Séptima episodio de la serie iniciada en 1977 por “Star Wars”, que continúa la trilogía original formada también por “The Empire Strikes Back” (1980) y “The Return of the Jedi” (1983) y la actualiza de la mano de Disney, poseedora de los derechos de todo Lucasfilm desde su compra en el año 2012. La dirección le ha sido encargada a J.J. Abrams, que ya fue el realizador encargado de revitalizar la saga “Star Trek” y que ha contado de nuevo con Lawrence Kasdan para elaborar un guión que, en esencia, retoma exactamente el mismo esquema de la película de 1977: un androide se pierde en el desierto con los planos que pueden hacen llegar hasta Luke Skywalker, el último de los Jedi, quien 30 años después de los acontecimientos del Episodio VI, vive recluido, decepcionado porque el hijo de Han y de Leia, Kylo Ren, ha caído al lado oscuro y sirve a la Primera Orden. El robot va a parar a manos de una chica (Daisy Ridley), quien con la ayuda de un antiguo Stormtrooper (John Boyega), escapa y conoce a Han Solo (Harrison Ford). Juntos, tratarán de llegar hasta Luke, pero antes deberán enfrentarse a Ren y destruir el nuevo arma mortífero de que dispone la “Primera Orden”. Abrams es muy consciente que posee la fórmula de la Coca-Cola y se preocupa mucho, por lo tanto, de no introducir ningún nuevo elemento disonante en su película, que a pesar de su escasa originalidad, es una muy digna continuación de la trilogía original y un notable -aunque irregular- entretenimiento en el que sin duda Harrison Ford es lo mejor del film. Max Von Sydow, Oscar Isaac, Adam Driver, Carrie Fisher, Peter Mayhew, Anthony Daniels, Mark Hamill, Andy Serkis y Lupita Nyong’o completan el reparto.
El director de fotografía es un colaborador habitual de J.J. Abrams, el sudafricano Daniel Mindel [ASC, BSC]. Mindel estuvo muy ligado desde sus inicios a los hermanos Ridley y Tony Scott, en cuyas películas se formó como auxiliar y ayudante de cámara, e incluso llegó a hacerse cargo eventualmente de las primeras unidades de “White Squall” (1996) y “The Fan” (1996), sustituyendo a Hugh Johnson y Dariusz Wolski. Su gran oportunidad se la dio Tony Scott con “Enemy of the State” (1998), a la que seguirían “Spy Game” (2001) y “Domino” (2005), al tiempo que empleaba también su tiempo en publicidad. Firme defensor no solo del celuloide sino del rodaje en formato anamórfico, colaboró por primera vez con Abrams en “Mission Impossible III” (2006), a la que han seguido “Star Trek” (2009) y “Star Trek: Into Darkness” (2012), además de títulos como “John Carter” (Andrew Stanton, 2010) o “The Amazing Spiderman 2” (Marc Webb, 2014), o incluso un trabajo para Oliver Stone como “Savages” (2012). Teniendo en cuenta su formación y orígenes, no es extraño que Mindel posea un estilo muy comercial, quizá no tan vistoso como los trabajos de Jeffrey Kimball en los 80 o de Dariusz Wolski en los 90 para Tony Scott, pero Mindel quizá resuelve los suyos con una mayor sobriedad y con idéntica soltura técnica, lo que le hace ser un director de fotografía muy hábil para películas muy complicadas como la presente.
Esta séptima entrega de “Star Wars” está marcada también por el retorno al celuloide (35mm anamórfico y IMAX para una secuencia), en contraste por las dos películas previas –en orden de rodaje-, todavía con George Lucas al mando, en las que se hizo uso de la tecnología HD del momento, con resultados muy irregulares. Los resultados no son ni mejores ni peores que si Abrams o Mindel hubieran escogido una de las últimas cámaras de Arri, RED o Sony, ahora que esta tecnología sí está lo suficientemente desarrollada, pero los cineastas deseaban aproximarse más a los resultados estéticos de la trilogía clásica, en lugar de realizar una película absolutamente vanguardista y desligada de sus precedentes. En este sentido, Mindel ha trabajado con Dan Sasaki de Panavision para obtener un conjunto de lentes anamórficas que por su resolución, reproducción de color, contraste, velo, etc. se aproximasen más al estilo de las utilizadas por Gilbert Taylor, Peter Suschitzky y Alan Hume en la trilogía clásica, aunque el negativo moderno y la finalización mediante Digital Intermediate y los miles de planos modificados por ordenador al final hacen que el aspecto global de la película se parezca más a las ediciones de la trilogía original alteradas digitalmente por George Lucas (con efectos añadidos y modificados y una corrección de color diferente de la cinematográfica) que al aspecto que tenían las tres primeras películas cuando aparecieron en cines. Aún así, es evidente que Abrams ha realizado una película con un trabajo de diseño y efectos más físico que el de las tres precuelas de Lucas en los años 1999, 2002 y 2005, en las que los personajes y efectos completamente digitales proliferaban más.
