Altered States
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Altered States

Adaptación de una novela de Paddy Chayefsky (“Network”), que tiene como protagonista a un doctor (William Hurt) que, a fin de llevar a cabo un experimento que le permita llegar a conocer diversos estados de consciencia, se aisla y droga a sí mismo en un tanque de aislamiento, lo cual irá volviéndole loco paulatinamente, al tiempo que su cuerpo sufre extrañas regresiones en la evolución humana. Blair Brown, Bob Balaban y Charles Heid secundan al debutante Hurt en un film muy excesivo, en el que los personajes principales nunca conectan con el espectador y los continuos cambios de tono (que mezclan el clásico de “Jekill y Hyde”, con “The Wolf Man” y hasta “2001”) hacen que no resulte sorprendente que incluso Chayefsky, decepcionado con los resultados de la película, terminara firmando su propio guión con un pseudónimo.

El director de fotografía del debut americano de Ken Russell fue Jordan Cronenweth [ASC], una elección obvia, teniendo en cuenta las tendencias vanguardistas del trabajo del futuro operador de “Blade Runner”, puesto que Russell era un realizador que en su Gran Bretaña natal estaba acostumbrado a trabajar con operadores de un estilo moderno, como David Watkin (“The Devils”), Billy Williams (“Women in Love”) o Peter Suschitzky (“Valentino”), además del inclasificable Dick Bush (“Mahler”). Cronenweth, por su parte, había sido asistente y posteriormente operador de cámara de Conrad L. Hall antes de dar el salto definitivo a la dirección de fotografía a principios de la década de los 70, en la que la frescura de su trabajo, sus tendencias naturalistas y pocas reservas a trabajar con niveles de luz muy bajos le habían hecho popular entre cineastas tan diferentes como el sueco Jan Troell, Robert Mulligan, Billy Wilder, Robert Altman, John Flynn o Sidney J. Furie.

La fotografía de “Altered States” parte de una clara inspiración naturalista, no en el sentido de que Cronenweth utilice la luz disponible en algún momento, sino porque desde los pocos minutos de proyección se hace evidente la obsesión del operador por justificar cada una de las luces que aparecen en pantalla en algún elemento (luz integrada en el decorado, ventanas, fuegos, chimeneas, etc) real que aparezca en el film, muy al estilo por ejemplo de los modernos trabajos de Roger Deakins. Lo que resulta llamativo es el tremendo contraste que consigue Cronenweth en sus imágenes, a pesar de utilizar la luz suave casi exclusivamente, especialmente en una época en que las emulsiones fotográficas no eran tan sensibles a la luz como lo son las actuales. Y también, por supuesto, dentro de un trabajo absolutamente exquisito, son maravillosas todas y cada una de sus recreaciones de la luz del fuego (hogueras y chimeneas), que a veces utiliza como fuente principal, u otras, debe suplementar para iluminar a los actores.

Sin embargo, Cronenweth va más allá del “simple” naturalismo en las numerosas escenas de ciencia-ficción pura de la película, en las que introduce con mucha frecuencia un tipo de luz distinta, más irreal, que llama mucho la atención del espectador y le predisponen para presenciar las secuencias más fantásticas de la trama: la luz del tubo de aislamiento con la que se abre el film, la escena del radiólogo que analiza la radiografía del doctor, toda ella iluminada a través de los paneles de lectura de radiografías, o los tremendos haces de luz de la secuencia final, sobreexponiendo sin el menor miedo grandes partes del fotograma, generando una estética rompedora que va mucho más allá de retratar fielmente la realidad. Incluso, por el camino, Cronenweth tiene tiempo para lucirse con algunos complicados sets llenos de tuberías y complicadas formas, o utilizando una única fuente de luz en sus exteriores nocturnos.

Los resultados a menudo son grandiosos, a pesar de lo problemática que resulta la película en sí, incluso teniendo en cuenta que gran parte de la propuesta adopta decididamente un perfil bajo. Aunque parece ser que Ridley Scott escogió a Cronenweth para “Blade Runner” por su posterior trabajo en “Cutter’s Way”, es dificil pensar que “Altered States” no influyó en la decisión, por sus raíces clásicas y rupturismos vanguardistas, siempre bajo la filosofía que acompañó a este enorme operador: lo que no se ilumina es más importante que lo que se ilumina.

Título en España: Viaje Alucinante al Fondo de la Mente
Año de Producción: 1980
Director: Ken Russell
Director de Fotografía: Jordan Cronenweth, ASC
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en Blu-ray

© Ignacio Aguilar, 2013.



Language / Idioma