Adaptación de una obra teatral escrita y producida por la pantalla por el afamado guionista Ernest Lehman (“North By Northwest”, “West Side Story”, “The Sound of Music”, “Black Sunday”), que a su vez fue una de las primeras películas protagonizadas por Barbra Streisand, en el papel de una viuda que se dedica a buscar pareja para otras personas y que lo tiene especialmente complicado con el dueño de una empresa de venta de piensos de las afueras de Nueva York (Walter Matthau) a finales del siglo XIX. Lo que podría haber sido un musical simpático sin embargo se convierte en un increíble dispendio de medios, ya que la 20th Century Fox, ansiosa por repetir el éxito precisamente de “The Sound of Music” (1965), puso en manos de Lehman y del director Gene Kelly un presupuesto gigantesco, que se tradujo en enormes decorados construidos para la ocasión, miles de extras, vestuario y unos medios de producción exagerados que entierran por completo la débil historia (sin gracia y sin fuerza) que trataba de contar el film. A pesar incluso de ser moderadamente exitoso en taquilla, “Hello Dolly!” continúa teniendo una aureola de fracaso a su alrededor, ya que aunque se situó entre los cinco títulos más populares del año de su estreno, sólo recaudó 33 millones en EEUU frente a un presupuesto elevadísimo de 25.

El director de fotografía fue Harry Stradling, Sr. [ASC], al cual conviene no confundirle con su hijo Harry Stradling, Jr., que fue autor de películas como “Little Big Man” o “The Way We Were” y estuvo activo entre los años 60 y los 80. Stradling padre tuvo una carrera más larga, ya que se inició en el cine mudo y posee créditos desde 1920 hasta su fallecimiento en 1970. De hecho, falleció durante el rodaje de “The Owl and the Pussycat” (1970), en la que tuvo que ser sustituido por Andrew Laszlo. Uno de los directores de fotografía más prestigiosos del Hollywood clásico, tradicionalmente se ha comentado que hizo “Hello Dolly!” por imposición de la propia Barbra Streisand, ya que la había fotografiado en su debut en “Funny Girl” (William Wyler, 1968) y la actriz, tan preocupada siempre por su aspecto, pero satisfecha con la forma en que Stradling la retrataba, habría exigido su presencia en este rodaje (como en “On a Clear Day You Can See Forever” y en el de “The Owl and the Pussycat” por supuesto). En el total de su carrera, obtuvo doce nominaciones al Oscar más el premio en dos ocasiones, por “The Picture of Dorian Gray” (Albert Lewin, 1945), así como por “My Fair Lady” (George Cukor, 1964), siendo conocido por sus trabajos para directores como Elia Kazan, Alfred Hitchcock, Nicholas Ray, Otto Preminger, Charles Vidor, Vincente Minelli, Mervin LeRoy, entre otros muchos directores importantes de la época.

El aspecto visual de “Hello Dolly!” es, por supuesto, magnífico, representando los más altos estándares de calidad del último Hollywood clásico. Como decíamos, el presupuesto fue inmenso y ello llevó al diseñador de producción John de Cuir (“Cleopatra”) a construir dos carísimos y famosos decorados: el exterior que representaba al Nueva York de 1890 en pantalla, así como, entre otros, el restaurante “Harmonia Gardens” en el que se desarrolla parte de la acción. Parte de dichos decorados, así como sobre todo su atrezzo, serían reutilizados en varias películas, entre ellas, “Butch Cassidy and the Sundance Kid” (1969), “Beneath the Planet of the Apes” (1970) y el duo formado por “The Poseidon Adventure” (1972) y “The Towering Inferno” (1974). “Hello Dolly!” fue rodada además en 5-perf 65mm, en formato Todd-AO, como gran parte del cine de gran envergadura de los años 60 (las citadas “West Side Story” o “The Sound of Music” también lo fueron, como incluso también los otros dos musicales que la Fox produjo a continuación intentando emular su éxito, y que también fracasaron: “Doctor Dolittle” y “Star!”). El Todd-AO, que como su formato clónico Super Panavision 70 probablemente sea el mejor formato cinematográfico ideado para la gran pantalla, ofrecía una imagen de una estabilidad, claridad, definición y fidelidad del color insuperable. Y probablemente, por la época, Stradling también se habría beneficiado de la introducción del primer negativo cinematográfico de 100 ASA de la historia del cine (Kodak 5254, 100T).

Puesto que Harry Stradling era un director de fotografía clásico, no es extraño que todo el metraje de “Hello Dolly!” posea el aspecto sofisticado y altamente elaborado que caracterizaba a los operadores de su generación. Siempre emplea luz dura sobre los actores y el decorado, incluso en exteriores, de tal manera que cada fotograma de la película luce muy iluminado, con el aspecto de “cine de Hollywood” que pretendidamente se buscaban para estas películas. No hay el menor intento de justificar fuentes de luz, o direcciones; Stradling hace en cambio que cada fotograma parezca pulido por sus luces, aunque siga el esquema clásico de los tres puntos de luz y no se inspire para nada ni en las fuentes integradas en pantalla o en las ventanas de los decorados, lo cual es particularmente evidente en las escenas en la tienda del personaje de Walter Matthau. En exteriores, gracias a un sabio manejo de la exposición y de los momentos del día idóneos para rodar cada escena, la continuidad es siempre excelente, incluso a pesar que (por la dirección de las sombras) dichas escenas están rodadas en momentos del día diferentes. Por las noches, es muy meritorio lo que Stradling hace en las calles del decorado construido en la Fox, consigue efectos creíbles a pesar de la dificultad de esconder sus luces entre los edificios. Sus fondos, son azulados, siguiendo la estela del cine clásico en color, mientras que eso sí, sobre los personajes, el director de fotografía utiliza luces a 3200 grados Kelvin para que la emulsión los interprete como neutras.

Quizá lo más famoso es, de todos modos, la manera en que Stradling iluminaba a Barbra Streisand. La actriz casi siempre posee planos frontales en los que mira ligeramente hacia nuestra izquierda como espectadores, con la luz también muy frontal y exclusiva para ella, se supone que minimizando la prominente nariz de su rostro. Ello por supuesto tiene sus problemas, ya que a veces, con el movimiento, se le crea una sombra sobre un lado del rostro, pero a pesar de lo extraño que resulta ver a la actriz principal siempre en el mismo tipo de plano, si el espectador no está pendiente de ello el resultado es bueno y seguramente pase desapercibido (no tan exitoso es el uso de difusión en cámara para gran parte de los primeros planos de la película, un recurso que casi siempre resta más de lo que aporta).

Sin embargo, como indicábamos al principio, es una lástima que todos estos estupendos medios de producción están puestos al servicio de una historia que es pobrísima y que carece de cualquier tipo de gracia o no digamos ya estructura dramática. Y enterrada bajo esos cientos de extras, fastuosos decorados, un rodaje en formato panorámico de 65mm, etc., la ya de por sí débil historia de la película se convierte en la nada absoluta. Por ello, “Hello Dolly!”, a pesar de algunas coreografías y de este despliegue de medios y oficio, es tan bonita de ver como indigesta en el apartado narrativo.
Título en España: Hello Dolly
Año de Producción: 1969
Director: Gene Kelly
Director de Fotografía: Harry Stradling, Sr., ASC
Ópticas: Todd-AO
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 5-perf 65mm (Todd-AO), 2.21:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom)
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2025.