes con mucha definición y colores muy saturados, cuyo aspecto de vídeo –con las altas luces quemadas en determinados momentos- y cierta dureza en su textura, sin nada de ruido, distan mucho de los tiempos en que una propuesta como la actual hubiera sido rodada en formato 16mm, con mucho grano y textura de celuloide, aspecto que, en cierto modo, aún mantiene un aspecto más veraz, al menos para quien suscribe estas líneas, aunque solo sea porque realizamos esta asociación de manera automática de pura costumbre. No se han hecho públicos los medios de rodaje, aunque parece que la película ha sido patrocinada al menos parcialmente por Canon, cuyos equipos de vídeo y DSLR aparecen a lo largo de la película. Por su estética, podría estar rodada con una cámara Canon C300 y lentes CNE o de la serie L de foto fija, a veces haciendo uso de grandes angulares con acusada distorsión en los extremos del fotograma.

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La iluminación de Alberti es también más elaborada de lo que a priori cabría pensar, aunque su fin último es hacer que la película parezca rodada de la forma más directa y natural posible. Hace mucho uso de luz a través de las ventanas, a veces incluso en forma de haces de luz dura imitando los efectos de la luz solar, provocando que muchas escenas posean un fuerte contraste. Los interiores nocturnos son muy interesantes, con apenas ligeros atisbos o toques de luz azulada, integrando por supuesto la antorcha de la cámara en algunos de los momentos más terroríficos. Así pues, el resumen es que “The Visit” adopta un falso estilo documental que está bien realizado, pero precisamente por ello, a veces queda algo impostado, como si para un cineasta tan habituado a la precisión y al control como M. Night Shyamalan le costase despegarse por completo de su estilo incluso a la hora de adoptar este formato, lo que no impide que el autor de “The Sixth Sense” ofrezca su mejor obra en la última década.

Título en España: La Visita
Año de Producción: 2015
Director: M. Night Shyamalan
Director de Fotografía: Maryse Alberti
Formato y Relación de Aspecto: HD, 1.85:1

Vista en DCP

© Ignacio Aguilar, 2015.



Language / Idioma