Rambo III
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Rambo III

Tercera parte de las aventuras de John Rambo (Sylvester Stallone), que en esta ocasión llevan al personaje principal a Afganistán, en donde los rusos han capturado al coronel Trautman (Richard Crenna) al ejecutar una misión en la que el propio Rambo, ahora retirado en Tailandia, rehusó participar. Una vez en Afganistán, Rambo, con la ayuda de unos rebeldes locales (¡ni más ni menos que los futuros Talibanes!), se adentrará hasta el territorio controlado por los soviéticos y tratará de liberar el solo a Trautman en el fuerte-base de sus enemigos. “Rambo III” apuesta directamente por un argumento que sitúa al personaje central como hombre-ejército y por ello, a lo largo de la producción, el espectador asiste a un buen número de situaciones increíbles en las que Rambo aniquila a decenas de enemigos empleando todo tipo de armas y técnicas, sin mucho más argumento que la pura acción. Sin embargo, sorpresivamente (o no) el film está muy bien rodado y fotografiado con mucho estilo, lo que unido al una vez más excelente trabajo de especialistas y equipo de efectos especiales físicos, hacen que su proyección sea mucho más llevadera de lo que cabría pensar.

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El director de fotografía fue el británico John Stanier. “Rambo III” fue, en cualquier caso, una producción muy complicada, hasta el punto que la película estrenada parece ser que fue la más cara de la historia hasta aquél momento, con un total de 65 millones de dólares empleados en la misma. El director original era Russell Mulcahy (conocido por “Highlander” y sus vídeos musicales), pero tras preparar la película durante meses, fue despedido por sus desavenencias con Stallone acerca del enfoque de la película. Fue reemplazado por el británico Peter MacDonald, en realidad un debutante en la dirección hablando en sentido estricto, aunque con una amplísima carrera a sus espaldas en el cine internacional, primero como operador de cámara del gran director de fotografía Geoffrey Unsworth (“2001”, “Cabaret”, “Superman”) y después como un prestigioso director y director de fotografía de segundas unidades, incluyendo títulos como “Zulu Dawn” (1979), “Empire Strikes Back” (1980), “Excalibur” (1981), “Dragonslayer” (1981) o precisamente, “Rambo: First Blood Part II”, en la que dirigió las secuencias aéreas. Además de su carrera como operador de prestigio y director/fotógrafo de segundas unidades, MacDonald también realizó la fotografía de primera unidad de algunos films, como “Solarbabies” (1986).

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Cuando el film comenzó su rodaje con Mulcahy, el director de fotografía original era Ric Waite [ASC], también veterano del cine de Stallone, ya que recientemente había fotografiado uno de los vehículos al servicio del actor, “Cobra” (1986). Waite, como Andrew Laszlo, director de fotografía de “First Blood”, venía de la escuela de Walter Hill, para el que había rodado títulos como “The Long Riders” (1980) y “48 hrs” (1982), pero dejó la película por sus diferencias con Mulcahy. Después de Waite, como la producción estaba llevándose a cabo en Israel, el puesto fue ocupado por David Garfinkel, otro veterano del cine de Stallone, en este caso de la producción de Golam-Globus “Over The Top” (1987). Garfinkel tampoco duró y ya con MacDonald al mando de la misma –originalmente iba a encargarse nuevamente de la segunda unidad-, fue entonces cuando vino John Stanier [GBCT, Guild of British Camera Technicians] a hacerse cargo. Stanier es un hombre que posee más créditos técnicos que artísticos en su carrera, especialmente como segundo operador u operador de cámara ligado al cine de Alan Parker (“Bugsy Malone”, “Midnight Express”, “Fame”, “The Wall”), no tiene grandes títulos después de éste y anteriormente, solo tres películas estrenadas en cine, entre las que “Death Wish 3” (1985) era la más destacable. Por lo tanto, parece factible creer que Stanier realmente era un conocido de MacDonald de la industria británica y que ejerció más bien como un mero ejecutor de las ideas de éste que como verdadero director de fotografía.

