Producción de Menahem Golam y Yoram Globus (Cannon Films), los famosos especialistas en serie B y películas de acción de los años 80, que contó con un presupuesto muy superior al que normalmente manejaban en las mismas. El estrafalario argumento gira en torno a una nave espacial que encuentra unos extraños cuerpos en el espacio y posteriormente sufre un accidente, lo que hace que la tripulación fallezca y los seres lleguen a La Tierra, en donde convierten en vampiros-zombie a los terráqueos. “Lifeforce” fue un fracaso de taquilla y contó con diferentes versiones en EEUU y en Europa, probablemente debido en parte a que uno de los extraterrestres es interpretado por Mathilda May sin ningún tipo de ropa. Steve Railsback, Peter Firth, Frank Finlay o Patrick Stewart son algunos de los populares rostros del reparto, mientras que la dirección recayó en Tobe Hooper (“The Texas Chainshaw Massacre”, “Poltergeist”). El resultado es muy pobre, pero tan entretenido como especialmente friki, alcanzando niveles sorprendentes teniendo en cuenta el número de talentos tras las cámaras (John Graysmark en los diseños, John Dykstra en los efectos visuales, o Henri Mancini con la música) o el elevado coste de la producción, que incluye elaborados efectos de maquillaje.
El director de fotografía fue el británico Alan Hume [BSC]. Por entonces ya un veterano de la industria de su país, Hume debutó como primer operador en largometrajes en 1960, década durante la cual prácticamente trabaja en exclusiva para el cineasta Gerald Thomas (autor de la serie “Carry On…”). En esta época destacan de su filmografía títulos como “Dr. Terror’s House of Horrors” (Freddie Francis, 1965) o ya como freelance, “Zeppelin” (Etienne Perier, 1971), “The Legend of Hell House” (John Hough, 1972). En 1977 fotografía la segunda unidad de “The Spy Who Loved Me” a las órdenes de John Glen e inicia los 80, en los que afronta sus títulos más conocidos, con “The Eye of the Needle” (Richard Marquand, 1981), “The Return of the Jedi” (Richard Marquand, 1983), “Supergirl” (Jeannot Szwarc, 1984), “Runaway Train” (Andrei Konchalovsky, 1985) o “A Fish Called Wanda” (Charles Chricton, 1988). Sin embargo, quizá sea más conocido por su labor en la serie Bond, ya como director de fotografía de la primera unidad, una vez que John Glen debutó en la misma con “For Your Eyes Only” (1981), repitiendo su labor en “Octopussy” (1983) y “A View to a Kill” (1985), el último título protagonizado por Roger Moore.
La imagen de “Lifeforce” se caracteriza sobre todo por el empleo de focales angulares extremas en formato panorámico anamórfico. En lugar de recurrir a equipos Panavision, la producción utilizó cámaras y lentes de Joe Dunton –como en otros títulos de la Cannon- pero es que además se daba la circunstancia de que Tobe Hooper había rodado “Poltergeist” en el mismo formato, mientras que Alan Hume también lo había empleado en “The Return of the Jedi”. Las lentes anamórficas más angulares del catálogo de JDC eran un 24mm o un 25mm (series Canon y Cooke), equivalentes a un 12mm y un 16mm en formato esférico, pero incorporando mucha más distorsión de barril en los extremos de la pantalla. Ello hace que muchas líneas de la película aparezcan muy curvadas, sobre todo en los extremos de la pantalla, e incluso la cámara se acerque a los actores con los angulares a modo de recurso estilístico. A pesar de compartir guionista con “Alien” (Ridley Scott, 1979), la estética y el tono es muy diferente; incluso las escenas espaciales y de efectos de “Lifeforce” están a años luz del refinamiento de aquélla, que comparativamente parece mucho más moderna además. Y ello a pesar que Hume, en el espacio, emplea fuentes integradas en la nave y hace todo lo posible por conseguir un aspecto interesante, pero por su propio diseño, “Lifeforce” tiene muchos menos detalles y texturas y, por ello, parece mucho más pobre.
En las escenas en La Tierra, Hume no tiene reparo en iluminar sus decorados y localizaciones para diafragmas en los que es posible emplear lentes zoom adaptadas a formato anamórfico (T/4.5-5.6), incluso en secuencias exteriores nocturnas como la de los zombies que asolan Londres hacia el final de la proyección. Para ello, en cualquier caso, se percibe que recurrió no solo a emulsiones de alta sensibilidad –que en mitad de los 80 aún tenían una calidad muy cuestionable- sino también incluso al revelado forzado, por lo que muchas escenas del film poseen una estructura de grano muy visible. La iluminación de Hume en las escenas de La Tierra no es particularmente inspirada (a pesar que algún instante, como el último encuentro entre Frank Finlay y Steve Railsback, es muy sugerente con la imitación en un interior nocturno del fuego en el exterior de la ciudad), haciendo uso además de luces duras y dirigidas, en un estilo más propio de los 60 que de los 80, en gran parte de la proyección.
Los efectos visuales de John Dykstra [ASC] (“Star Wars”, “Star Trek: The Motion Picture”) seguramente fueron rodados en VistaVision, el formato en el que el que fuera uno de los fundadores de Industrial Light & Magic utilizaba en la época fotoquímica, a fin de evitar el grano y pérdida de calidad fruto de la utilización de la positivadora óptica y los sucesivos copiados del negativo original. En general, los FX aguantan bien el paso del tiempo, aunque el diseño de los mismos tampoco sea particularmente inspirado. Lo mejor por tanto de la estética de la película es la puesta en escena de Hooper, a veces alocada, pero casi siempre muy sugerente a través del mencionado uso de angulares extremos, incluyendo su tremenda distorsión al hacer uso del formato anamórfico, ya que a nivel de iluminación no se trata tampoco del trabajo más brillante de Hume.
Título en España: Lifeforce, Fuerza Vital
Año de Producción: 1985
Director: Tobe Hooper
Director de Fotografía: Alan Hume, BSC
Emulsión: Kodak 5247 (125T) y 5294 (400T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (J-D-C Scope), 2.4:1
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2015.