Darkest Hour
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Darkest Hour

Adaptación para la gran pantalla de los sucesos ocurridos en la política inglesa en mayo de 1940, cuando el Reino Unido, después de la invasión nazi de Europa y con sus propias tropas atrapadas en Dunkerque, se encomendó a Winston Churchill para que tomara el relevo de Neville Chamberlain como primer ministro de la nación, todo ello en un momento en el cual parecía que Hitler y sus aliados podrían tomar también las islas británicas y ganar la Segunda Guerra Mundial. Estos instantes de duda, así como la psicología del personaje, están muy bien interpretados por Gary Oldman (ganador del Oscar al mejor actor) como Churchill, en un film que sin embargo cae en exceso en la hagiografía del personaje con varias escenas un tanto sonrojantes, lo que no quita que en cierto modo sea una película complementaria con “Dunkirk” de Christopher Nolan, cuyos entresijos sí están bien narrados en esta película de Joe Wright. La caracterización de Oldman como Churchill a través del maquillaje también fue valedora de un Oscar. Lily James, Kristin Scott-Thomas y Ben Mendelsohn completan el reparto.

El director de fotografía es el francés Bruno Delbonnel [ASC, AFC], quien aquí firma su primer trabajo para el director Joe Wright, aunque en el momento de escribir estas líneas parece ser que está ya rodando el segundo. Delbonnel es uno de los grandes nombres no solo de Francia, su país natal, sino del cine Europeo de las dos últimas décadas, pues después de recoger el testigo de Darius Khondji con Jean-Pierre Jeunet en “Amélie” (2001) y “Un Long Dimanche de Fiançilles” (2004), no ha parado de trabajar a ambos lados del Atlántico tanto en cine, como publicidad. Trabajó con Julie Taymor en “Across The Universe” (2007), David Yates en “Harry Potter and the Half-Blood Prince” (2009) y con Aleksadr Sokurov en “Faust” (2011), así como en EEUU con Tim Burton en diversos proyectos como “Dark Shadows” (2012), “Big Eyes” (2014) y “Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children” (2016), así como especialmente con los hermanos Ethan y Joel Coen, que han usado a Delbonnel como sustituto de su preferido Roger Deakins cuando éste, últimamente, no ha estado disponible para determinados proyectos: “Inside Llewyn Davis” (2013) y “The Ballad of Buster Scruggs” (2018), un proyecto que originalmente fue concebido como una serie o capítulos para TV. Hasta la fecha, con “Darkest Hour”, Delbonnel ha conseguido cinco nominaciones al Oscar, premio que hasta la fecha se le ha resistido.

“Darkest Hour” hace gala de una estética muy marcada y, sin embargo, su visionado deja dudas acerca de que el aproximamiento empleado por los cineastas sea el más adecuado. Es decir, la película de Wright transcurre de forma prácticamente íntegra en interiores, lo cuales, según la visión de los cineastas, son tan oscuros como el propio título del film. Existe una fuerte predominancia de claroscuros con una iluminación en clave baja, pero Delbonnel, en lugar de interpretar Londres como un lugar gris y con una luz natural escasa, ilumina múltiples de estos interiores diurnos con fortísimos haces entrando por las ventanas, generando ese contraste altísimo al que nos referíamos. Ello quiere decir que las imágenes poseen una clara distinción entre los lugares en los que incide la luz, así como aquéllos en los que no, que a veces están en la más completa oscuridad. Pero lo más curioso no es ya que el director de fotografía francés emplee ese tipo de haces tan intensos, sino que además, siendo una película rodada en HD con la Arri Alexa, sitúe los blancos en valores que bordean o incluso superan el límite de la capacidad de registro de la cámara (al menos, tras pasar por la etapa del etalonaje digital).

De modo que si a veces ya resulta un poco extraño, por más que la HD esté muy consolidada, visionar un film de época sin que éste esté rodado en celuloide, cuando el mismo emplea una luz, exposición o etalonaje tan agresivos, el efecto que se produce es algo extraño. Lo que está claro y resulta evidente es que no se trata de un error: el film ésta expuesto de manera consiste de esta forma, circunstancia que, siendo Delbonnel quien es, siendo una producción importante y rodada íntegramente con luz artificial, está claro que no es casual sino intencionada por parte de los cineastas, por raro que nos parezca a nosotros. Y ello tanto en lo técnico, como incluso en lo artístico, ya que dichas escenas interiores diurnas poseen un estilo exagerado e intrusivo, que incluso despista un poco de los diálogos e interpretaciones de actores, que son los puntos fuertes de la película. Tampoco favorece en exceso, en términos de aspecto, la renuncia al formato panorámico anamórfico o incluso a uno panorámico en esférico con los mismos Cooke S4 que tanto gustan al operador, ya que unido a la temática del film, a veces parece que nos encontramos ante una de esas series modernas con un envoltorio muy cuidado.

En cierto modo, es una pena que “Darkest Hour” adolezca de estos problemas, porque por otro lado se trata de una película en la que la época está muy conseguida a través de la dirección artística y el vestuario, con tonos grises y marrones delante de la cámara que provocan la adecuada desaturación de la imagen antes que ésta se forme en el sensor y no en un proceso de post-producción. Y por supuesto, muchas escenas interiores, como aquéllas que transcurren en el bunker o incluso la del metro (por rídicula que resulte en términos narrativos) están muy bien resueltas, con fuentes integradas, mucho humo, niveles de luz muy bajos y, a veces, primeros planos muy sugerentes en los que el operador francés ilumina los rostros con la luz que rebota en mantenes, mesas, paredes, etc. creando bonitos efectos estéticos. En cualquier caso, bien como muestra del respeto que posee Delbonnel en la industria o bien porque quien suscribe estas líneas se equivoca en su opinión con respecto al aproximamiento de los cineastas, “Darkest Hour” ha sido lo suficientemente reconocida por los directores de fotografía de medio mundo como para que el operador francés haya sido candidato al Oscar, premio de la ASC y el BAFTA, si bien Roger Deakins y su “Blade Runner 2049” (que no es su mejor trabajo, ni se aproxima al mismo) ganaron finalmente todos esos premios a los que optó el film de Joe Wright.

Título en España: El Instante Más Oscuro
Año de Producción: 2017
Director: Joe Wright
Director de Fotografía: Bruno Delbonnel, ASC, AFC
Ópticas: Cooke S4
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (ArriRaw), 1.85:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), American Society of Cinematographers (nom), BAFTA (nom)

Vista en HDTV



Language / Idioma