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En cualquier caso, conociendo estos antecedentes, una de las cosas más sorpresivas de la fotografía de “Rambo 3” es que muestra un estilo muy unitario, sin que los cambios entre directores y directores de fotografía afecten a su imagen, aunque bien es cierto que cuando se sustituye a uno de estos, es muy habitual que se vuelve a rodar el material en el que participaron, si es que un descontento con el mismo fue la causa de que éste dejase la película. Utilizando un muy vistoso formato panorámico anamórfico con lentes J-D-C, “Rambo III” hace un muy buen uso de las localizaciones en Tailandia, Israel y Arizona para captar una fotografía de estilo muy clásico en lo general, pero con ligeros y muy acertados toques de modernidad. En esencia, el trabajo de exteriores recuerda por ejemplo al de Alec Mills en el título Bond “The Living Daylights” (1987), es decir, con cielos muy bien expuestos, mucho contraluz y un uso muy medido y relativamente reducido de la luz artificial en exteriores como relleno para los actores. De hecho, a menudo, el relleno sobre estos y especialmente sobre Stallone está realizado con pequeños reflectores y no con luz artificial directa, un poco más al estilo de los hermanos Scott (y Alan Parker junto a Michael Seresin y Peter Biziou, con los que trabajó Stanier, todo hay que decirlo) y el uso de la luz disponible en exteriores demuestra un cuidadoso estudio y planificación de las mejores horas del día para aprovechar las horas en que éstas posee una mejor calidad y el sol está más bajo.

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Los exteriores, como era también habitual en los 80 rodando en anamórfico –época en la que el formato se empleaba porque se buscaba una relación de aspecto panorámica, sin más, y no por las especiales cualidades, artefactos o personalidad del mismo- están rodados casi siempre a través de lentes zoom (Cooke Varotal, 20-100mm y 25-250mm con adaptadores traseros Shiga), que MacDonald y su equipo también llegan a emplear en algunos interiores. Ello se debe a que en su estilo clásico, el diafragma –incluso en exteriores noche- parece más cercano a T/5.6 que a T/2.8 o similar, lo que permite emplear los zoom cuando es necesario y también, al estilo clásico, aprovechar las posibilidades que los diafragmas cerrados ofrecen a la hora de obtener contraste y separación. Por precisamente ello es lo que muestran escenas como la de Stallone entrando al fuerte –exterior noche- o bien ya dentro del mismo: muchas luces puntuales, una luz principal azulada (HMIs o arcos) a modo de luz de luna, humo en los fondos y muchísima profundidad, en un estilo que no tiene mucho que envidiar del de Stephen H. Burum (un especialista en estas situaciones) en “The Untouchables” (1987) o “Mission: Impossible” (1996). Alguna escena, como aquélla en la que Richard Crenna es interrogado, está rodada con luces duras y un estilo menos inspirado, pero el film por lo general es muy, muy sólido y la iluminación de los interiores del fuerte, de los pasillos a contraluz, grutas de escape, etc. por lo general es tan sumamente buena que es una pena que estén al servicio de una película de tan poca categoría argumental.

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Por si fuera poco, MacDonald además filma la película con mucha elegancia, demostrando por qué él fue uno de los operadores de cámara más respetados del planeta y además trabajando bajo el sistema británico, en el que el operador trabaja la puesta en escena estrechamente con el director y el director de fotografía es más un “lighting cameraman”, es decir, el encargado de la iluminación, con menos voz sobre la cámara que en el sistema americano. Así pues, son muy vistosas y elegantes las grúas y movimientos de grúa con las que MacDonald abre muchas escenas, así como muy interesantes sus soluciones y posiciones de cámara en muchas de las situaciones de acción, siempre contando con un equipo de especialistas y de efectos visuales de la antigua escuela, de aquéllos que realmente se jugaban su vida en cada toma, muy poco antes que los CGI dejasen anticuado para siempre este tipo de cine y esta forma de rodar.

Título en España: Rambo III
Año de Producción: 1988
Director: Peter MacDonald
Director de Fotografía: John Stanier, GBCT
Ópticas: Cooke Xtal Express, Cooke Varotal
Emulsión: Kodak 5247 (125T) & 5294 (400T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (J-D-C Scope), 2.4:1

Vista en Blu-ray

© Ignacio Aguilar, 2016.



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