21 Feb Licorice Pizza
Novena película del cineasta californiano Paul Thomas Anderson, que como viene siendo habitual en las últimas, se trata de una película de época, en este caso ambientada a comienzos de la década de los 70 (en torno a 1973) en el valle de San Fernando en Los Ángeles, de donde es originario el director. De manera que, al menos en parte, se trata de una película autobiográfica, por lo menos en lo que se refiere al retrato de época, aunque si bien parece ser que el argumento es más bien una amalgama de anécdotas que le sucedieron a otras personas cercanas al realizador. Con este film debuta Cooper Hoffmann, hijo del desaparecido y habitual del cine de Paul Thomas Anderson, el gran Philip Seymour Hoffmann, que hace un buen papel y una pareja junto a Alana Haim en los papeles principales. El problema es que el argumento (una peculiar visión del amor adolescente) es demasiado inconexa y la trama acumula situaciones, referencias cinéfilas y fugaces apariciones (Bradley Cooper, Sean Penn, Tom Waits, Benny Safdie…) sin tener un rumbo claro ni un arco dramático-narrativo. El resultado es, por consiguiente, un fresco interesante, pero alargado, quizá deforme en su estructura, en el que las partes suman más que el todo.