Primo Anamórficos
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Extraña película en la carrera de Clint Eastwood, no por su temática o por su desarrollo, sino porque el film fue estrenado poco después de “Unforgiven” y, por primera vez en muchos años, Eastwood se limitó a ejercer como actor y ni dirigió el film ni participó, por lo menos abiertamente, en su producción. El argumento gira en torno al juego del gato y del ratón entre Eastwood, un agente federal que había sido escolta de Kennedy treinta años atrás, y John Malkovich, un psicópata que amenaza con matar al actual presidente de los EEUU y que le llama por teléfono para recordarle sus errores y vulnerabilidades. Todo ello está bien filmado y narrado por el alemán Wolfgang Petersen, en una de sus películas más redondas, aunque no puede quitarse en ningún momento la etiqueta de cine absolutamente comercial y de consumo rápido del proyecto. Quizá Eastwood fuera demasiado mayor para el papel y, desde luego, su historia de amor con René Russo no funciona en absoluto en pantalla, pero aun siendo cine comercial, “In The Line of Fire” ofrece un alto nivel de entretenimiento y cierto grado de sofistificación que, dentro de sus limitaciones, la hacen enteramente disfrutable.

Emblemática segunda adaptación de la novela de James Jones, llevada a la pantalla de manera muy libre por el realizador Terrence Malick, que en su tercer film, después de “Badlands” (1973) y “Days of Heaven” (1978), retornaba a la gran pantalla tras veinte años de ausencia. El film, ambientado en la Segunda Guerra Mundial, narra el enfrentamiento que se produce entre soldados norteamericanos y japoneses en una isla durante la batalla de Guadalcanal, clave para el desarrollo de la contienda en el Océano Pacífico. Pero Malick, en lugar de llevar a cabo una película bélica al uso, realiza un film muy inusual en el que lo importante es la mirada interior de los soldados que participan en el conflicto, sus miedos, tormentos e incluso cierto discurso del director sobre la la guerra y cómo los humanos, al llevar a cabo ésta, destruyen la naturaleza, identificada con la pureza de los nativos de las islas, completamente ajenos al conflicto que se desarrolla ante sus ojos. Los resultados son absolutamente deslumbrantes, poéticos y bellos además de atípicos, de modo que “The Thin Red Line” supuso un retorno triunfal del cineasta y anticipo de grandes obras como “The New World” (2006) y “The Tree of Life” (2011), con la que Terrence Malick cerró la mejor parte de su filmografía. James Caviezel, Sean Penn, Nick Nolte y Ben Chaplin encabezan un notable reparto en el que también tienen breves apariciones John Cusack, John Savage, Woody Harrelson, John C. Reilly, Miranda Otto, Adrien Brody, Thomas Jane, John Travolta y George Clooney, entre otros.

Adaptación de una novela de Tom Clancy, escrita por Donald E. Stewart (guionista de la anterior “Patriot Games”), Steven Zaillan (“Schindler’s List”) y nada menos que también por el guionista y director John Milius, los cuales proporcionan al director australiano Philip Noyce un texto lo suficientemente elaborado (con ciertos elementos de cine de espionaje aquí y allá y una excelente secuencia de acción) como para mantener el interés del espectador durante dos horas y veinte minutos de proyección. Fue el segundo título en que Harrison Ford interpretó a Jack Ryan, el analista de la CIA que en esta ocasión debe hacerse cargo temporalmente de la agencia gubernamental y de un peligroso caso relacionado con los cárteles de droga en sudamérica. Los resultados, desde el punto de vista del entretenimiento, son casi óptimos, aunque el film trate de resultar más ligero que sofisticado (podría haber sido un gran film de espías) y ello perjudique un poco los resultados globales. James Earl Jones, Joaquim de Almeida, Anne Archer, Willem Dafoe, Henry Czerny, Donald Moffat y Harris Yulin, entre otros, completan el reparto.

