Quinta entrega de la serie protagonizada por Tom Cruise, en la que el guionista-director Christopher McQuarrie –“Jack Reacher”- toma el relevo de Brian De Palma, John Woo, J.J. Abrams y Brad Bird en la silla del realizador, con una nueva aventura de Ethan Hunt que le enfrenta a El Sindicato, una red de agentes secretos internacionales que están cometiendo una serie de graves ataques terroristas. La trama de espionaje es una mera excusa para coreografiar una serie de estupendas secuencias de acción, muy bien filmadas y muy bien montadas, que mezclan de forma estupenda la acción física con los modernos efectos visuales digitales, para crear un producto que, dentro de su género y de sus pretensiones, se encuentra muy cercano a ser redondo en cuanto a sus resultados. Quizá el humor –no del todo logrado- sea su mayor inconveniente, puesto que incluso Cruise, a sus 53 años de edad, continúa en excelente forma para interpretar su papel. Jeremy Renner, Simon Pegg y Ving Rhames repiten sus papeles, mientras que Rebecca Ferguson y Sean Harris son los nuevos intérpretes de esta entrega, en los respectivos papeles de la chica y el villano de la función.
El que sí repite su labor tras las cámaras es Robert Elswit [ASC], el ya veterano operador conocido por su asociación junto a Paul Thomas Anderson (“Hard Eight”, “Boogie Nights”, “Magnolia”, “Punch Drunk Love”, “There Will Be Blood” –por la que obtuvo el Oscar- e “Inherent Vice”), que también rodó el título anterior junto a Brad Bird, lo cual supone una novedad porque ni Stephen Burum, ni Jeffrey Kimball, ni Dan Mindel fueron convocados de nuevo tras rodar sus respectivas entregas. Elswit se encuentra en un punto de madurez muy interesante que le convierte en un operador todo-terreno, capaz de rodar casi cualquier tipo de proyecto y siempre con mucho interés, como demuestran sus recientes títulos (la referida “Inherent Vice”, o su estupenda labor en “Nightcrawler”) o la forma en la que afronta productos cuyos requerimientos estéticos son mayores, como estas dos entregas de “Mission Impossible”.
Según manifiesta el propio Elswit, la película se ha rodado en celuloide principalmente por deseo de Cruise, también productor, el cual se está manifestando como un férreo defensor de este medio, quizá porque el formato fotoquímico es más benevolente con el aspecto de los intérpretes de lo que puede serlo el vídeo digital de alta definición cuando cae en manos erróneas. En cualquier caso, el rodaje en celuloide hace que “Mission Impossible: Rogue Nation” tenga un aspecto mucho más clásico, con una mayor suavidad y sobre todo, una mayor apariencia de grano de lo que nos tienen acostumbrados los últimos títulos rodados con los soportes digitales más avanzados. Teniendo en cuenta que se trata de la típica producción con secuencias de acción y muchas escenas rodadas con multicámaras, no es de extrañar que en algunos instantes existan variaciones en la exposición que se traduzcan en diferentes densidades de negativo, por lo que a veces hay saltos en la estructura de grano o en la densidad de negros, o incluso roces de foco, aunque la proyección a 2K de resolución tampoco permite profundidar en esta aspecto.
El rodaje –principalmente- con ópticas anamórficas de la Serie C de Panavision también colabora en que todo el conjunto tenga un aspecto suave y de bajo contraste, incluso con cierto velo cuando existen fuentes de luz de mucha intensidad dentro del plano, como ocurre por ejemplo en la secuencia en la que Cruise, Ferguson y Pegg planean el robo subacuático en Casablanca. Con respecto al título anterior, los cineastas también han prescindido del formato IMAX que fue empleado para secuencias aisladas, por lo que todo el film tiene un aspecto y textura ciertamente vintage, algo que se ve favorecido por el estilo sencillo y natural de Elswit en gran parte de la película. Durante muchas secuencias, el director de fotografía utiliza la luz disponible y se limita a complementarla o controlarla en forma suficiente para que la película tenga un buen aspecto, o incluso, en secuencias como la persecución en Marruecos, la situación está controlada básicamente a través de la exposición de su negativo.
Sin embargo, en secuencias como la del interior y exterior de la ópera, o bien en las escenas finales, Elswit adopta un estilo más elaborado y quizá más clásico que, como el mismo reconoce, guarda ciertas similitudes con el del citado Burum en el primer título de la serie; es decir, en los exteriores emplea fuertes contraluces, humo en los fondos o geles en el interior de la ópera para crear una abundante profundidad, si bien sus exteriores nocturnos por lo general imitan el color del vapor de sodio y no son azules como los del título de De Palma. En sus interiores, adopta un planteamiento mixto entre luces integradas (bien sean lámparas de tungsteno, en cuyas secuencias el tono es algo dorado, o fluorescentes o LEDs, con colores más fríos, para los momentos más tecnológicos) con el debido aumento de las mismas desde unidades fuera de campo, siempre para mejorar el aspecto de las imágenes y de los intérpretes. Particularmente interesante es su labor con Rebecca Ferguson (atención a cómo la estiliza Elswit en la escena de la ópera) o su planteamiento con Cruise, al cual ya comienza a fotografiarle con mucha luz frontal para minimizar el paso de los años por su rostro. Evita la luz dura y directa que sí empleaba Burum en algunos momentos y, por supuesto, cualquier tipo de filtro difusor, excepto quizá en alguno de los primeros planos de Ferguson o Cruise, algo que desde luego, si hace acto de presencia, pasa desapercibido dentro de la suavidad global de la imagen.
Pero lo que más sorprende no es que Elswit haga un trabajo del oficio que se le supone y que éste no esté exento de muestras de talento, sino que Christopher McQuarrie, guionista de “The Usual Suspects” o “Valkyrie” (protagonizada por Cruise) de tantas muestras de pericia en la puesta en escena, ya que la película es un constante chorreo de set-pieces muy elaboradas y casi todas ellas muy logradas, especialmente teniendo en cuenta que su anterior “Jack Reacher” (también protagonizada por Cruise) no era especialmente destacable en este aspecto. Así pues, “Mission Impossible: Rogue Nation” es un espectáculo de primer orden, muy bien fotografiado por Elswit con una interesante mezcla de clasicismo y naturalismo, pero en el que sus secuencias de acción, muchas y muy buenas, son el punto fuerte de una propuesta muy exitosa dentro de su género. La secuencia acuática es el primer metraje de la Alexa 65 estrenado en una película, pero los efectos visuales de la misma y la abundante imaginería creada digitalmente impiden manifestarse aún acerca de su rendimiento.
Título en España: Misión Imposible: Nación Secreta
Año de Producción: 2015
Director: Christopher McQuarrie
Director de Fotografía: Robert Elswit, ASC
Ópticas: C-Series, G-Series, ATZ & AWZ de Panavision
Emulsión: Kodak 5213 (200T) y 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: 2K Digital Intermediate; secuencia acuática rodada con la Arri Alexa 65
Vista en DCP
© Ignacio Aguilar, 2015.