Los desiertos tunecinos del Episodio IV han sido sustituidos esta vez por un trabajo en exteriores en Abu Dhabi, en los que Mindel lleva a cabo un trabajo muy bueno, con abundante rodaje en la hora mágica, en momento tras la puesta del sol en el que la luz es extraordinariamente suave y difusa, antes de la desaparición total de la luz solar y la llegada de la noche, un momento del día que vuelve a conjugar tan bien con la música de John Williams como en la película de 1977. En esta ocasión, el rodaje en estudio cuenta con diseños a cuatro manos del veterano Rick Carter, habitual del cine de Robert Zemeckis (“Back to the Future II & III”, “Forrest Gump”) y Steven Spielberg (“Jurassic Park”, “A.I.”, “Munich”, “The BFG”) que ha trabajado con Darren Gilford, un antiguo ilustrador convertido en diseñador de producción de la mano de Joseph Kosinski en “Tron: Legacy” (2010) y “Oblivion” (2013). Su labor es muy buena, si bien tampoco excesivamente original, ya que parece que también siguen el concepto de la propia película en sí y son más fieles a las obras previas que innovadores.
En los interiores de estudio es donde Mindel muestra más su filosofía de trabajo, proporcionando imágenes muy modernas, haciendo siempre uso de las fuentes integradas en las naves e instalaciones que aparecen en la película, así como un ligero tono cián en la fotografía de las naves de la “Primera Orden”, que hace que por ejemplo los Stormtroopers no aparezcan completamente blancos, como en las entregas anteriores. Este viraje le ofrece un toque tecnológico a la película, que por lo general luce tan bien como las dos películas de “Star Trek” que Mindel ha realizado para Abrams, pero con el serio inconveniente de que tampoco posee ninguna personalidad especial, algo que, por ejemplo, sí que logró Peter Suschitzky en “The Empire Strikes Back”, con su luz suave, filtros de bajo contraste e imágenes muy delicadas, a pesar de que tenía que acomodar numerosos efectos especiales fotográficos. Mindel se esfuerza especialmente con actores de edad elevada como Harrison Ford, o con Carrie Fisher, la Princesa Leia, de apariencia muy decadente. Con ellos reduce el contraste de la luz empleando la técnica habitual de una luz más suave y más frontal, e incluso con Fisher -en un intento de mejorar su aspecto físico- se introduce mucha suavidad, que parece una mezcla de herramientas de post-producción y un enfoque conscientemente no tan fino como el del resto de la película.
Los resultados, como decíamos, son bastante positivos en términos generales y en términos estéticos, pues “The Force Awakens” es una película que continúa muy dignamente la trilogía original y ofrece –excepto quizá en su tercio central, el más flojo- un elevado nivel de entretenimiento, todo ello muy bien rodado por Abrams con su típica puesta en escena más que influenciada por el cine de Spielberg, con Mindel recogiendo el testigo de la fotografía y adecuándola a los estándares actuales, pero sin ofrecer una especial brillantez o innovación en sus imágenes. Quizá, una vez introducidos los nuevos personajes y sus motivaciones, lo mejor del trabajo de Abrams y Mindel sea haber servido en bandeja al director Rian Johnson y al director de fotografía Steve Yedlin –que se encargarán del octavo episodio- la posibilidad de continuar la saga por caminos más oscuros e interesantes, como ya ocurriera precisamente con “The Empire Strikes Back”.
Título en España: Star Wars, El Despertar de la Fuerza
Año de Producción: 2015
Director: J.J. Abrams
Director de Fotografía: Daniel Mindel, ASC, BSC
Ópticas: Panavision C-Series Retro, Primo, AWZ2 y ATZ, Hasselblad (IMAX)
Emulsión: Kodak 5203 (50D), 5207 (250D) y 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision) + 15-perf 65mm (IMAX), 2.4:1
Otros: 4K Digital Intermediate
Vista en DCP 2D
© Ignacio Aguilar, 2016.