Guillermin
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Producción de la 20th Century Fox, rodada en espectaculares localizaciones en la Costa de Armor de la Bretaña francesa, que adapta una novela de Phillys Hastings, la cual tiene como protagonista a Agnes (Patricia Gozzi), una problemática joven adolescente que vive junto a su padre (Melvyn Douglas) y su ama de llaves (Gunnel Lindblom) en una casa junto a la costa, a la que el padre se ha marchado a vivir tras retirarse como juez. Tras la boda de la hermana mayor, en un día de tormenta, aparece en la casa un fugitivo (Dean Stockwell), que altera el orden y la convivencia. Cuando menos se sepa de “Rapture” antes de verla, mejor: se trata de una rarísima joya desconocida, cruce del cine de la nueva ola francesa con ecos de Ingmar Bergman, que aunque toca varios géneros, es sobre todo un drama de tremenda vitalidad (con una deslumbrante interpretación de Gozzi en el rol protagonista), no exento de lírica y romanticismo, en una extraña -pero portentosa- incursión del director francobritánico John Guillermin (“The Blue Max”, “The Towering Inferno”, “King Kong”, “Death on the Nile”) en el cine de autor. Georges Delerue proporcionó la melancólica y excelente banda sonora de un film claramente a reivindicar.

Adaptación cinematográfica de una novela de Robert Holles, ambientada en un país africano durante la época del colonialismo británico, que tiene como protagonista al rígido sargento Lauderdale (Richard Attenborough), quien, durante un golpe de estado, debe de hacerse cargo de la peligrosa situación que vive junto a sus mandos inferiores cuando son sitiados por un grupo de enemigos que pretenden recuperar a un supuesto traidor. La ambientación bélica de la película resulta algo engañosa, en el sentido que “Guns at Batasi” es mucho más un drama y una descripción del final del colonialismo británico, que una película “de guerra”, ya que está mucho más basada en el diálogo que en las acciones bélicas, que resultan secundarias en pantalla. Posee además una excepcional interpretación de Attenborough en el papel principal (fue ganador del BAFTA), así como una muy sólida ambientación en África que resulta absolutamente convincente, a pesar que la película está rodada íntegramente en Pinewood. Jack Hawkins, en su clásico papel de autoridad, Flora Robson, como una diputada que pretende dialogar con los golpistas, John Leyton y Mia Farrow, en su debut en cine, completan el reparto de un film muy bien escrito y dirigido por John Guillermin con extraordinaria solvencia y elegancia.

Lujosa adaptación de la novela de Agatha Christie, escrita por el dramaturgo Anthony Shaffer (“Sleuth”, “Frenzy”) que fue llevada a la pantalla por los mismos productores que la anterior “Murder on the Orient Express”, John Brabourne y Richard Goodwin, aunque con diferente equipo técnico y artístico. Peter Ustinov interpreta a Hércules Poirot, el famoso detective interpretado por Albert Finney en la película de Sidney Lumet, al que en esta ocasión se le une un reparto de estrellas encabezado por Mia Farrow, David Niven, George Kennedy, Bette Davis, Simon McCorkindale, Maggie Smith, Jane Birkin, Angela Landsbury, Olivia Hussey, Jon Finch, Lois Chiles o Jack Warden, entre otros. Rodada en localizaciones naturales en Egipto, así como en interiores de estudio con el británico John Guillermin en la silla de director, la película, quizá la más interesante adaptación cinematográfica de Christie, contó también con notables nombres de la industria como el músico italiano Nino Rota o el diseñador de vestuario Anthony Powell, que obtuvo un Oscar por su labor de época.

Adaptación de una novela de Jack Hunter, ambientada en 1918, hacia el final de la Primera Guerra Mundial, que tiene como protagonista a un joven piloto (George Peppard) de la fuerza aérea alemana, el cual pasa a formar parte de un escuadrón en el que encuentra una enorme rivalidad, tanto porque su origen es plebeyo en lugar de aristocrático, como porque su carácter competitivo y egoista –sólo piensa en derribar aviones enemigos, para que le concedan una importante condecoración- hace que sus compañeros y superiores le desprecien. “The Blue Max” fue una importante producción bélica de la época, con ambiciosas secuencias aéreas, que asume ciertos riesgos narrativos porque su personaje central es un arribista con un carácter ciertamente despreciable, lo cual no se edulcora en ningún momento. El problema es que el papel recayó en un actor tan sumamente limitado como Peppard, incapaz de mostrar los dos reversos que requería el personaje, puesto que el resto de elementos de la producción se muestran bastante superiores. Con todo, los resultados son bastante buenos y “The Blue Max” es una película interesante, a ratos incluso notable, que se beneficia de la presencia de un elenco de secundarios formato por James Mason, Karl Michael Vogler y Jeremy Kempf –Ursula Andress hace el papel de florero, y además fue doblada por otra actriz-, así como de una estupenda banda sonora de Jerry Goldsmith.

Adaptación combinada de dos novelas: “The Tower”, de Richard Martin Stern y “The Glass Inferno”, de Thomas N. Scortia y Frank M. Robinson, que constituye un tremendo espectáculo de vértigo, fuego y explosiones y la más importante y mejor de las superproducciones del género de moda en los años 70 -el cine de catástrofes- acerca del incendio de un gigantesco rascacielos en la bahía de San Francisco durante su noche inaugural. Históricamente, “The Towering Inferno” supuso un hito debido a la colaboración por primera vez de dos estudios -20th Century Fox y Warner Bros.- a la hora de producir y distribuir el film en lugar de realizar simultáneamente dos películas de similar temática. Ello ofreció al productor Irwin Allen la posibilidad de contar un un amplísimo presupuesto (14 millones de dólares de la época, el doble que “Earthquake” y el triple que su anterior éxito, ”The Poseidon Adventure”), un reparto de estrellas, encabezado por Steve McQueen, Paul Newman, William Holden y Faye Dunaway y técnicos de primera línea que hicieron del film el mejor de su género, hasta el punto que su vigencia llega hasta nuestros días.

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