Cuenta la leyenda que uno de los actores que rechazaron el papel de “Dirty Harry” (Don Siegel, 1971) antes que cayera en manos de Clint Eastwood fue el veterano John Wayne, que hasta la fecha, curiosamente, aunque había interpretado a decenas de agentes de la ley en el lejano Oeste, nunca lo había hecho en una película contemporánea. El éxito de la película y de Eastwood en el rol del duro policía que encarnaba hizo que Wayne se arrepintiera de su decisión, por lo que se embarcó en este proyecto, el penúltimo del también veterano y especialista en Westerns John Sturges. Aquí Wayne interpreta al detective que da título a la película, cuyo argumento (la investigación del asesinato del mejor amigo del policía, en mitad de un caso relacionado con el tráfico de drogas) recuerda demasiado a “Bullitt” (Peter Yates, 1968) o, incluso, a la primera de las secuelas de “Dirty Harry”, “Magnum Force” (Ted Post, 1973), cuya producción en Warner debió ser prácticamente paralela al del presente título. Los resultados son, en el mejor de los casos, discretos, con un Wayne demasiado mayor para su papel y una puesta en escena desganada de Sturges, con unas secuencias de acción y de persecuciones muy lejanas de las de la película de Yates o, por supuesto, “The French Connection” (William Friedkin, 1971).
El director de fotografía fue Harry Stradling, Jr. [ASC], justo cuando se encontraba en la cúspide de su carrera, tras haber sido nominado el Oscar los dos años anteriores por sus trabajos en “1776” (Peter H. Hunt, 1972) y por su labor, especialmente su cuidado de Barbra Streisand, en “The Way We Were” (Sydney Pollack, 1973). La carrera de este director de fotografía es muy curiosa, ya que siendo hijo del mítico operador del Hollywood clásico Harry Stradling Sr. (“My Fair Lady”), seguramente tuvo un camino despejado para alcanzar el puesto, encadenando una serie de títulos muy interesantes desde sus inicios, entre los que se encuentran “There Was a Crooked Man…” (Joseph Mankiewicz, 1970) o “Little Big Man” (Arthur Penn, 1970), a las que todavía seguirían títulos como los mencionados, por los que obtuvo sus candidaturas al premio de la Academia, o “Skyjacked” (John Guillermin, 1972), “Bite The Bullet” (Richard Brooks, 1975), “Midway” (Jack Smight, 1976) o “Buddy Buddy” (Billy Wilder, 1981). Aplicó a todas estas películas el estilo que había aprendido de sus maestros, que no fueron otros que su propio padre y Robert Surtees (de ahí que Stradling Jr. funcionara bien en Westerns, a priori, más dados a un estilo más clásico), pero pretendió seguir con el mismo durante el resto de su carrera, incluso durante los 80, lo cual seguramente influyó en su temprano retiro, con apenas 63 años, así como que la calidad de las películas en las que participó, que fue siendo progresivamente menor. Uno de sus últimos trabajos, “Blind Date” (Blake Edwards, 1987), con un estilo totalmente obsoleto, pone de manifiesto su nula evolución.
“McQ” es una película que respeta mucho la tradición estética del cine de estudio, aunque ya se ambiente y rodase en los 70. Y ello no solo por Wayne y Sturges, sino porque como indicábamos, Stradling Jr. fue un operador extraordinariamente clásico, cuyo estilo se mantuvo vigente mientras los que le habían enseñado aún se mantuvieron en activo. Rodada en Seattle, al igual que un emblemático thriller del mismo año (“The Parallax View”, Alan J. Pakula, 1974), lo mejor a nivel estético de “McQ” son sus escenas de apertura, rodadas en la hora mágica pero con las luces de la ciudad en funcionamiento, mientras un misterioso asesino va aniquilando a sus víctimas. Por un momento, parece que Stradling o Sturges hubieran tomado nota del aspecto del anterior film de Pakula, también con Gordon Willis a los mandos de la fotografía (“Klute”, 1971), puesto que en estas secuencias de apertura, la subexposición, el revelado forzado y el grano se apoderan de la imagen. Sin embargo, la alegría no es muy duradera, ya que en cuanto la película se mueve a interiores (hospitales, domicilios, dependencias policiales), Stradling ataca con un estilo de luz dura reminiscente de otros operadores sin evolucionar –pero relativamente jóvenes- como Charles F. Wheeler o Fred Koenekamp y, como ellos, obviando cualquier atisbo de naturalismo o realismo. Como en “The Way We Were”, ello funciona relativamente bien con Wayne o cualquier de las mujeres que aparecen en pantalla, pero el estilo y la ejecución es francamente mecánico y sin mayor interés de apreciar lo lejos que se movía Stradling de cualquier adelanto posterior a 1960.
En este aspecto, lo que sí que resulta divertido es comparar “McQ” con “Dirty Harry”, puesto que aquélla fue obra de Bruce Surtees, hijo de Robert Surtees, maestro de Stradling Jr. Surtees hijo, a diferencia del padre, sí que fue un operador moderno y muy arriesgado, no ya asumiendo nuevas tendencias, sino liderándolas y alejándose prácticamente de cualquier tipo de convención estética. Stradling, como mucho, muestra en pantalla algunos toques verdosos de fluorescentes, pero se nutre sobre todo de arcos y 10KW como sus fuentes de luz directa en casi toda circunstancia. Sin embargo, rinde mucho mejor en exteriores nocturnos, con esa profundidad y cuidado por los fondos heredada del cine clásico, aunque por la textura de la copia en alta definición, acudiera también al revelado forzado y lentes anamórficas a grandes aperturas de diafragma, lo que se traduce en mucha suavidad global y especialmente en los bordes del fotograma, sobre todo cuando utilizan focales entre el 35 y el 50mm, algo que sucede con mucha frecuencia.
Por todo ello, los resultados distan mucho de ser destacables, pero si por algo resulta interesante este trabajo, es por observar cómo más allá de un buen aprovechamiento de la hora mágica durante la apertura de la película o algunos exteriores nocturnos muy bien realizados (con técnicas que realmente nunca han dejado de estar vigentes cuando realmente se ha pretendido hacer buenas noches en ciudad), el estilo es absolutamente clásico y prácticamente obsoleto en una época en la que muchísimos operadores norteamericanos ya habían asumido que el viejo estilo de tres puntos de luz, con aparatos dirigidos hacia los actores y decenas de recortes sobre el decorado, sin la menor difusión entre la acción y las luces, había muerto para siempre.
Título en España: McQ
Año de Producción: 1974
Director: John Sturges
Director de Fotografía: Harry Stradling, Jr.
Ópticas: Panavision C-Series
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2017.