Adaptación cinematográfica de una obra teatral de Frederick Knott, producida por el actor Mel Ferrer (entonces el marido de la actriz protagonista, Audrey Hepburn) y dirigida por el realizador de los primeros títulos de la serie Bond, Terence Young, que tiene como personaje principal a una mujer ciega que, sin saberlo, se ve envuelta en una trama en la que tres personajes del hampa (Alan Arkin, Richard Crenna y Jack Weston) tratan de acosarla y engañarla para recuperar una muñeca en cuyo interior se encuentra heroína de contrabando y que ha llegado a su casa por error, a través de su marido (Efrem Zimbalist, Jr.). “Wait Until Dark” es un thriller muy efectivo, muy sencillo, que se desarrolla prácticamente en una única localización, pero con grandes interpretaciones de todo el reparto -especialmente la siempre frágil Audrey Hepburn, que hace que su personaje sea absolutamente creíble- y con un gran clímax, después de un interesante juego del gato y el ratón entre los diferentes personajes que aparecen a lo largo del metraje.
El director de fotografía fue un verdadero clásico de Hollywood, el veterano, curtido en mil batallas, Charles B. Lang [ASC], en la que fue su única colaboración con el director Terence Young. Sin embargo, Lang había sido por ejemplo el director de fotografía de alguno de los grandes éxitos de Audrey Hepburn, como “Sabrina” (Billy Wilder, 1954), “Charade” (Stanley Donen, 1963) o “How to Steal A Million” (William Wyler, 1966), de modo que siendo una producción a cargo del marido de la actriz, no es descabellado pensar que precisamente Lang fue seleccionado por su relación con la misma y con la intención de mostrarla favorecida en el film. Lang, que fue uno de los directores de fotografía más importantes de Hollywood desde sus inicios en el cine mudo hasta su retiro a comienzos de la década de 1970, destaca también por sus trabajos para Wilder en “Some Like it Hot” (1959), “The Ace in the Hole” (1951), John Sturges (“The Magnificent Seven”, 1960), Marlon Brando (“One-Eyed Jacks”, 1961), Joseph L. Mankiewicz (“The Ghost And Mrs. Muir”, 1947), además de haber ganado el Oscar a las órdenes de Frank Borzage en “A Farewell to the Arms” (1932) y otras diecisiete nominaciones sin premio.
La fotografía de “Wait Until Dark” podría parecer a priori que es sencilla, pero entrañaba una serie de complicaciones de las que Charles Lang sale completamente victorioso. Es cierto que es un film que casi se desarrolla de forma íntegra en una única localización de plató (la vivienda-sótano de la protagonista), pero en el mismo el director de fotografía tenía una serie de condicionantes importantes. En primer lugar, crear al menos dos momentos muy claramente definidos, luz día, con la luz principalmente entrando por las ventanas y en segundo lugar, luz noche, con multitud de fuentes de luz integradas en el decorado, pero debidamente suplementadas por luces cinematográficas fuera de cuadro. Por otro lado, Audrey Hepburn no solo era la estrella protagonista, sino que además, era la esposa del productor y bajo el concepto clásico Hollywoodense, debía lucir espléndida bajo cualquier circunstancia y en todo momento. Y por supuesto, durante el famoso climax de la película, las fuerzas entre la protagonista y los malvados que la acechan se igualan cuando Hepburn destruye todas las bombillas y el desenlace se produce en una oscuridad casi absoluta.
En todo momento, Charles Lang, siendo un clásico y todavía en una época en la que las emulsiones eran únicamente de 50 ASA y las lentes abrían a T2.3 (los entonces novedosos B&L Super Baltar, que normalmente se rodaban a T4.5), emplea luz dura sobre los personajes y el decorado. Pero este estilo está maravillosamente bien empleado, pues esos aparatos Fresnel fuera de cuadro delimitan muy bien las zonas de luz y de oscuridad, separándolas y separando también a los actores y actrices de los fondos. En las escenas nocturnas, eso sí, Lang emplea un ligero filtro tipo Low-Contrast en cámara, que produce un cierto efecto de difusión y suavidad en toda la imagen, pero también le ayuda a que cuando fotografía de cerca a Audrey Hepburn, el uso de una media en el objetivo sea algo menos intrusivo, a pesar que ello sigue notándose mucho. A Hepburn, precisamente, le ofrece su debido tratamiento de estrella con una luz frontal incesante que actúa casi como una “luz de seguimiento”; Lang fotografía a sus co-intérpretes de forma mucho más amenazadora, a veces en penumbra, a veces con luz lateral… pero a la actriz siempre con una luz frontal, plena, que acentúa su carácter inocente.
El film cuenta además con la típica puesta en escena de oficio, con planos amplios, medios o cortos, pero siempre bien elegidos y escogidos para cada escena o momento, pero sin embargo lo mejor es lo que ocurre al final: en esas escenas, Hepburn primero deja que las luces de revelado de su esposo fotógrafo iluminen la estancia y después, únicamente la luz que procede de la nevera hace lo propio, con algunos momentos entre medias en los que el negro puro se apodera de la pantalla. Lang lo hace muy bien en esos momentos tan complicados, simulando que la luz procede de dichas fuentes en pantalla, las únicas posibles, e incluso haciendo que su luz, que forzosamente debía de ser algo más suave, pero manteniendo el contraste y la oscuridad, luzca de tal modo. Es por lo tanto una fotografía que, partiendo de conceptos absolutamente clásicos, está perfectamente realizada y funciona muy bien -maravillosamente bien incluso- con respecto a sus objetivos, a pesar de que nunca intenta ser especialmente brillante ni llamar la atención sobre sí misma, algo que seguramente a esas alturas de su carrera, era algo que Charles Lang ni buscaba ni mucho menos aún, necesitaba.
Título en España: Sola en la Oscuridad
Año de Producción: 1967
Director: Terence Young
Director de Fotografía: Charles Lang, ASC
Ópticas: Bausch & Lomb Super Baltar
Emulsión: Kodak 5251 (50T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Vista en Blu-ray