Hyams
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Continuación directa de “2001: A Space Odyssey” (1968), el clásico de Stanley Kubrick, basado a su vez en la propia continuación del libro que dio pie al film, escrito por el autor del original, Arthur C. Clarke. La historia, como su propio título indica, se desarrolla nueve años después, cuando una nave tripulada tanto por rusos como por estadounidenses, vuelve hacia las lunas de Jupiter para averiguar qué le sucedió a la nave Discovery, al astronauta Dave Bowman y, por supuesto, al ordenador HAL 9000. En manos del guionista y director Peter Hyams, “2010” es lógicamente una película mucho más convencional que su predecesora, con un propósito claro de ofrecer muchas más respuestas que preguntas. Aún así, Hyams consigue una sólida recreación estética y una narrativa que, no por ser convencional, es desdeñable, de manera que se “2010” es una buena película aunque se quede a muchísima distancia de la película de Kubrick, sin manchar su buen nombre. Roy Scheider, John Lithgow, Helen Mirren, Bob Balaban, Keir Dullea, Mary Jo Deschanel y Douglas Rain, poniendo de nuevo su voz al servicio de HAL 9000 en la versión original, forman el reparto de un film cuyo sólido acabado fue merecedor de cinco candidaturas a los Oscar (dirección artística, vestuario, maquillaje, sonido y efectos visuales).

Remake de la película del mismo título dirigida por Richard Fleischer en 1952, cuyo argumento gira en torno a un asesinato cometido por la mafia, que es involuntariamente presenciado por una mujer (Anne Archer, en su eterno papel de madre sufridora), quien desde entonces ha buscado refugio en un lugar recóndito en las montañas en Canadá. Sin embargo, un investigador (M. Emmet Walsh) da con ella, lo que hace que un fiscal (Gene Hackman), decida ir a buscarla para traerla de nuevo a la ciudad y que testifique contra los asesinos. Ello dará lugar a un juego del gato y el ratón en un tren nocturno, con los mafiosos pisándoles los talones, mientras el fiscal trata de mantener a salvo a la mujer. De haber sido protagonizada casi por cualquier otro actor (y no digamos ya un héroe de acción de los típicos del cine de los 80 y los 90), esta película de Peter Hyams podría haber sido el típico vehículo para el lucimiento de su protagonista masculino con múltiples peleas, disparos, etc. pero sin embargo, al entregarle el film a Gene Hackman, Hyams se asegura una poderosa presencia en su protagonista y un buen número de escenas en las que el actor consigue salir airoso de las circunstancias y mantener el interés de la película, que apuesta más por lo tanto por el suspense, con algunas secuencias logradas, que por la acción, aunque también contiene notables escenas aéreas y con especialistas. El guión no está a la altura de las circunstancias, sin embargo, pero si no se toma demasiado en serio, “Narrow Margin” ofrece un sólido entretenimiento mientras ofrece la posibilidad de disfrutar de Hackman. James B. Sikking, J.T. Walsh o Harris Yulin completan el efectivo reparto.

Melodrama de época que supone una curiosidad en la carrera de su director, el norteamericano Peter Hyams, tanto por estar rodado en Inglaterra con un equipo británico en los puestos principales (la misma situación se produjo en “Outland” un par de años después), pero sobre todo porque el realizador de “The Star Chamber” o “The Relic” se alejó del thriller, que a tenor del conjunto de su filmografía, parece que es su género favorito. “Hanover Street” está ambientada en Londres, durante de la segunda guerra mundial, y tiene como protagonista a un piloto americano (Harrison Ford), que conoce y se enamora de una mujer inglesa (Lesley Ann Down), sin saber que está casada. Posteriormente, las circunstancias del destino harán que el americano deba aceptar una misión suicida... junto al esposo de su amante (Christopher Plummer). El argumento es rocambolesco, pero más aún lo son los diálogos, también escritos por el director, al que parece que en ningún momento le importa estar filmando una novela rosa que, eso sí, está extraordinariamente bien musicada por John Barry.

Thriller co-escrito y dirigido por Peter Hyams, que tiene un punto de partida interesante: un joven e idealista juez del estado de California (Michael Douglas) debe afrontar dos casos consecutivos en los que todas las evidencias indican que los presuntos culpables realmente cometieron los hechos de los que se les acusa, pero ha de absolverlos porque el procedimiento policial que ha provocado su detención ha tenido algún tipo de irregularidad. Deseando hacer justicia, el juez acepta entonces la propuesta de su mentor (Hal Holbrook) para pasar a formar parte de una sociedad secreta. Obviamente inspirada en clásicos como “The Parallax View”, a este film de Hyams, desgraciadamente, le ocurre como a otros del realizador norteamericano y se va diluyendo a medida que avanza su metraje hasta llegar a una resolución absolutamente increíble, aunque los dos primeros tercios y su cuidado estilo visual justifiquen su visionado, en todo caso. Yaphet Kotto completa el reparto como un dedicado policía.

Clásico del cine de los años 70 que, bajo el pretexto de un argumento de ciencia ficción (el primer viaje tripulado a Marte), se vuelca directamente en uno de los temas predilectos del cine de EEUU en los años 70: la conspiración y el engaño a las masas. Cuando la NASA no puede asegurar el buen fin de la misión, en el último instante, hace que los tres astronautas (James Brolin, Sam Waterston y O.J. Simpson) salgan de la cápsula y sean llevados a escondidas hasta un hangar en el que se ha montado un estudio de TV para recrear la llegada al planeta rojo. Todo va bien hasta que los acontecimientos dan un giro inesperado y entonces la NASA debe eliminar a los astronautas. Escrito por el propio Hyams, con algunos diálogos muy ácidos, “Capricorn One” posiblemente sea su mejor film incluso a pesar de su fallidísima resolución, pues ofrece ratos de buen cine (en los que Hyams se disfraza de su cineasta superior), un argumento entretenido y de mucho interés, una de las mejores bandas sonoras de Jerry Goldsmith y un excelente reparto, en el que destaca sobre todo Hal Holbrook como el impasible villano, con papeles adicionales para Elliot Gould, Karen Black, Brenda Vaccaro y Telly Savalas.

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