Adaptación para la pantalla grande de la misma historia ya narrada en el documental “Man on Wire” (2008), que tiene como protagonista al funambulista francés Philippe Petit (Joseph Gordon-Levitt), un hombre que en 1974, justo antes de su completa finalización, cruzó los 42 metros que separaban las dos torres gemelas del World Trade Center de Nueva York a través de un cable de acero que consiguió colocar entre ambas torres con la ayuda de un grupo de compinches. La historia comienza con Petit en su país natal, cuando se aficiona al funambulismo y las artes malabares y comienza a actuar en París, pasando por su fascinación por las torres gemelas y el plan que lleva a cabo para poder llevar a cabo su actuación a más de cuatrocientos metros de altura, así como, por supuesto, su “actuación” allí arriba. Ben Kingsley, Charlotte Le Bon y James Badge Dale secundan a Gordon-Levitt, en una película que transmite bien al personaje de Petit entre el sueño, la irracionalidad y la locura, pero que cuando realmente brilla e interesa es en su tercio final, con un grandioso espectáculo de vértigo que justifica como muy pocas veces el formato tridimensional.
En un principio existió cierta confusión al respecto, pero finalmente, el director de fotografía de “The Walk” es el polaco Dariusz Wolski [ASC], que sustituye así a Don Burgess, director de fotografía de todas las películas de imagen real de Robert Zemeckis desde hace más de dos décadas, cuando Burgess se hizo cargo de “Forrest Gump” (1994) en sustitución del director de fotografía habitual de Zemeckis hasta aquél momento, Dean Cundey. Habrá que ver si Wolski ha ocupado el puesto de Burgess como hecho puntual o si añadirá su relación con Zemeckis a la que ya posee con Ridley Scott, con el que ha rodado consecutivamente “Prometheus”, “The Counselor”, “Exodus: Gods and Kings” y “The Martian”, también estrenada en 2015, año que por tanto ha sido muy fructífero para Wolski, un operador muy hábil a nivel técnico que obtuvo una nominación al premio de la American Society of Cinematographers (ASC) por su trabajo en “Crimson Tide” allá por 1995 y a las órdenes del difunto Tony Scott. Desde entonces, se ha especializado en un cine muy comercial en el que ha aportado imágenes muy vistosas, como en las cuatro películas de “Pirates of the Caribbean”, “The Mexican”, “The Crow”, “Dark City” o sus dos trabajos para Tim Burton, “Sweeney Todd” y “Alice in Wonderland”.
Desde que ha transicionado al cine digital, Wolski ha rodado sus películas empleando cámaras Red. Primero la Red One MX en “On Stranger Tides” (2011), la cuarta entrega de “Pirates of the Caribbean” y a partir de “Prometheus”, la Epic. Ya en el rodaje de “Exodus”, Wolski tuvo acceso a alguna de las primeras unidades de Epic equipadas con el sensor Dragon, con el que ha rodado “The Martian” y “The Walk”, con una mejora en el rendmiento muy significativa, especialmente con respecto a lo visto en “The Counselor” y “Exodus”, muy afectadas, sobre todo la segunda, de una excesiva dureza en la imagen. El propio Zemeckis, además, también había sido ya usuario de Red en “Flight” (2012), de modo que no es extraño que “The Walk” también haya usado la Red Epic Dragon para adquirir sus imágenes. Sin embargo, al contrario que en sus trabajos para Ridley Scott, en este caso Wolski y Zemeckis han optado por un rodaje convencional en formato 2D, que evita la necesidad de duplicar equipos y recurrir a complicados rigs 3D, de modo que las imágenes tridimensionales han sido obtenidas en post-producción. El propio Wolski asegura que no existe ningún menoscabo en realizar de esta forma la versión 3D siempre y cuando ya se sepa desde el principio que la película será post-convertida. A tenor de los resultados, no podemos sino darle la razón al operador polaco, puesto que “The Walk” está plagada de efectos tridimensionales absolutamente logrados y convincentes.
Sin embargo, a pesar de ello, también debemos indicar, una vez más, que el visionado en 3D del grueso de la película –rodada de forma bastante directa, con muchas escenas de diálogo que no contienen ningún tipo de efecto especial- supone una importante merma en la calidad de imagen, ya que con las gafas 3D continúa siendo dificil para el espectador obtener un visionado nítido y sin que algún contorno o perfil produzca molestos efectos aquí y allá, además de que la luminosidad de la proyección deja algo que desear. Así, durante el grueso de la película, sí se aprecia muy bien cómo Zemeckis mantiene su clásica puesta en escena a base de lentes tendentes al angular (entre el 21mm y el 27mm, aproximadamente) y como entre él y Wolski tratan de aproximarse a una estética algo más europea, especialmente para el largo segmento de la proyección que transcurre en Francia. Wolski ejecuta muy bien una secuencia bajo la luz de las velas y, en general, ofrece una atmósfera naturalista, con mucha luz suave justificada en las ventanas de los decorados, a veces con efecto de una única fuente y mucho contraste, por más que este aspecto realista choque casi siempre con la desconcertante caracterización de Gordon-Levitt como Petit.
Sin embargo, cuando la película brilla de verdad es en su tercio final, primero con algunas escenas de intriga que superan ampliamente en interés a todo lo visto anteriormente, y después, por supuesto, con el clímax en el que Petit cruza en equilibrio y sobre el cable el espacio entre ambas torres. Zemeckis lo filma desde todos los ángulos posibles con la ayuda de efectos digitales de última generación, así como apoyado en un diseño de producción de Naomi Shohan (“American Beauty”, “I Am Legend”) que evoca muy bien el amanecer en el World Trade Center y cómo fueron realmente tanto las propias torres como su entorno, antes de su destrucción en los atentados del 11 de septiembre de 2001. En formato tridimensional, la sensación de realismo es tal, que incluso para los ojos del espectador avanzado es muy dificil distinguir la línea que separa el rodaje captado por Wolski y dónde termina éste y comienzan los efectos digitales, muy buena prueba, por otro lado, de la elevada perfección de este trabajo. El operador polaco se muestra especialmente inspirado con su luz de amanecer, la cual evoluciona desde la penumbra hasta que el sol ya está más arriba en el horizonte. Su éxito en esta suerte es total y su trabajo va absolutamente de la mano con el del equipo de efectos, de modo que el espectáculo de vértigo, alturas y fotorrealismo que ofrece “The Walk” es irreprochable, aunque para disfrutarlo forzosamente haya que ver la película entera en tres dimensiones.
Título en España: El Desafío (The Walk)
Año de Producción: 2015
Director: Robert Zemeckis
Director de Fotografía: Dariusz Wolski, ASC
Formato y Relación de Aspecto: Red Epic Dragon (6K), 2.4:1
Vista en DCP 3D
© Ignacio Aguilar, 2016.