Debut en la dirección de Dan Gilroy, escrito por el mismo, que tiene como protagonista a un hombre sin escrúpulos (Jake Gyllenhall, en un arriesgado papel) que se adentra en el mundo de los reporteros a la caza de imágenes de accidentes, robos, incendios, asesinatos, etc. a fin de vendérselas a los noticiarios más sensacionalistas. La película, una especie de cruce de “Drive”, “Network” y “Taxi Driver” tiene garra e interés, con Gilroy siempre muy bien apoyado por un equipo de colaboradores muy notable –que incluye al operador Robert Elswit o a su propio hermano, el montador John Gilroy-, aunque quizá un director más experimentado hubiera podido extraer algo todavía más potente del libreto. No obstante, Gilroy consigue una película arriesgada y violenta, que a veces es sorprendente y a veces es previsible, al tiempo que también resulta incómoda para el espectador por las características del personaje protagonista, pero cuyas virtudes fílmicas superan con creces a sus defectos. René Russo, Bill Paxton y Riz Ahmed secundan a Gyllenhall, protagonista absoluto de la cinta.
El director de fotografía es el veterano Robert Elswit [ASC], una elección lógica por su clase y talento detrás de las cámaras, pero también por su asociación con Tony Gilroy, otro de los hermanos cineastas de Dan Gilroy y director de películas como “Michael Clayton”, “Duplicity” y “The Bourne Legacy”, todas ellas fotografiadas por Elswit. No obstante, este operador es sobre todo famoso por su asociación con el cineasta Paul Thomas Anderson, cuya filmografía (que incluye títulos como “Boogie Nights”, “Magnolia” o “Inherent Vice”) ha sido rodada íntegramente por él, con la excepción de “The Master”, para cuyo rodaje no estaba disponible por encontrarse rodando “Mission Impossible: Ghost Protocol” para Brad Bird. Ganador del Oscar por “There Will Be Blood” (junto a Anderson), en su haber cuenta también con otra nominación (“Good Night, And Good Luck”), menciones y premios que le consolidan como uno de los directores de fotografía más respetados de Hollywood. Además de su pericia, de él destaca además su notable adaptabilidad a todo tipo de proyectos, que incluyen también un título Bond (“Tomorrow Never Dies”) o trabajos para cineastas como Curtis Hanson (“The River Wild”), Joel Schumacher (“8mm”) o incluso Ben Affleck (“The Town”). Como curiosidad, cabe mencionar que comenzó su carrera como cámara de efectos especiales en Industrial Light and Magic (ILM), en títulos como “Star Trek: The Motion Picture”, “The Empire Strikes Back”, “Raiders of the Lost Ark”, “Poltergeist”, “E.T. The Extraterrestrial” o “The Return of the Jedi”, antes de dar el salto al puesto de primer operador justo en aquélla época.
“Nightcrawler” es una producción de escaso presupuesto para los estándares del cine norteamericano, rodada en 26 días, de los cuáles, de acuerdo con Elswit, 24 fueron jornadas nocturnas. Los cineastas escogieron una mezcla de celuloide y adquisición digital para llevar el guión de Gilroy a la pantalla; las escenas diurnas están rodadas utilizando la emulsión Kodak 5213 (200T) y las nocturnas e interiores noche hacen uso de la Arri Alexa XT, para favorecer el registro de imágenes con niveles de luz muy reducidos en las noches de Los Angeles. Curiosamente, la mezcla provoca el extraño fenómeno de que las escenas diurnas tienen una textura de grano más prominente que las nocturnas, aunque en determinados momentos los niveles de luz son tan bajos que las imágenes muestran cierto forzado del material digital, con el correspondiente ruido. Además, Elswit utiliza ópticas antiguas como las series Ultra Speed y Super Speed de Panavision, que producen imágenes extraordinarias, con cierta tendencia a captar flares –por ejemplo de los faros de los coches- y bastante nitidez, aunque menos que con ópticas más modernas como los Primo. De esta serie, Elswit únicamente emplea su zoom 11:1 (24-275mm) como teleobjetivo, así como un zoom corto (Angenieux 15-40mm) para la Steadicam.
La película de Gilroy se aleja de otros ejercicios de fotografía digital nocturna en Los Angeles, como “Collateral” (Michael Mann, 2011) o “Drive” (Nicolas Winding Refn, 2011) porque Elswit no es un operador especialmente interesado en crear imágenes esteticistas. Por supuesto, existe hueco a lo largo de la proyección para diversas tomas –especialmente las capturadas por el zoom Primo al final de su recorrido- preciosistas, pero Elswit se centra mucho más en crear un ambiente y atmósfera –a través de sus elecciones de ópticas y sus decisiones de luz- que emparentan más con clásicos de los 70 y los 80, cuando los operadores tenían como principal preocupación evocar una estética realista, que en películas de años posteriores, cuando las emulsiones o cámaras digitales alcanzaron la posibilidad de rodar con niveles de luz tan reducidos que muchos operadores ya se lanzaron a estilizar sus imágenes, circunstancia que se había convertido en algo técnicamente más factible y posible artísticamente. Pero Elswit, veterano y clásico en sus raíces, evita el preciosismo y se centra en recrear con sus aparatos la luz de la ciudad –y de sus tiendas, restaurantes, farolas, coches, etc- en los fondos y en iluminar a los actores con pequeñas fuentes LED y otras alimentadas por baterías, por lo que obtiene un aspecto de apariencia muy natural mediante el empleo de medios sencillos, exprimiendo la capacidad de la Alexa en situaciones de baja luz y con sus ópticas a grandes aperturas de diafragma, lo cual conlleva una profundidad de campo muy reducida en casi todo momento.
Generalmente, la película está basada en diálogos y conversaciones, aunque los cineastas también incorporan algunas tomas de conducción y vistas exteriores del coche que son muy vistosas y están muy bien resueltas. En este aspecto, por supuesto, también destaca una persecución hacia el final de la proyección, al parecer rodada por la segunda unidad, pero que oculta muy bien el escaso presupuesto de la producción y consigue asemejarse en impacto a las que pueden verse habitualmente en películas de más envergadura. Los resultados globales son muy buenos por lo tanto, con un regusto más clásico y natural de lo que a priori cabría pensar a la vista del argumento de la película, pero que gracias a Elswit se convierte en una obra que ofrece oficio y talento para ajustarse a lo que cuenta a partes iguales.
Título en España: Nightcrawler
Año de Producción: 2014
Director: Dan Gilroy
Director de Fotografía: Robert Elswit, ASC
Ópticas: Panavision Ultra Speeds & Super Speeds, Primo; Angenieux Optimo
Emulsión: Kodak 5213 (200T)
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (ArriRaw, 2.8K) + 3-perf Super 35, 2.4:1
Vista en DCP
© Ignacio Aguilar, 2015.