Monumental film de Paul Thomas Anderson, quien después del éxito de “Boogie Nights”, con tan solo veintinueve años estrenó este denso drama de más de tres horas de duración que se unió a una de las modas de los años 90, popularizada por gente como Robert Altman y Quentin Tarantino: la de las historias cruzadas, aunque en el caso de la presente obra, el autor bien claro deja desde el comienzo que todo es casualidad (o no). Son varios los personajes que se mueven en el valle de San Fernando (California) e interactúan entre sí: desde una mujer drogadicta (Melora Waters) que no quiere ver a su padre (Philip Baker Hall), presentador de un famoso programa de televisión cuyo productor (Jason Robards), se muere de cáncer y desea reunirse con su hijo (Tom Cruise) al que abandonó, pasando por un policía (John C. Reilly) con deseos de ayudar a los demás, o por un antiguo niño prodigio (William H. Macy) del mismo programa de televisión, ahora caído en desgracia, o la mujer del moribundo (Julianne Moore), quien se da cuenta de su amor al ver tan de cerca a la muerte. “Magnolia” es un increíble fresco de personajes con un drama interno muy profundo (no sorprende que Ingmar Bergman fuera fan) que pone de relieve el increíble talento de Anderson para escribir, dirigir a sus actores y plasmar el guión en imágenes, con una contundencia y madurez impropia de alguien que no había llegado de los 30, lo que a punto de cumplirse veinte años de su estreno, la convierte en un absoluto clásico contemporáneo.

Superproducción a cargo del director y guionista Lawrence Kasdan (“Body Heat”, “The Accidental Tourist”, “Grand Canyon”) y del actor Kevin Costner, quien tras los éxitos consecutivos de “Dances With Wolves” y “JFK”, entre otros proyectos, era uno de los nombres más importantes de la industria Hollywoodense a comienzos de la década de los 90. Solo ello explica cómo es posible que Costner consiguiera levantar un proyecto tan grande como este, en presupuesto y ambiciones, para un estreno apenas seis meses después del de otro film que narraba los mismos hechos, “Tombstone” (George P. Cosmatos, 1993). Pero a pesar de las más de tres horas de duración, la narrativa de “Wyatt Earp”, que cubre la mayor parte de la vida del personaje central, quien junto con su familia intentó hacer valer la Ley en la época del salvaje oeste, no tiene demasiado interés ni profundiza demasiado en ninguno de los personajes que aparecen en pantalla, sean históricos o ficticios, de modo que resulta un film en el fondo ligero, pero fallido porque sus pretensiones eran mucho más altas. Dennis Quaid, Michael Madsen, Gene Hackman, Bill Pullman, JoBeth Williams, Mark Harmon, Isabella Rossellini o Catherine O’Hara son algunos de los rostros populares del reparto.

Adaptación de una novela de Tom Clancy, con la que Harrison Ford retomaba el papel de Jack Ryan, el analista de la CIA que había sido interpretado por Alec Baldwin en “The Hunt for Red October” (1990). En esta ocasión el argumento es mucho más sencillo: durante una visita a Inglaterra junto con su familia, Ryan presencia un intento de asesinato –a través de un atentado- por parte del IRA contra varios miembros de la familia real inglesa. Sin embargo, gracias a que Ryan entra en acción y mata a uno de ellos, el atentado termina siendo frustrado. Pero los terroristas escapan y entonces deciden atacarle en suelo norteamericano, en donde vive con su familia. El argumento y todos los clichés del género contenidos en el mismo son lo peor de un film de acción que, por otro lado, es bastante entretenido y que ofrece buenas dosis de acción. Anne Archer, Thora Birch, James Fox, Patrick Bergin, Sean Bean, Samuel L. Jackson, James Earl Jones y hasta Richard Harris completan el conocido reparto del film, del que Ford todavía rodaría una secuela más.

Adaptación –parece ser que bastante libre- del primer libro de una trilogía de novelas escritas por James VanderMeer, que tiene como protagonista a una bióloga (Natalie Portman) cuyo marido, que llevaba un año desaparecido, regresa gravemente enfermo de una misión secreta. Desconcertada ante lo que ha sucedido, se presenta voluntaria para ir al mismo lugar en el que estuvo su marido: un área que en el que se está produciendo un extraño fenómeno medioambiental y que cada vez se expande más y más. Con la compañía de otras cuatro mujeres, cada una especialista en una materia diferente, se adentra en esta peligrosa zona. “Annihilation” es la segunda película detrás de las cámaras de Alex Garland, quien obtuvo un sonoro éxito con “Ex Machina” (2015). “Annihilation” pretende continuar el tono de aquélla (sci-fi seria y reflexiva) pero a Garland se le va la mano con un producto muy experimental, nada comercial y que al final se haya lejos de la originalidad de su película anterior, siendo una especie de compendio de elementos de otros films (desde “Alien” a “Stalker”) que suman mucho menos que todos ellos a nivel individual.

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