Adaptación de la novela de Gabrielle D’Annunzio que además fue la obra póstuma de su realizador, el milanés Luchino Visconti, ya que fue estrenada varios meses después de su fallecimiento en Roma a los 69 años de edad. En ella, el director vuelve a su temática predilecta: la decadencia de las clases altas, esta vez centrada en la historia de Tullio Hermil (Giancarlo Giannini), un aristócrata que tiene un affaire con Teresa, una condesa viuda (Jennifer O’Neill), a la que ni siquiera se molesta en ocultar ante la presencia de su esposa Giuliana (Laura Antonelli). Sin embargo, todo cambia cuando cambia cuando Giuliana vive su propia aventura con un escritor (Marc Porel) y Tullio no es capaz de soportar sus propios celos. “L’Innocente” destaca sobre todo por la excelente interpretación de Giancarlo Giannini en el papel principal, en la piel de un personaje contradictorio que está muy bien retratado por Visconti, así como por el dramatismo de la parte final de la proyección, cuyos acontecimientos están muy bien anticipados por las casi dos horas previas que les anteceden.
El director de fotografía de la película fue Pasqualino de Santis [AIC]. De Santis, fallecido durante un rodaje en Ucrania en 1996, a los 69 años de edad, se había iniciado en el mundo del cine de la mano de los directores de fotografía italianos Piero Portalupi y, sobre todo, Gianni Di Venanzo, para el que primero trabajó como ayudante y posteriormente, como operador de cámara durante cinco años y una docena de películas entre las que se encuentran “8 ½” (1963) y “Giulietta degli spiriti” (1964), en ambos casos a las órdenes de Federico Fellini. En 1965, Gianni di Venanzo fallece durante el rodaje de “The Honey Pot” (Joseph Mankiewicz, 1967) y De Santis termina el film, iniciando una carrera como operador de manera fulgurante, ya que en 1968 obtiene el Oscar a la mejor fotografía por “Romeo And Juliet” (Franco Zefirelli, 1968), apenas su tercer film como primer operador, así como múltiples reconocimientos por “Morte a Venezia” (Luchino Visconti, 1971), entre ellos el BAFTA a la mejor fotografía. Además del presente título, rodó parcialmente “La Caduta Degli Dei” (1969) y “Grupo Di Famiglia in un Interno” (1974) para el realizador. En los 80 llevó a cabo un infructuoso intento de establecerse en EEUU, con títulos como “Sheena” (John Guillermin, 1984) y “Rambo: First Blood Part II” (George P. Cosmatos, 1985), pero volvió a Italia tras ser sustituido en la segunda de ellas por el británico Jack Cardiff.
Desde los tiempos de “Il Gattopardo” (1963) y con títulos como los ya citados “Morte a Venezia” (1971), “Grupo di Famiglia in un Interno” (1974) así como en “Ludwig” (1972), de la que se hizo cargo Armando Nannuzzi, Luchino Visconti se había aficionado a los rodajes en formato panorámico anamórfico. “L’Innocente”, a pesar de ser una película casi íntegra de interiores, no fue una excepción. Después de haber empleado equipos Panavision en “Morte a Venezia” y “Ludwig”, para “Grupo Di Famiglia in un Interno” se recurrió a las lentes Todd-AO 35, estrenadas por Gilbert Taylor en 1971 con “MacBeth” (Roman Polanski, 1971), seguramente algo más económicas para competir con el gigante norteamericano. En 1975, en el momento de la filmación de este film, Henryk Chroscicki, un antiguo productor polaco, afincado en Italia, estaba iniciando una casa de alquiler de equipos de cine llamada Technovision, que incluía su propio juego de lentes anamórficas, cuyo rango completo de objetivos (como los “C” de Panavision en gran medida, o gran parte de las series de “JDC” en los años 80, construidos empleando lentes Cooke S2/S3 con un anamorfizador frontal) fue utilizado por Vittorio Storaro por primera vez en 1976, durante el rodaje de “Apocalypse Now” (Francis Coppola, 1979). Pero “L’Innocente” fue oficialmente la primera película rodada en Technovision.
Ello fue posible porque desde hacía años, Luchino Visconti se había aficionado (desmedidamente, habría que afirmar) a la utilización de lentes zoom en exclusiva, no solo como focal variable, sino también para sustituir a los travellings de acercamiento o alejamiento, lo que repercutió en que la última etapa de su filmografía tenga películas en la que su puesta en escena deja bastante que desear, alejándose de la elegancia y clasicismo de “Il Gattopardo”, que tan bien identifica su cine. Aunque después de “La Caduta Degli Dei” fue usando el zoom propiamente dicho cada vez menos, no renunció al mismo y todos y cada uno de los planos de “L’Innocente” fueron rodados con el Cooke Varotal (seguramente el 20-100mm, T3.1) adaptado al formato anamórfico con un duplicador trasero (que lo convierte en un 40-200mm T4.5). Con este tipo de adaptador, se consigue una relación de aspecto panorámica y una utilización íntegra del formato 35mm Academy, pero no se produce ningún tipo de artefacto anamórfico y además, se pierde un diafragma en exposición. Los resultados, además, son muy pobres en cuanto a calidad de imagen, con graves pérdidas de nitidez en los bordes del fotograma, contraste insuficiente y escasa resolución incluso en el centro de la imagen, que De Santis trató de ocultar mediante la utilización del proceso ENR del laboratorio Technicolor de Roma, el mismo que popularizó Vittorio Storaro pocos años después.
En una época de transición entre las emulsiones 5254 y 5247 (ambas de 100 ASA), De Santis estaba obligado en cualquier caso a iluminar a una intensidad aproximada de 200 candelas o footcandles (o algo más de 100 si es que de Santis optó por forzar el revelado un stop), ello hace que la imagen del film sea muy plana, ya que la mayor parte de los decorados o localizaciones están inundados de grandes cantidades de luz, las cuales eran necesarias ya solo para exponer correctamente el negativo. Aún así, el film tiene cierta apariencia de subexposición, como si el negativo estuviera algo corto o pobremente expuesto, mientras que lo que hace De Santis es utilizar aparatos dirigidos hacia los personajes para intentar lograr algo de contraste cuando se acerca a los primeros planos. Pero el aspecto general, a pesar de que la escenografía y el vestuario tienen un nivel muy elevado, es muy pobre, más bien en la línea de un producto fotografiado por uno de esos veteranos de Hollywood con mucho más oficio que talento, que en la que cabría suponer a un refinado director de fotografía italiano ganador de un Oscar por su trabajo anterior.
Título en España: El Inocente
Año de Producción: 1976
Director: Luchino Visconti
Director de Fotografía: Pasqualino de Santis, AIC
Ópticas: Cooke Varotal 40-200mm T4.5
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Technovision), 2.4:1
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2017.