2017 mayo
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Única adaptación cinematográfica (otras de sus obras han contado con versiones televisivas) de una novela de Ken Follett, ambientada durante la Segunda Guerra Mundial y centrada en las actividades del espía nazi Henry Faber (Donald Sutherland), el cual trata de hacer llegar al mismísimo Führer las pruebas de que la invasión norteamericana de Europa se producirá en Normandía y no en el paso de Calais. Mientras huye en barco para acudir al punto de encuentro con el submarino que ha recogerle, se topa con una fuerte tormenta que le hace naufragar en una isla cuyos únicos habitantes son un infeliz matrimonio (Kate Nelligan y Christopher Cazenove) con un niño pequeño y el encargado del faro. Parece ser que Richard Marquand recibió el encargo de George Lucas para rodar “The Return of the Jedi” tras el éxito de este film, que alcanza buenas dosis de suspense en su segunda parte de proyección, y que fue rodado con medios escasos y cumpliendo el calendario establecido. Lo mejor, de todas formas, quizá sean las interpretaciones de Nelligan y Sutherland en los dos papeles principales, que hacen que la historia y su desarrollo sean verosímiles.

Adaptación de una novela de Robert L. Pike, ambientada en San Francisco a finales de la década de los 60, en la que Steve McQueen, en uno de sus papeles más famosos, interpreta al detective que le da título. La historia gira en torno al encargo que un político (Robert Vaughn) realiza a la policía: custodiar a un fugitivo de la mafia durante un par de días, para permitir que pueda ir a declarar en un importante caso. Sin embargo, nada sale como estaba previsto y Bullitt tiene que enfrentarse a sus propios jefes y al político para tratar de resolver la situación de forma airosa. “Bullitt”, el debut del británico Peter Yates en el cine norteamericano, es sin embargo famosa por la larga y efectiva persecución que tiene lugar a mitad de su proyección, que sin duda continúa siendo, casi cincuenta años después de su estreno, lo mejor de una película más valiosa como retrato de una época que por sus valores cinematográficos, sobre todo por un guión que es demasiado confuso y en el que el papel de Jacqueline Bisset no pasa de la mera anécdota. Robert Duvall aparece en un rol muy secundario como un taxista.

Brillante sátira, en la que el escritor polaco Jerzy Kosinski adaptó para la gran pantalla su propia novela que tiene como protagonista a Chance (Peter Sellers), un hombre que ha vivido toda su vida sin salir de la mansión de Washington en la que vive y trabaja como jardinero, sin haber recibido más educación que ver continuamente todo tipo de programas televisivos. Sin embargo, a la muerte del dueño de la casa, unos abogados aparecen y Chance tiene que salir al exterior. Tras un accidente, acaba casualmente en la casa de un millonario moribundo (Melvyn Douglas, ganador del Oscar por su trabajo) y su esposa (Shirley MacLaine). Sus buenos modales y sus ropas elegantes hacen que Chance sea confundido por todos por un importante hombre de negocios, que habla sobre economía con metáforas sobre jardines y etapas de crecimiento de plantas. “Being There” contiene seguramente la mejor interpretación de Peter Sellers, muy contenido en el papel principal poco antes de fallecer, y también quizá no el más vistoso, pero puede que sí el más redondo de los trabajos de Hal Ashby detrás de las cámaras, justo antes que las drogas y su precaria salud destruyeran a uno de los cineastas más interesantes de los años 70. Richard Dysart, Jack Warden (como el presidente de los EEUU) y Richard Basehart completan el reparto del film.

Continuación de “Prometheus”, la variación del mundo de “Alien” iniciada por Ridley Scott con tan flojos resultados en el año 2013. En esta ocasión, los protagonistas son un grupo de colonos espaciales que, en pleno viaje hacia el planeta que planean habitar, encuentran en el espacio una señal desconocida que, como sucedía en la película original de 1979, los hace variar el rumbo para acudir a investigarla a otro planeta desconocido. Una vez allí, como cabe esperar, tendrán el consabido encuentro con la mortífera especie alienígena que protagoniza la saga. Sin embargo, este “Friday The 13th” espacial vuelve a verse muy comprometido por un guión que, como el de “Prometheus”, no parece saber a dónde dirigirse, volviendo a introducir una subtrama existencialista (en esta ocasión con Michael Fassbender interpretando a dos androides antagónicos) con ecos de “Blade Runner”, de la que incluso toma el plano inicial, que desvía de nuevo la línea original. Pero lo peor no es eso, sino que Ridley Scott, a sus 79 años de edad, destroza nuevamente todo aquello que también le funcionó en la primera película: no existe el misterio, no existe el suspense y no existe la mítica en torno a un ser desconocido que aquí no es más que un vulgar depredador creado digitalmente en una película a la que le sobran diálogos y, en cambio, se echa en falta la elaboración y el silencio del original.

Adaptación de un libro de David Grann que, con producción de Brad Pitt, supone la primera película en la que el cineasta estadounidense James Gray se aleja de las calles de su Nueva York natal, en donde hasta la fecha se ha desarrollado íntegramente su filmografía (“Little Odessa”, “The Yards”, “We Own The Night”, “Two Lovers” y “The Immigrant”). En esta ocasión, Gray resume la vida de Percival Fawcett (Charlie Hunnam), un militar británico que, tras viajar a la inexplorada frontera entre Bolivia y Brasil a comienzos del siglo XX, descubre allí los posibles restos de una antigua ciudad y civilización. Este hecho le obsesiona de por vida, motivo por el cual encadena varias expediciones posteriores al mismo lugar a fin de tratar de encontrar las pruebas de su hallazgo. “The Lost City of Z” es, sin dudas, una propuesta clásica en la misma línea de su anterior “The Immigrant” y que contiene momentos de gran cine, siendo además, hasta la fecha, la película más ambiciosa de Gray en cuanto a escala. Sin embargo, a pesar de ello, contiene también algunas imperfecciones, sobre todo en lo relativo a la obsesión de Fawcett con Z, no del todo bien explicada, así como de metraje, que parece algo corto para todo lo que quiere contar el director en menos de dos horas y media de proyección. Sienna Miller, Robert Pattinson, Tom Holland, Angus MacFadyen e Ian McDiarmid completan el reparto.

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